07/06/2015 - Durante siete años, el director danés de documentales trabajó en Bridgend, su debut en el cine de ficción, aunque esté basada en hechos reales.

Tras haber dirigido varios documentales, el realizador danés Jeppe Rønde ha firmado su primer trabajo de ficción, que se basa en hechos reales: Bridgend [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película], sobre una oleada de suicidios de adolescentes acaecida en un pueblo minero del sur de Gales. En estos momentos, la cinta se encuentra inmersa en el circuito de festivales internacionales, en el que ha sido premiada por partida triple en Tribeca (mejor actriz, fotografía y montaje). Será distribuida en Dinamarca por Camera Film a partir del 25 de junio.

Cineuropa: ¿Cómo descubriste los suicidios de Bridgend y por qué decidiste hacer una película sobre ellos?
Jeppe Rønde: Leí un artículo sobre los suicidios en un periódico danés en 2008 y decidí ir a Bridgend para ver si había algo de verdad en lo que se decía. O sea, que los suicidios estaban conectados, quizás por una secta suicida de internet, ya que todos los jóvenes eran asiduos a la red y se conocían en la vida real. Cuando fui a Bridgend la primera vez, podía sentir que pasaba algo, lo mismo que experimenté en Jerusalem durante la segunda intifada en 2002, cuando rodé Jerusalem My Love sobre la naturaleza de las creencias en época de guerra. Pero tanto la guerra como la religión van por encima de tu ego. Todo gira en torno al nosotros, y eso es lo mismo que sentí en Bridgend. Había una gran falta de egos entre los jóvenes, que de una manera más o menos consciente se comportaban como un grupo, impulsado por un poder conjunto y universal, fascinante y atractivo, algo que todos tenemos, algo enorme, extraño y violento donde puede ser que encuentres tu identidad.

¿La documentación requirió seis años?
Hace falta tiempo para ganarse la confianza de las jóvenes y muchas familias habían tenido experiencias muy desagradables con periodistas que se habían hecho pasar por vendedores o testigos de Jehová para entrar en sus casas. Estuve junto a ellos durante varios años, nos hicimos amigos y creo que fue importante. Una noche estoy seguro de que me hicieron una prueba: en una fiesta bebí algo que me hizo olvidar todo. A la mañana siguiente me desperté con las rodillas desolladas y la cama llena de sangre. Cuando les pregunté qué había ocurrido, me respondieron: “bueno, llegaste a casa sano y salvo, ¿no?”, y aún se siguen riendo de ello.

¿Al principio querías resolver el enigma?
¿Cómo haces para explicar el sentido de la vida? Está claro que habría preferido encontrar la respuesta del gran por qué, y se lo pregunté a todo el mundo, pero nadie sabía la respuesta, al menos no en palabras. Así que se trató de descubrir otro lenguaje, un lenguaje cinematográfico que puede reflejar la oscuridad y las fascinación con la que los adolescentes hacen las cosas, el inconsciente común a todos nosotros. Intentar dar una visión artística de las fuerzas en acto. Así que la película es un análisis de los jóvenes que se suicidaron, pero también de todos los demás, porque todos lo tenemos dentro. Y aquellos que dicen despreocupados que es algo que pasó en Gales no se dan cuenta de que puede pasar en cualquier lugar.

¿Por qué decidiste hacer una película de ficción y no, como es normal en ti, un documental?
Para mi no existen diferencias entre el documental y la ficción. Se trata de elegir el lenguaje que narre mejor la historia. Como artista, es mi responsabilidad moral. Si una historia es narrada por gente real, por actores o por una mezcla, como en Bridgend, no hace que la historia sea más o menos verdadera. Lo que cuenta seguirá siendo mi manera de ver la historia, mi verdad y mi modo de contarla.

¿Los personajes están basados en personas reales? ¿Cómo elegiste los actores?Todos los personajes están basados en gente que conocí. Muchos recogen elementos de varias personas, para evitar que pudiesen ser reconocidos, ya que al contrario serían excluidos de la sociedad o algo peor. Además, les prometí que no incluiría sus nombres en los agradecimientos. El casting requirió un año y medio, durante los cuales me di cuenta de que para los papeles protagonistas, que vivieron cosas muy duras, era necesario encontrar a actores muy fuertes para que no se derrumbasen. Era importante que sus actuaciones no requiriesen interpretar. Queríamos que fuesen exactamente igual que los jóvenes de Bridgend, por lo que la mezcla de locales y actores de fuera delante y detrás de la cámara funcionó a la perfección.

¿Difícil de rodar?
Superó todas nuestras expectativas: rodamos en el bar del pueblo, la iglesia, la comisaría, el colegio y muchas casas privadas, incluyendo la del sacerdote. Todos fueron muy acogedores, lo cual me resultó muy sorprendente, ya que esperaba encontrar al menos un poco de resistencia. Y no, no hubo suicidios durante el rodaje.