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CANNES 2019 Quincena de los Realizadores

Blaise Harrison • Director de Les Particules

“La vida de estos adolescentes se desestabiliza poco a poco”

por 

- CANNES 2019: El cineasta franco-suizo Blaise Harrison presenta en Cannes, durante la Quincena de los Realizadores, Les Particules, su primer largometraje

Blaise Harrison • Director de Les Particules

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, el primer largometraje de Blaise Harrison, presentado en la 72ª edición del Festival de Cannes durante la Quincena de los Realizadores, es una película de adolescentes con un estilo muy personal, mezclando fantasía y física cuántica.

Cineuropa: ¿Cuál es la idea detrás de esta película?
Blaise Harrison: Crecí en Pays de Gex (Francia) y he querido mostrar mi adolescencia en esta región basándome en mis recuerdos. Esta región está entre la ciudad y el campo, no es ni una ni otra; hay campo, pero también hay zonas más urbanizadas. Está en la frontera franco-suiza y sus habitantes son muy internacionales (trabajadores del CERN en Génova, en distintas ONG, etc.). La presencia de estas organizaciones, relacionadas con la energía nuclear o con el acelerador de partículas que atraviesa el subsuelo de la zona, siembra misterio e inquietud. Una máquina monstruosa siempre bajo nuestros pies, invisible. Me pareció interesante mezclar estos aspectos con lo que ocurre sobre la tierra, las experiencias banales y cotidianas de un grupo de adolescentes, especialmente las experiencias del protagonista, P.A., que empieza a ver cómo el mundo que le rodea cambia y sufre las crisis existenciales y filosóficas típicas de esa edad.

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¿Cómo has mezclado el realismo social y la fantasía?
Quería que la película comenzase con una historia completamente normal de la vida cotidiana de unos adolescentes y que esta normalidad se fuese viendo perturbada poco a poco para adentrarnos en una dimensión más espiritual, inquietante, angustiosa… que se une con la aparición de distintos fenómenos fantásticos cada vez más preocupantes. La idea era crear la duda de si lo que vemos es real o no, o si solo existe en sus cabezas, si es el CERN el responsable de lo que ocurre… Quería que ese proceso fuese progresivo, que empezase en una situación de completo realismo desde un enfoque casi de documental, para luego cambiar completamente y convertirse en una ficción. Esa era la dificultad: conseguir conciliar ambos aspectos, el relato de ficción con el documental realista, grabando a los personajes en su casa y los lugares que conocen. Nuestros actores no son profesionales y me he inspirado en sus vidas para crear a sus personajes. A pesar de todo, es una película fantástica y la ficción termina tomando el control.

¿Y los efectos especiales?
Fue complicado, yo nunca había utilizado efectos especiales generados por ordenador. Hay que ser muy preciso con cada escena porque si no, cambiar y ajustar los efectos especiales requiere unos cálculos y unas máquinas enormes e incomprensibles. De todas formas, lo fuimos dosificando, no quería que esto se convirtiese en una película de Disney, tenía que ser creíble. Fue un proceso, al principio el espectador puede dudar si lo que ha visto es un fenómeno extraño o si es simplemente algo natural, pero improbable. Todos estos aspectos se unen para hacernos sentir una cierta incomodidad y dudar si lo que vemos de verdad existe.

¿Cómo adaptaste la ciencia al cine?
Las investigaciones del CERN siempre me han parecido fascinantes. Cuando lo ves, te adentras sin duda en un universo espectacular y futurista, que te hace pensar en películas de ciencia ficción como 2001 o Star Trek. Hablé con físicos de las sorprendentemente concretas que son las conclusiones que sacan del acelerador de partículas, muy lejos de ciertas fantasías que se le atribuyen a la física cuántica. Teorías vertiginosas que hacen del mundo un ente enigmático que puede resultar incluso agobiante. De todas formas, estos aspectos tan técnicos no forman parte de la película porque son demasiado complejos y sería difícil que el espectador fuese capaz de enterarse de todo. Había que encontrar una forma de explicar lo que ocurre en esos lugares sin entrar demasiado en detalle. Mantuvimos una cierta simpleza para poder quedarnos con lo esencial.

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(Traducción del francés por Pedro Andueza González)

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