Jon Haukeland • Director
"Su verdad se convierte, gracias a la libertad que me otorga la ficción, en una nueva verdad"
por Maud Forsgren
- Cineuropa ha podido hablar con el director noruego Jon Haukeland, que acaba de estrenar su tercer largometraje What Young Men Do en su país
Cineuropa ha charlado con Jon Haukeland justo antes de ir al Festival de Bergen, donde estaba a punto de presentar su tercer largometraje What Young Men Do [+lee también:
tráiler
entrevista: Jon Haukeland
ficha de la película], una película en la que el documental y la ficción se complementan a la perfección. Dicho festival, BIFF para los amigos, concedió el Premio especial del jurado al director noruego por la película Reunion – Ten Years after the War, quien ese año también ganó el premio Amanda, el equivalente a un Goya en Noruega. A Haukeland también se le conoce por la película The Man Who Loved Haugesund.
Cineuropa: ¿Existen puntos en común en tus películas?
Jon Haukeland: Sin lugar a dudas... El interés que tengo por las víctimas, por su psicología, por la relación entre la víctima y el agresor, y por las formas a veces tan distintas de percibir una misma realidad. What Young Men Do hace hincapié en el modo de actuar de los hombres jóvenes. Siempre había querido hacer una película de aprendizaje, de formación. Aquí seguimos la evolución de Noah, el protagonista, que tiene dieciséis años. Le conocí justo antes de un juicio que él temía, ya que había sido acusado de los delitos cometidos por una banda cuyas víctimas eran adolescentes menores que él. Cuando esto sucedió, el caso fue muy mediatizado en Noruega. Nunca faltaban los comentarios, había expertos, periodistas, policías… pero los implicados en el caso no podían expresarse. Por tanto, decidí hacer una película para darles la palabra. Sin embargo yo tenía escrúpulos, pues Noah estaba siendo amenazado por adolescentes mayores que él, temerosos de que los denunciáramos. ¿Tenía yo el derecho de exponer un día a todos esos menores que hasta la fecha habían estado protegidos por el anonimato? Así que decidí tomarme mi tiempo.
Y respecto al guion…
Lo escribí inspirándome en las informaciones recopiladas y pedí a los adolescentes que mantuvieran sus propios papeles. Al principio les dejaba improvisar a menudo, ya que eran ellos quienes conocían la verdad. Yo dependía de su experiencia, de su conocimiento de ciertas situaciones, pero al mismo tiempo, como director que soy, debía guiar sus improvisaciones, y los dirigí como a actores aficionados. Hachim y Tim, los amigos de Noah, y también Walid, la víctima, me sorprendieron por su talento y su buena voluntad. Dejé claro que la verdadera Frida, la amiga de Noah, no participa en la película, otra joven interpreta su papel. A mis actores, en el pleno sentido de la palabra, ahora les cuesta distinguir entre las escenas interpretadas de lo que sucedió en realidad.
Por tanto podríamos calificar tu película de híbrido.
No me gustan demasiado ni las categorías ni las etiquetas. Es sobre todo una película abierta que propone una historia contada en orden cronológico con muy pocos flashbacks. Tiene un poco de thriller psicológico. El propio delito, el robo, no tenía para mí ningún interés dramático. Decidí grabar en detalle los momentos previos a su desarrollo, cuando Noah se plantea un dilema tras haber sido amenazado. También hay suspense, ya que el público se pregunta si Noah va a conseguir lidiar con las expectativas y exigencias de unos y otros, qué va a hacer cuando obtenga su libertad, si conseguirá a conciliar el mundo exterior con su mundo interior… Debe cambiar su vida, eso es cierto, pero qué cambiar y en qué convertirse. La música compuesta por John Birger Wormdahl y Bjarne Larsen acompaña a Noah en su lucha interior. La música refleja el estado de ánimo del narrador, como ya hizo Gus Van Sant en Paranoid Park. Van Sant también me inspiró por su modo de emplear el ralentí para aislar un momento en particular. La canción de la película se la debemos al rapero Temoor.
¿Representa una catarsis para ti?
Es más bien un modo de conocerme mejor. Pensé que sería conveniente escribir un texto sobre mi propia vida, pero me deshice de todo. Me utilicé a mí mismo para poner en marcha el proyecto, pero no se trata de mí. Ya no hablamos de metaficción, mi método de trabajo no se integra en el relato. Desaparezco y dejo que el espectador establezca un contacto directo con Noah y su historia. Esos jóvenes me han hablado sin tapujos de su realidad, lo que ha sido toda una suerte para mí, y su verdad se convierte, gracias a la libertad que me otorga la ficción, en una nueva verdad.
(Traducción del francés)