23/02/2016 - Cineuropa se reunió con Felix van Groeningen, reciente ganador del premio al mejor director en Sundance por su nueva película, Belgica, que, además, acaba de comprar Netflix

Tras gozar de un gran éxito de crítica y público hace dos años con Alabama Monroe [+lee también:
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entrevista: Felix Van Groeningen
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ficha de la película] (The Broken Circle  Breakdown), coronado con la nominación al Oscar a la mejor película en lengua no inglesa, Felix Van Groeningen regresa a la palestra con Belgica [+lee también:
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ficha de la película], que presenta la trayectora repleta de sexo, drogas y rock’n’roll de dos hermanos que se aman y se destruyen en un bar montado por ellos mismos y llamado Belgica.

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Cineuropa: ¿De dónde proviene esta historia?
Felix Van Groeningen: Mi padre tuvo un bar en Gante entre 1989 y 2000, el Charlatan, y todo lo que vemos en la película lo viví, más o menos. Vi cómo un pequeño bar simpático crece gracias al entusiasmo y la ambición de la gente que trabaja en él. Vi hasta qué punto puede ser embriagador y a la vez absorbente y convertirse en un lugar de perdición. También vi cómo cambiaba el mundo a través del prisma de este bar y cómo al final el equipo tuvo que tomar decisiones que iban en contra del proyecto inicial. Con todo, no es una película autobiográfica. En 2000, mi padre vendió el bar a dos hermanos y son ellos a quienes vemos en el corazón de mi narración. He podido verme con ellos y con otros empleados del bar y camareros con frecuencia y preguntarles cosas. Me parecía un material cinematográfico interesante: es un microcosmos que permite asimismo ilustrar cambios que se dan en la sociedad. Por lo demás, tenía ganas de hacer una película un poco rock’n’roll.

El Belgica es un personaje central de la película, iuna especie de monstruo que se escapa de las manos de sus creadores.
Ese era nuestro objetivo pero no es fácil plasmar esa intención. A nivel de guion, insistimos en el cambio de equilibrio en la relación entre los dos hermanos, la manera en que ellos mismos evolucionan, en que sus formas de ver el mundo cambian: el Belgica cambia al mismo tiempo que ellos. Vemos eso en las escenas de reunión de trabajo con el equipo del bar. Al principio, todo el mundo habla, al unísono, y, a medida que pasa el tiempo, los dos hermanos imponen sus discursos, los precios cambian y cambian las reglas de acceso. El otro vector es la música, que es la que perfila el personaje del Belgica. Son un poco sus diálogos y la música se transforma también al ritmo del establecimiento. Al final, el alma del Belgica no ha desaparecido pero ha habido que poner orden para organizar el caos. Los dos hermanos fueron tan lejos en el exceso que llegaron a un punto en que no pudieron dar marcha atrás. Había que transformar el Belgica en un enorme monstruo. Solo su alma persiste. Encontrar un equilibrio conlleva su coste.

¿Cómo se filma la libertad de la noche y de la fiesta?
Teníamos una regla que era que no había reglas. Adoptamos muchos enfoques diferentes; cada escena suponía un nuevo reinicio. La idea era ir lo más lejos posible en la exploración de nuestras ideas. Rodamos cosas muy extremas que no necesariamente encontramos en el corte final. Queríamos un acercamiento visual distinto en función de cada fiesta: algunas son muy estilizadas, otras son más crudas, más incidentes en lo vívido. Además, era crucial que todos los grupos tocaran en directo. Es un trabajo monstruoso para el sonido. Soulwax [ndlr: el grupo encargado de realizar toda la banda sonora de la película y, en especial, de la recreación de los quince grupos que tocan en el escenario del Belgica), el ingeniero de sonido y el encargado de las mezclas insistieron en que trabajáramos de esta manera y cuando estamos en la sala de cine, uno tiene la impresión de estar en una sala de conciertos. Teníamos una veintena de micros repartidos por el lugar; era muy complejo pero también muy creativo. Elegimos rodar con cámaras pequeñas y fácilmente manipulables. Como era un material un tanto caro, disponíamos siempre de dos cámaras, una al hombro y otra, una especie de steadycam. Como, además, filmábamos música en vivo, más nos valía no multiplicar las tomas. Así que, en total, fueron 45 días de rodaje con dos cámaras. En ciertas ocasiones, dejábamos que los grupos tocaran y que la gente bailara, lo que permitía capturar mejor la energía de la noche.

La cinta se estrenará en cines en un buen número de territorios, incluidos Francia y Bélgica, pero para el resto del mundo, especialmente en Estados Unidos, Netflix acaba de comprar los derechos. ¿Cómo tuvo lugar esta decisión?
Tuvimos esta propuesta y a mí me pareció fabulosa, la verdad. El mundo cambia y creo que es el momento adecuado para probar cosas. Quizá de aquí a un año lo lamentemos y digamos que era demasiado pronto. El caso es que la película no se estrenará en cines en algunos países y no participará en algunos festivales, pero, hoy en día, no podemos cerrar los ojos ante lo que proponen Netflix o Amazon. Es el momento adecuado. Ellos tenían ganas de hacerlo e impulsan proyectos que aprecian mucho. Además de sus proyectos más comerciales, es gente que se arriesga. En los territorios importantes para nosotros (en especial, Francia y Bélgica), la cinta se estrena en cines. En territorios más pequeños, la película podría haber tenido un estreno en cines, pero ¿cómo saberlo? En los Estados Unidos, el estreno en cines de Alabama Monroe (The Broken Circle  Breakdown) era importante de cara a la participación del film en la carrera por el Oscar pero, en términos concretos, no podemos decir que los resultados en cines fueran significativos por sí solos. Esta vez, Belgica se estrenará a través de Netflix en Estados Unidos y creo que se corresponde bien con el proyecto, puesto que puede atraer a un público bastante joven, y puede suscitar mucha activi

(Traducción del francés)