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Andy Nyman • Director

"Tuvimos que hacer trizas el texto de la obra de teatro y recomponerlo con un nuevo enfoque"

por 

- Andy Nyman cuenta cómo él y el codirector Jeremy Dyson llevaron a la gran pantalla su exitosa obra de terror Ghost Stories

Andy Nyman  • Director

Ghost Stories estuvo durante dos años en cartel en el West End de Londres. La obra echaba mano de estereotipos del cine de terror, tales como los coches que atraviesan los bosques o las casas encantadas, y los llevaba al escenario teatral. William Castle, George A Romero, Dario Argento y Milton Subotsky disfrutaban en ella de sendos homenajes a sus respectivas obras. Andy Nyman, coguionista, codirector y estrella de la versión cinematográfica de Ghost Stories [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Andy Nyman
ficha de la película
]
, nos ha explicado ahora cómo fue la evolución de dicha obra desde el teatro hasta el cine. La cinta se ha estrenado hoy en el Reino Unido.

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Cineuropa: ¿Cuáles fueron los desafíos principales a la hora de realizar la adaptación al cine?
Andy Nyman:
 Ha sido un viaje increíble llevar Ghost Stories del teatro al cine. Una de las cosas que hacían del asunto algo apasionante era la obsesión mía y de Jeremy con el cine de terror desde que nos conocimos, a la edad de 15 años. Cuando escribimos la obra teatral, parte de lo que hicimos fue llevar los tropos del cine de terror que tanto nos gustaba al escenario. Creo que una de las cosas que contribuyó al fenomenal éxito de la obra fue el hecho de ver en el teatro cosas que habitualmente uno ve sólo en el cine. El reto de devolverlo a la gran pantalla era conseguir que el público dejara de pensar que ya lo había visto. Esto significaba que teníamos que hacer trizas el texto y recomponerlo de manera distinta. Fue un reto de lo más interesante; de hecho, no lo acabamos de hacer hasta el final del rodaje.

¿En qué medida el trabajo con Jeremy Dyson fue distinto con respecto a vuestra colaboración sobre el escenario, habida cuenta de las diferencias entre teatro y cine?
Son medios totalmente distintos y, a la vez, similares. Esa es la respuesta superficial. Sobre el papel, ninguno debería funcionar, ni la obra de teatro ni la película, porque se trata de dos amigos íntimos que coescriben y codirigen algo que, además, uno de ellos protagoniza. Es la receta del desastre. Intentamos desechar toda discusión extraña en el set o en los ensayos porque lo último que quieres en casos así es meterte en problemas por cosas tan simples como determinar quién va a decir “corten”. Que alguien pregunte “¿por qué cortasteis ahí?” puede desencadenar la catástrofe; es tan sencillo como eso. Hay que tener ciertas conversaciones y trabajar increíblemente duro en la preparación. Todo tenía que estar en el storyboard. Luego, por supuesto, eso no significa que estés realmente preparado.

¿Quién hablaba con el director de fotografía?
Básicamente decidimos de antemano cuáles iban a ser nuestros encuadres. Luego trabajamos con nuestro brillante director de fotografía, Ole Bratt Birkeland, que es un gran colaborador y la tercera pata de la mesa realmente. Si era una escena en la que aparecía yo, tendría un reemplazo de mi altura más o menos para poder fijar encuadres y luces. Después, Jeremy dirigiría las interpretaciones. Todo fue muy orgánico.

En cuanto a tu personaje, el doctor Goodman, ¿tuviste que cambiar tu interpretación?
Sí la cambié porque tenía que hacerlo. La historia es diferente. La obra de teatro tenía un toque de montaña rusa muy divertido y, aunque la película aún lo tiene, y esto lo digo sin revelar nada importante, hay una cierta tristeza que atraviesa el film y que repercute en mi interpretación. También repercute en el aspecto de la película: parte de lo que queríamos capturar era esa sensación de un día gris fuera de temporada junto al mar, algo tan británico como lo que puedes ver en The Crown, si no más. 

Por lo que respecta a la estructura de ambos trabajos, siempre se dividen en pequeñas y breves historias. ¿Era algo de la obra de teatro que decidisteis mantener en la película?
Nos encanta esa estructura, nos encantan las películas compuestas. También queríamos emular el que, para nosotros, es el mejor ejemplo de este tipo de cine: Al morir la noche. Al morir la noche es el mejor ejemplo porque es realmente la historia del protagonista, que resulta siempre la mejor historia.

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(Traducción del inglés)

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