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VENECIA 2018 Fuera de competición

Valeria Bruni Tedeschi • Directora de La casa de verano

“La ironía nos ayuda a vivir”

por 

- VENECIA 2018: Charlamos con Valeria Bruni Tedeschi sobre su nueva película, La casa de verano, en la cual interpreta el papel protagonista, rodeada por su familia y amigos en la vida real

Valeria Bruni Tedeschi  • Directora de La casa de verano
(© La Biennale di Venezia - foto ASAC)

Basándose en su propia experiencia, Valeria Bruni Tedeschi utiliza La casa de verano [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Valeria Bruni Tedeschi
ficha de la película
]
para contar el relato de una familia que intenta lidiar con un trauma del pasado durante unas vacaciones de verano en la Riviera francesa. La propia directora interpreta el papel principal, acompañada por grandes nombres como Valeria Golino, Riccardo Scamarcio e incluso el veterano realizador Frederick Wiseman, en un sorprendente cameo. Charlamos con Bruni Tedeschi durante el Festival de Venecia, donde su película se presentaba fuera de competición.

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Cineuropa: Tu personaje, Anna, es una directora que se enfrenta a la ruptura de su matrimonio. ¿Por qué decidiste no esconder ninguna de sus debilidades?
Valeria Bruni Tedeschi:
En mi película nadie es perfecto. Por supuesto me gustan mis personajes, si no habría fracasado en mi trabajo, pero todos tienen carencias. Anna está sufriendo, pero cuando hablo de ella como directora puedo permitirme ser un poco irónica. La ironía nos ayuda a vivir. 

Ella no es la única que sufre. Todas estas personas se han reunido en un sitio precioso, durante las vacaciones de verano, y aún así hay mucho dolor.
La vida está llena de dolor. Nadie puede refugiarse del sufrimiento, la soledad, la enfermedad o la muerte. Ninguna casa, por grande que sea, ni todo el dinero del mundo pueden protegernos de eso. En la película hablo de gente concreta en un sitio concreto, pero en realidad estoy hablando de todos nosotros. Lo que intento decir es que estamos todos en el mismo barco. Puede que esté a punto de hundirse, y que todos vayamos a morir, pero la risa, la ironía y el hecho de comprender lo ridícula que es nuestra existencia puede ayudarnos de verdad. Chekhov solía decir que la condición fundamental de todo ser humano es ser ridículo. Es bueno recordarlo. 

Este es un tema del que ya he hablado con varios directores durante el festival, pero, ¿es difícil mezclar realidad y ficción?
Sí, pero cuando se trata del cine todo es difícil, incluso si estás adaptando un libro. Mi película es una adaptación de la vida, que luego tengo que modificar. Hablé con mi familia y descubrí que sus límites no son siempre los mismos que los míos. Por supuesto hubo conflictos, pero vengo de una familia de artistas. Siempre que mi madre tenga la oportunidad de interpretar a un personaje hermoso estará dispuesta a hacerlo. No nos asusta el arte, siempre ha tenido una gran presencia en nuestra casa. Yo juego con la verdad, pero cuando mi hija, mi madre o mis amigos aparecen en la película, todos ellos están interpretando personajes ficticios. La única diferencia real es que ya tengo un pasado con ellos, eso es algo que no necesito crear.

Durante la película, se menciona la idea de que un artista tiene derecho a “robar”. ¿Estás de acuerdo con eso?
Yo no lo llamaría robar. La condición humana es muy difícil, y es importante intentar ver un poco de luz en todo esto. ¿Realmente debo sentirme culpable al respecto? Creo que simplemente observo y luego trato de mostrar lo que he visto. No finjo que sé cómo resolver nuestros problemas, lo cual es una pena. Me encantaría trabajar y que además este fuese un proceso terapéutico. Piensa en ello: ganar dinero mientras te ayudas a ti misma, ¡sería tan eficiente! El caso es que, como digo en la película, realmente necesito trabajar. Para mí es tan importante como respirar, así de simple. Me hace funcionar mejor. Yo trabajo para conocer a gente y tal vez para enamorarme, pero no porque haga la vida menos dolorosa. 

Decidiste hablar de acoso sexual. ¿Qué te convenció para hacerlo?
Me ha llevado 50 años hablar de esto, lo cual es mucho tiempo. Ahora tengo una hija, y cuando tienes hijos te das cuenta de que ellos son muy conscientes de este problema. Son muy sensibles, y a veces escuchan tantas cosas al respecto que todo empieza a parecerles amenazador. Pasa lo mismo con los adultos. Nos sentamos en nuestras oficinas, demasiado asustados para mirarnos los unos a los otros por miedo a hacer algo que nos pueda causar problemas. En todas las relaciones que construimos, ya sea en el trabajo o en nuestra vida social, somos un poco desconfiados. Nos estamos volviendo un poco paranoicos. Ocurre lo mismo con el tema de la representación aquí en el festival. A mí no me gustaría que proyectasen mi película en la Sección Oficial sólo porque soy mujer. Me gustaría mostrarla si alguien piensa que es suficientemente buena. Creo que debemos seguir trabajando para que haya una representación de género equilibrada, pero no cuando se trata del arte.

La película está dominada por la presencia constante de un hermano muerto. ¿Fue muy difícil para ti incorporar este elemento a la película, dado que tuviste que pasar por una experiencia similar?
Esas fueron algunas de las escenas más complicadas. Podrían haber resultado poco creíbles, pero quería tener a mi hermano cerca de mí otra vez [el hermano de la directora, Virginio Bruni Tedeschi, murió en 2006]. Es como ver a un viejo amigo y exclamar emocionado: ¿Cómo estás? ¡Cuánto tiempo sin verte! El cine tiene el poder de invocar a los muertos; nos permite vivir con ellos a nuestro lado durante un poco más de tiempo. Esa es una de las cualidades que lo hacen mágico.

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(Traducción del inglés)

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