Michael Winterbottom
“El futuro es el presente”
- Winterbotton ha presentado a concurso una historia de amor, protagonizada por Tim Robbins y Samantha Morton, ambientada en el futuro
El presente tiene muchas semejanzas al futuro próximo que Michael Winterbotton muestra
en Code 46, presentado ayer a concurso.
El director británico, vencedor del Oso de Oro en el último Festival de Berlín
con la conmovedora In this world, nos habla de la historia de amor y de libertad ambientada en un hipotético futuro, donde el instinto ha sustituido a la razón y donde las reglas son más fuertes que los sentimientos humanos.
¿Por qué ha querido mostrar un futuro que se parece tanto a la realidad actual?
“La idea fundamental de esta película nace de la visión de nuestra evolución como seres humanos en el transcurso de los años. Hace diez años éramos distintos de lo que somos ahora y lo mismo sucederá dentro de diez años.
Las posibilidades de la tecnología simplemente son un modo para mostrar una posible evolución,
El futuro se integra con la realidad existente que actualmente es extremadamente heterogénea”.
El tema central de la película parece ser el amor y el problema de la elección más que la ciencia ficción.
“Este género no debería narrar o explicar, si no que debería estimular el pensamiento.
El eje central de la película es una historia de amor que es al mismo tiempo una historia de libertad.
La pregunta que me hacía era si era mejor vivir una aventura peligrosa o renunciar a ella
antes de emprenderla.
El protagonista de la película sabe que su amor no tiene futuro pero prefiere vivirlo
antes que no conocerlo”.
En la película parece que conviven dos almas, una la de aquellos que tienen una “coraza protectora”
por vivir en la ciudad y la de los que viven al margen de ésta en un completo abandono.
¿Por qué esta división?
“Estas dos almas se entrelazan. No podría decirle si una de ellas es buena y la otra no
porque las dos se complementan.
Existen grandes ciudades donde todo está establecido, preparado, estudiado, donde los pobres
buscan trabajo pero tienen que aceptar unos “códigos”.
Las ciudades están superpobladas y en ellas se ejercita un control privado, no de tipo militar
si no para permitir una convivencia que de otra manera sería imposible.
Fuera, la vida, ve a los “sin papeles ” arreglárselas como pueden en su lucha por la supervivencia.
¿No le parece que su visión del mundo es pesimista?
“En “In this world” conté una historia de minorías no protegidas, de caos, de dolor,
pero es el mismo mundo de Code 46, dividido entre una élite prisionera en un universo de reglas
o de marginados abandonados en el caos.
No es ni bonito ni feo, es la solidaridad entre los que no tienen nada que intentan llevar una vida más tolerable, permitiendo que se divierta el que se encuentra mal e ir hacia delante”.
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