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TRIBECA 2018

Marios Piperides • Director de Smuggling Hendrix

"Las fronteras pueden derribarse al reconocer la familiaridad en el rostro del desconocido"

por 

- Hablamos con el guionista y director chipriota Marios Piperides sobre su obra Smuggling Hendrix, participante en la competición de narrativa internacional del Festival de Tribeca

Marios Piperides  • Director de Smuggling Hendrix

El guionista y director Marios Piperides, más conocido en su papel como productor de cine, participa en la competición de narrativa internacional del 17º Festival de cine de Tribeca con su primer largometraje, Smuggling Hendrix [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Marios Piperides
ficha de la película
]
. Tuvimos la oportunidad de hablar largo y tendido con él sobre lo que le llevó a hacer esta película, la situación que atraviesa actualmente Chipre y su opinión sobre las fronteras.

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Cineuropa: ¿Qué te llevó a querer contar esta historia absurda?
Marios Piperides:
 Crecí en un entorno greco-chipriota convencional posterior a la invasión turca de 1974, que dividió la isla, así que, durante muchos años, el “otro lado” de Nicosia estaba formado por historias que se contaban. Crucé al otro “lado” en 2003, cuando abrieron el primer paso, y me di cuenta de que todo era distinto y extraño pero al mismo tiempo familiar: los lugares, los edificios, la arquitectura, los olores, la gente y demás. Era una extrañeza incómoda y familiar. Desde entonces, he tenido una experiencia del “otro lado” mediante vínculos personales y profesionales. Las historias con que me he topado varían enormemente, desde lo más trágico hasta lo más absurdo, lo que desencadenó mi deseo de contar algo que tuviera que ver con ambos.

Smuggling Hendrix es una de esas historias. Está basada en un acontecimiento realmente ocurrido, es fruto de la devoción de un hombre por su perro, y ofrece un toque ligero para abordar temas más serios. Su microtrama refleja la complejidad de las dinámicas sociales del mundo real actual: la división de la isla de Chipre, las complejidades de la pérdida de propiedades y el espinoso asunto de los colonos turcos, que han permanecido ocultos todos estos años y ahora son elementos de la negociación entre políticos de ambos lados.

¿Querías encender la chispa del debate político sobre la situación en Chipre?
Aunque nunca me he involucrado demasiado a fondo en política, los dos cortos que he hecho tienen que ver directamente con el problema chipriota y con nuestra necesidad de coexistir en una isla dividida. Intento no tomar partido sino mostrar la situación a vista de pájaro. Lo que pasó en Chipre es trágico; todavía hay heridas abiertas. Hay gente que perdió a sus seres queridos, refugiados que perdieron sus hogares y sus propiedades, gente desaparecida (de ambos lados)… Estas heridas han sido empleadas como propaganda por ambas comunidades. Todavía hay mucho odio y muchos prejuicios que se cultivan en las aulas y, más tarde, en el servicio militar obligatorio, de dos años.

Para alguien desconocedor de la división existente en Nicosia, ¿crees que Smuggling Hendrix traza un retrato realista de la paranoia política y diplomática en curso?
La película aborda sus personajes y las situaciones de manera más satírica: no sabría hacerlo de otra forma. Lo bello con la comedia o la sátira es que puedes traspasar los límites para mostrar la verdad. Pero, en general, sí, creo que la película retrata fidedignamente la situación política actual y el status quo del problema de Chipre. No hay agenda ni propaganda política. Las cosas están así, esta es la situación, y tiene que cambiar.

¿A qué retos personales tuviste que hacer frente?
Muchos chipriotas griegos no están de acuerdo con el paso al lado ocupado, con mostrar sus documentos de identidad en los pasos fronterizos y con mostrar banderas o símbolos turcos. Si queremos una solución, necesitamos empezar a ver más allá de banderas y símbolos. No fue fácil para mí escribir la película y “desafiar” realmente el significado de algunos símbolos con los que he crecido durante toda mi vida, profundamente arraigados en mi propia cabeza. También tuve que abandonar mi zona de comfort. Afortunadamente, el apoyo que recibí de mi (co)productora Janine Teerling a lo largo de todo el proceso y las largas discusiones que mantuvimos me ayudaron a hacer exactamente lo que me proponía.

¿Crees tú en las fronteras?
Todos queremos estar a salvo pero construir muros y lanzar alambradas nunca ha sido la respuesta a nuestros problemas y nunca lo será. En su lugar, deberíamos invertir en educación y asegurarnos de que enseñamos a nuestros críos a abrazar sus diferencias, a respetar la cultura de cada uno, la manera de vida y las creencias religiosas de cada cual sin demonizarlas. Es nuestra obligación hacerlo y brindar nuestro apoyo para ello. No necesitamos que las religiones institucionalizadas nos instruyan. Podemos abrazar nuestra propia humanidad sin su “ayuda”.

Smuggling Hendrix examina cómo las fronteras, los alambres y los muros que construimos, reales o imaginarios, entre nosotros y el otro, pueden derribarse cuando reconocemos la familiaridad en el rostro del desconocido. Creo que este es un asunto global, más relevante ahora que nunca antes. Estoy seguro de que cuando uno ve la película, entiende mi postura al respecto o, por lo menos, a partir de la primera toma y de la última.

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(Traducción del inglés)

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