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BLACK NIGHTS 2018 Competición

Partho Sen-Gupta • Director de Slam

“Vivimos en un estado de violencia”

por 

- Cineuropa se ha reunido con el realizador indio Partho Sen-Gupta para charlar acerca de su última película, Slam, tras su estreno mundial en la competición de Tallin

Partho Sen-Gupta  • Director de Slam

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, la última película del director Partho Sen-Gupta, ha formado parte de la Competición Oficial del Festival Black Nights de Tallin.

Cuando su hermana, una activista de origen palestino, desaparece después de un recital de poesía, el modesto Tarik (Adam Bakri) debe enfrentarse a las falsas acusaciones, el asedio mediático y los comentarios racistas de los que ha estado huyendo durante toda su vida en Australia. Mientras trata de averiguar quién era ella realmente, Tarik también comienza a cuestionar sus propias decisiones. Nos reunimos con el director para conocer más a fondo su último trabajo.

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Cineuropa: En Slam, te centras en inmigrantes de segunda generación que no se sienten extranjeros, pero que muchas veces son tratados como si lo fueran.
Partho Sen-Gupta:
La primera generación suele escapar de algún conflicto y están contentos simplemente con sobrevivir. La siguiente nace en un contexto distinto y crece absorbiendo estos valores. Quieren asimilarlos porque es lo que les han enseñado en casa, donde sus propios padres se avergüenzan de su acento. Aún así, a veces la gente les pregunta de dónde vienen, y eso les duele, porque han vivido allí toda su vida.

¿Por eso a veces deciden volver?
Se sienten rechazados, pero al volver se dan cuenta de que tampoco pertenecen al otro lugar. No pertenecen a ningún sitio, viven en una especie de limbo. Todos los movimientos nacionalistas los rechazan, aunque hace diez años nadie habría dicho nada parecido. Desgraciadamente, gente como Trump ha conseguido que estos comentarios y movimientos parezcan aceptables hoy en día, y la gente los vota.

Yo mismo soy un inmigrante. Me mudé a Francia en los años noventa. Hablaba el idioma y recibí una beca para estudiar en La Fémis, pero a pesar de vivir allí durante años, la gente seguía preguntándome si estaba de visita. Hace que te sientas poco valorado. Quería hacer una película sobre esta situación sin necesidad de acusar a nadie, simplemente como parte de un análisis personal. Tarik llega a Australia cuando todavía es un niño, y después se convierte en Ricky. Allí intenta llevar una vida “blanca” hasta que su hermana, una activista que desaprueba su estilo de vida, desaparece misteriosamente. Este suceso le obliga a revisar su identidad y todo lo que ha dejado atrás.

A lo largo de la película, escuchamos a algunas personas decir que no quieren a “esa gente” en su país. En los periódicos se refieren a ellos como “monstruos”. ¿Se trata de algo habitual para ti?
Desgraciadamente, es lo que ocurre en Australia. Los políticos hablan constantemente de ello en la radio, y los periódicos provocan a la gente con sus titulares. Cuando entro en una cafetería simplemente me alejo de ese tipo de prensa. Es un país controlado por el imperio Murdoch, construido para politizar y aprisionar la mente. Nos lavan el cerebro para creer que vivimos en una sociedad democrática. Puedes encontrar cinco marcas distintas de papel higiénico en el supermercado, pero eso no es libertad. Por eso decidí crear el personaje de Joanna[interpretada por Rachael Blake], una australiana blanca de clase trabajadora. Cuando su hijo muere en Afganistán, se da cuenta de que ha estado viviendo en un mundo que jamás ha cuestionado, al igual que Tarik. 

Es sorprendente que hayas decidido dedicarle tanto tiempo a ella.
Quería crear un vínculo entre los dos mundos. Después de todo, no somos tan diferentes. Los personajes tan solo se encuentran dos veces en la película: primero, cuando Tarik va a la estación de policía para cubrir un informe, y por segunda vez al final. Están conectados porque la base de la película es la violencia, totalmente arraigada en nuestra sociedad. Vivimos en un estado de violencia, y los protagonistas intentan abandonar esa dinámica, o al menos cuestionarla. Todo empieza con un grupo de niños llamando a otro “terrorista”. 

Para mí, esta película es una representación distinta de Australia, una que la gente no ha visto antes. Fue muy complicado llevarla a cabo, porque solo llevaba seis años viviendo aquí. A alguna gente le parece genial que quiera hablar de ciertos temas, porque nadie más se atreve, pero otros sienten que les estoy acusando. Existe una imagen popular de Australia que se centra en las playas y el surf, pero en realidad es una sociedad extremadamente violenta basada en el genocidio de los pueblos aborígenes. Todo el mundo parece muy agradable, pero en el fondo ocultan un lado oscuro.

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(Traducción del inglés)

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