05/06/2003 - Encuentro con el director de Les triplettes de Belleville, éxito en el último festival de Cannes: “Hay demasiados diálogos en las películas”

Presentada en el festival de Cannes fuera de concurso, Les triplettes de Belleville cosechó un gran éxito. Se trata de una película innovadora con una belleza estética que corta la respiración, sin diálogos, de la cual se hablará mucho. A pesar de las dificultades que Sylvain Chomet tuvo para realizarla, la película está diseñada en un estilo “retro” muy refinado. Cineuropa ha tenido la ocasión de entrevistar a su director y a su productor, Didier Brunner.

¿Por qué hacer una película de este tipo?
Sylvain Chomet: “Soy más un dibujante de cómics que de animación, y en mis dibujos hablo demasiado. Tuve la suerte de aprender animación en Inglaterra. Para mí la animación es el arte del mimo, y creo que cuando puedes prescindir de los diálogos entra en primer plano la belleza del movimiento y de la mirada. Según yo, en las películas hay demasiados diálogos. La proeza verdadera, presente sobre todo en las películas de Hollywood, consiste más en conseguir sensaciones rápidas que en trabajar en el movimiento. Cuando ves las obras de Walt Disney te das cuenta de que sus primeras películas eran mucho menos “habladas”. La animación es un arte en evolución. Creo que los doce principios de la animación que creó Walt Disney en los años 40 la inmovilizaron. Yo intento mostrar que los personajes animados pueden ser también excelentes actores”.

El personaje de Champion el corredor se parece a Fausto Coppi. ¿Se inspiró en él?
S.C.: “Champion es el primer personaje que dibujé cuando pensé en la trolgía de las “triplettes”. Al pensar en el rostro del ciclista me imaginaba a una persona amable. Me documenté sobre los ciclistas de esa época, y es cierto que Fausto Coppi tenía también esos rasgos duros, afilados. Para mí, los ciclistas se parecen a los niños, son personas muy amables que dan lo mejor de ellos. Se trata de una película nostálgica con un ritmo que te envuelve.

Al principio es muy dibujo animado, pero luego te da la impresión de que entras en un libro, ¿no te parece?
Es precisamente lo que quería. Empecé con un dibujo animado, el sonido “mono” es una imagen que ya no funciona. Luego, al entrar en la película quise que diera la impresión de estás viendo algo distinto, no solamente un dibujo animado”.

¿Qué papel representa la música?
S.C.: “Todas las músicas son originales y maravillosas. Los músicos de la película tocan instrumentos caseros, realizando la música con la nevera y la aspiradora. Es conmovedor”.

¿Se podría decir que un director dirige a los personajes?
Didier Brunner: “Sí, hay un gran trabajo de dirección. Trabajé con Sylvain y con los dibujantes en un modo muy gestual. Todo personaje tiene su propio movimiento, se mueve de acuerdo con su personalidad”. S.C.: “La animación es cine, no se puede hacer cine con actores malos”.

¿Cuánto tiempo tardó en hacer la película?
S.C.: “Empezamos a hacer la película en 2D y nos dimos cuenta de que avanzábamos muy lentamente, 2 segundos por semana. Por lo que tuvimos que pedir ayuda a estudios belgas y franceses para la última escena, la de la persecución en coche, que es muy larga y compleja. Me siento muy satisfecho de esta colaboración, que permitió que termináramos la película en el tiempo establecido. Trabajamos a distancia, con métodos de trabajo especiales, probando nuevas técnicas que integraran el 2D con el 3D. Lo que también hizo que perdiéramos mucho tiempo, pero entendí que el espíritu del 3D es el mismo que el del 2D. Conseguí conservar la estética del 2D en el 3D”.

¿A qué tipo de público va dirigida la película?
S.C.: “Al principio hice una película para niños. Hay referencia a Charles de Gaulle y al Tour de France. Pero creo que en realidad la película puede ser vista por los niños, que a menudo comprenden mejor que los adultos. No hay escenas violentas: hay una persona que es asesinada, pero no se ve”.