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Gilles Jacob • Presidente del festival de Cannes

“Europa, esperamos nuevos talentos”

por 

- Encuentro con el presidente del festival de Cannes: de Italia a Alemania y a los países del Este, un balance sobre el estado de salud del cine europeo

¿Qué le ha parecido la presencia del cine europeo en la selección del festival de Cannes de este año?
“La veo un poco más débil que en otros años. Tradicionalmente hay películas estadounidenses, asiáticas y europeas. Creo que este año nos vimos obligados a poner alguna película francesa de más -hubo cuatro en concurso- y esto fue demasiado. No hubo películas españolas, ni del Este de Europa, que todavía tiene dificultades económicas y de creación artística. Del Norte de Europa nos llegó Lars von Trier. Nos pueden criticar por traer siempre a los mismos, pero no es culpa nuestra que sean ellos los que tienen talento. Estuvo Greenaway por Inglaterra, otro habitual del festival. Habrá una renovación de las generaciones europeas, pero el proceso será lento. Se necesita tiempo para que en algunos países surjan nuevos cineastas.
Miremos a Italia, por ejemplo, que tuvo unos quince genios en los años 60 y 70. Su desaparición creó un agujero, un vacío difícil de cubrir, y ahora estos países están representados por un solo cineasta. Hoy, tal vez sea Bélgica el país europeo que más presente está en Cannes. Una relación calidad-precio imbatible. No hubo películas belgas a concurso este año, pero no es grave, porque también puedes saltarte un año. Sabemos que llega una nueva generación con los hermanos Dardenne y otros, que irán a Cannes durante muchos años. Suiza está casi desaparecida, la República Checa y Alemania se lamentan amargamente de no tener películas en Cannes desde hace mucho tiempo; ¡hay que encontrar directores alemanes! Cuando un país europeo baja del 20 por ciento, su cine nacional está en peligro; Alemania está en el 14 o 15. No quiero ni pensar -con lo que ha sido el cine alemán, de Fritz Lang a Wenders, Schlöndorff, Herzog y Fassbinder- que el cine alemán pudiera desaparecer.
Esa generación llegó hasta Wim Wenders, que ahora rueda en Estados Unidos. Es de Alemania en particular y en la sección de Cinefondation, en donde podremos ver nuevos talentos, a los nuevos cineastas del mañana”.

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¿Cinefondation puede llegar a socorrer a la sección oficial?
“Cinefondation es una gran esperanza para todos nosotros, porque representa un futuro para el cine. En las veinte películas que se dan a conocer en Cannes y que llegan de todo el mundo, estoy seguro de que hay tres o cuatro que revelarán a grandes cineastas. Sembramos para el futuro, este es el objetivo de Cinefondation. Esperamos que se convierta en una cantera de nuevos talentos. Es la sección que más me importa actualmente”.

¿Cree que el cine europeo puede llamar la atención en Cannes con tanta fuerza por parte del cine estadounidense?
“Creo que sí. ¿Qué espera la crítica internacional en Cannes? Que la sorprendan, que la dejen estupefacta. Y un cineasta que vuelve con una buena película no tendrá el mismo efecto sorprendente que uno nuevo que deje con la boca abierta. La sorpresa no viene de donde la esperas, y no tiene nacionalidad. Va desde películas experimentales hasta Matrix, y el festival quiere volver a un cine de género europeo, desde comedias hasta policiacas.
Creo que llevar a las estrellas al Palais sirve de locomotora a las películas difíciles. Llevad a Madonna y podréis llevar también a De Oliveira. Esta metáfora del tren funciona para los extranjeros, que me dicen que la presencia de estrellas en Cannes les permite a ellos vender mejor sus películas. Significa que la estrella que recorre los pasillos del Palais tal vez es solamente la parte visible del evento, pero lo importante puede llegar desde otra parte del mundo”.

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