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Eric Lagesse • Exportador

“Es bastante imprevisible, y eso es lo que me gusta de este trabajo”

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- Hablamos con Éric Lagesse sobre el catálogo de Pyramide International para el EFM de la Berlinale y sobre las tendencias del mercado

Eric Lagesse • Exportador

A pocos días del European Film Market de la 67ª Berlinale (9-19 de febrero), Éric Lagesse, figura imprescindible y buen conocedor de los grandes mercados internacionales, reflexiona sobre la composición del catálogo de Pyramide International y da su punto de vista sobre algunas tendencias del mercado. 

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, de John Trengove, abrirá el Panorama de la Berlinale después de estrenarse en Sundance. ¿Cuál es la ventaja de este tipo de doblete para un vendedor?
Éric Lagesse: Esto da más visibilidad a la película y más ganas de descubrirla a los compradores, sobre todo si el ruido mediático y los artículos en la prensa son positivos, y ese ha sido el caso de The Wound. Ya tenemos tres ofertas para Estados Unidos, y estamos reflexionando a quién elegir. Es un film sobre un rito de iniciación en una tribu de Sudáfrica, según el cual los adolescentes de 17 o 18 años van a la montaña para ser circuncidados y deben pasar allí varios días sin beber, comer ni dormir, junto a un tutor que les guía. 

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Vuestro catálogo incluye un gran número de películas que estarán listas dentro de poco, entre ellas, varios largos de cineastas franceses jóvenes. ¿Por qué seguís confiando en esta clase de cintas que vuestros competidores parecen tratar con mayor prudencia?
Porque a mí lo que me interesa son los autores. Me gusta el cine de autor y no concibo que mi trabajo sea otro que descifrar y descubrir talentos. Tenemos al menos siete primeros largometrajes para 2017, como Bloody Milk, de Hubert Charuel (leer el artículo), La fête est finie (The Party is Over), de Marie Garel Weis (artículo), y Après la guerre (After the War), de Annarita Zambrano (artículo), así como varios segundos largos: La Consolation (The Consolation), de Cyril Mennegun, el realizador de Louise Wimmer [+lee también:
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, Une vie violente (A Violent Life), de Thierry de Peretti (noticia), o, del lado europeo, Los gigantes no existen, del español Chema Rodríguez, cuyo primer montaje espero con impaciencia. Con las óperas primas, corremos el riesgo de no conocer al autor y no saber qué es lo que va a sacar de su chistera, pero también es menos arriesgado en el plano financiero que apostar por películas muy grandes. Sin embargo, también vendemos Rainbow, de los hermanos Taviani, que acaban de rodar una historia de amor ambientada en la Resistencia y que son de todo menos autores jóvenes, o Numéro Une (Numero One), de Tonie Marshall (artículo), una gran producción con Emmanuelle Devos en cabeza de reparto sobre el tema apasionante del lugar de la mujer en el mundo empresarial.

En vuestro catálogo también figuran varios documentales.
Hay un verdadero entusiasmo por el buen documental para el cine, que cada vez está más presente en los festivales, y hasta en las competiciones, llegando incluso a ganar. En el catálogo, tenemos Shanghai Youth, del chino Wang Bing, que estará listo para Cannes o Venecia, Plot 35, de Éric Caravaca, que es una investigación sobre su hermana mayor, que murió a los 3 años, antes de que él naciera, y Nothingwood, de Sonia Kronlund, una película muy alegre sobre un actor, productor y realizador muy conocido en Afganistán y totalmente desconocido en el resto del mundo, que hace películas de serie B a partir de cosas insignificantes y que ha dicho esta frase: “en nuestro país, no hay nada, así que no es ni Hollywood ni Bollywood, es Nothingwood”.

¿Cuáles son las tendencias del mercado?
Cada seis meses, hay que revisar la hoja de ruta. Las películas son las que aparecen y crean los mercados y cambian las cosas. Sobre todo en el caso de los primeros largometrajes, pues es muy difícil predecir cuál va a ser un éxito y cuál no va a ir muy lejos. A veces, llegamos a un mercado con una película y las puertas se abren, a todos les encanta y todos la compran. Evidentemente, cuando tenemos el nuevo film de un gran autor, todo el mundo lo quiere y no es muy difícil venderlo. Eso se puede predecir, pero si no, es bastante imprevisible, y eso es lo que me gusta de este trabajo.

¿Qué piensas de las compras de primeros largometrajes franceses por parte de plataformas, como ha hecho Netflix en Cannes?
¡Sería ridículo venderles directamente películas de cineastas que ya tienen espectadores y que se estrenan en territorios! En cambio, cuando tienes un film que no se venderá fácilmente, quizás es mejor aceptar el dinero. Si vienen con 1 millón, no sé quién va a preferir rechazarlo y vender la película territorio a territorio. ¿Es esta realmente una tendencia? Hay muchas dudas al respecto. No se sabe nunca muy bien qué es lo que motiva su decisión de comprar una película en vez de otra, ni los precios. Y si solo hubiera plataformas de este tipo, ya no serían necesarios los vendedores: los productores podrían negociar directamente con ellas. Y las películas ya no se estrenarían en los cines, y ese no es realmente el objetivo. Por otro lado, no estoy seguro de que el fenómeno se prolongue mucho tiempo, porque también es posible que las plataformas evolucionen hacia un discurso de este tipo: “las películas para el cine al final no son rentables, eso ya no nos interesa, preferimos hacer nuestras propias series”.

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(Traducción del francés)

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