David Oelhoffen • Director
“No hay nada romántico en llevar una vida delictiva”
por Marta Bałaga
- VENECIA 2018: David Oelhoffen vuelve al Lido con el thriller Frères ennemis, donde el director francés se atreve a jugar con el género mientras opta por un enfoque realista
Con la ayuda de los célebres Matthias Schoenaerts y Reda Kateb, interpretando respectivamente a un criminal y un policía en Frères ennemis [+lee también:
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entrevista: David Oelhoffen
ficha de la película], David Oelhoffen cuenta la historia de dos amigos que se convierten en enemigos. Se trata de un thriller que, en lugar de optar por la acción trepidante y la estética de videoclip, ofrece una representación realista de algunos barrios y comunidades herméticas en las afueras de París. La película está siendo proyectada en competición en el Festival de Venecia.
Cineuropa: En Frères ennemis has decidido centrarte en un barrio concreto. Los acontecimientos cruciales de la película tienen lugar en apartamentos diminutos y callejones estrechos. Al final, todo parece una tragedia a pequeña escala.
David Oelhoffen: La premisa era filmar de la forma más realista posible. Quería respetar esos lugares tal y como son. En estas áreas, en las afueras de París, los pisos son normalmente muy pequeños y los pasillos están llenos de gente. Es un ambiente claustrofóbico donde es fácil sentirse bajo presión. Para conseguir respirar, mis personajes deben salir al tejado.
¿Qué te interesaba de esta comunidad en particular?
Quería imitar la realidad, y en la vida real el tráfico de drogas está normalmente controlado por los marroquíes – especialmente cuando se trata de hachís. Se trata también de una comunidad muy amable y acogedora, donde los lazos familiares son muy fuertes. Esa es la razón por la que resulta tan atractivo para Manuel (Schoenaerts) – él está sólo y no tiene familia. Del mismo modo, cuando finalmente experimenta el engaño y la decepción, el golpe es mucho más fuerte.
¿Dirías que estos dos personajes sólo se juntan después de haber experimentado el rechazo? Driss (Kateb) abandona su comunidad años antes, mientras que para Manuel es algo más reciente, pero esto les ayuda a entenderse mejor.
Ese era el núcleo de la película: el contraste que existe dentro de nuestra propia identidad, y las formas en las que somos percibidos por nuestra comunidad y por el mundo exterior. En el caso de Driss, este reniega de su pasado e intenta distanciarse tanto de sus raíces como del lugar de donde proviene. Sin embargo, sigue volviendo allí. Manuel representa justo lo contrario. Él no ha escogido perder a su familia, y ahora tiene dificultades para encontrar un sentido de pertenencia. En cierto modo, ambos son supervivientes que intentan hacerlo lo mejor que pueden. No había reparado en esto al principio, pero existen ciertas similitudes entre esta película y mi obra anterior, Lejos de los [+lee también:
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ficha de la película] [en la que también actúa Reda Kateb], que se centra en dos personas que forman un extraño vínculo después de sentirse, de alguna forma, desarraigados de sus comunidades.
Ya has mencionado tu intención de reflejar la realidad, y en lugar de un montaje rápido has optado por grabar a mano. Pero, ¿no se supone que los thrillers deben ser llamativos?
Cuando estás haciendo una película que juega con el género tu principal preocupación es evitar los clichés. Para mí, la mejor forma de hacerlo era aferrarme a la realidad, basándome en lo que quería contar acerca de esos personajes y en lo que había aprendido personalmente. Esa es la razón por la que, siempre que rodaba una escena de acción, intentaba evitar cualquier lirismo o romanticismo. Todas las escenas violentas en mi película están rodadas de forma rápida y seca. No hay nada romántico en llevar una vida delictiva. Es una vida terrible, y eso era lo que quería transmitir.
¡Pero estos hombres son realmente leales! Hay cierto romanticismo en ello.
Es cierto, para Manuel la lealtad es muy importante. El problema es que él no sabe a quién debe ser leal. No es romántico, es inocente. Su necesidad de amor y reconocimiento es tan grande que lo lleva a dejar que otros lo exploten y abusen de él, y no es capaz de admitirlo. Está en una fase de negación, y todo lo que hace tiene como objetivo ganar su perdón. Esa es su debilidad, y es lo yo encuentro conmovedor. Me ayudó mucho el hecho de que Matthias lo interpretase, un hombre muy fuerte y musculoso que no tiene problemas mostrando su fragilidad.
Dado que toda la historia gira en torno a sus interacciones, ¿cómo querías que actuasen el uno con el otro?
El problema era encontrar el equilibrio perfecto entre los dos, especialmente en la sala de montaje. Quería mostrar la química entre ellos, pero tuvimos mucho cuidado de colocarlos al mismo nivel. La primera vez que los vemos a ambos, en frente del ascensor en un estrecho pasillo, hay una colisión entre los dos. La mayor parte del tiempo parece que están peleándose o preparándose para iniciar una riña. Pero incluso en esos momentos podemos observar que, en el fondo, existe algo de amor y afecto entre ellos. Hay momentos en nuestras vidas que no podemos olvidar, como las caras de nuestros amigos de la infancia. Por eso en la película muestro imágenes de ellos cuando eran niños. Verlos como amigos en el pasado… es melancólico. Un día fueron inocentes, y luego la vida se llevó lo mejor de ellos.
(Traducción del inglés)