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Enrique Rivero • Director

“Concibo cada película como un color”

por 

- El tercer largometraje del director Enrique Rivero, la coproducción entre México y España Pozoamargo, compite en la sección Las Nuevas Olas del Festival de Cine Europeo de Sevilla

Enrique Rivero  • Director

Enrique Rivero, el director de Parque vía y Mai Morire, compite en las secciones Las nuevas olas y Resistencias del Festival de Cine Europeo de Sevilla con su tercer largometraje, Pozoamargo [+lee también:
crítica
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entrevista: Enrique Rivero
ficha de la película
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, una coproducción rodada entre México y La Mancha (España). Cineuropa ha tenido la oportunidad de hablar con él acerca de la película.

Cineuropa: ¿Qué partes del film se rodaron en México y cuales en España?
Enrique Rivero: Dividimos el rodaje entre septiembre y diciembre del año pasado: el comienzo y las escenas del hospital lo rodamos en México y otra cantidad de secuencias que al final no entraron en el montaje y pasaban antes de que el personaje central abandonara todo y se fuera al campo. A la hora de montar acabas sacrificando cosas que te gustan pero era importante que el protagonista se pusiera en movimiento hacia su infierno y calvario.

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La película se cierra con la pantalla inundada de amarillo mientras suena un chotis...
Siempre supe que esta película tenía que tener ese amarillo mostaza, que también invade su cartel: siempre pienso en un color al crear cada film. Parque vía era verde y la segunda, morado: las películas tienen esos tonos. El chotis de Olga Ramos es la única música de la película: me alegraba recordarla, es como un homenaje a Madrid, donde nací. Veo con frecuencia en el cine que las músicas son muy efectistas, subrayando imágenes y emociones, e incluso rellenando: creo que si la imagen es potente, no lo necesita.

La mitad de Pozoamargo está fotografiada en color, la segunda en blanco y negro, pero la transición apenas se percibe...
Si, era un riesgo. Queríamos marcar mucho también la diferencia entre la fotografía de la ciudad y la del campo, para evidenciar esa diferencia. Rodamos mucho en el campo, pero la película se me estaba yendo de tiempo. Yo estaba pendiente de no parecer un mexicano filmando La Mancha: no tengo la sensación de que la película sea un catálogo de curiosidades tipo “Vicky Cristina Pozoamargo”, pero quería incorporar el paisaje a la historia porque creo que le va esa dureza, ese clima y esa naturaleza violenta, aunque no lo parezca porque todo es llano...

Este es un guión escrito hace años... ¿por qué no lo rodaste antes?
Porque cuando empecé a estudiar cine había como un miedo gigantesco en España: todo el mundo te decía que es muy difícil rodar y sólo lo consiguen los enchufados. Yo no  pensaba entonces que fuera factible hacerlo aquí. Entonces se me ocurrió una historia más barata, sencilla e inmediata: Parque vía, y en México me encontré todo lo contrario: energía, entusiasmo y ganas de hacer cosas. Allí conocí a Paola Herrera, socia en mi productora Una Comunión, y luego, de una forma natural, rodamos la segunda. Entonces ya era hora de hacer Pozoamargo, en coproducción con la compañía española Zeitun Films.

¿Por qué crees que sucede eso en España?
La industria aquí es bastante férrea: los sistemas de ayudas al cine son complicados, retorcidos, inaccesibles... desde fuera es difícil entrar; en cambio, en México lo han democratizado, con una buena ley fiscal y quien tenga una historia y toque puertas, podrá rodar.

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