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CANNES 2019 Quincena de los Realizadores

Andreas Horvath • Director de Lillian

"'Queremos ver qué pasa en el camino', dijimos... y los posibles financiadores negaron con la cabeza"

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- CANNES 2019: Hablamos con el documentalista austriaco Andreas Horvath sobre su quinto largo, Lillian

Andreas Horvath  • Director de Lillian

El aclamado documentalista autriaco Andreas Horvath (This Ain't No Heartland, Earth's Golden Playground) conoce bien las zonas remotas de Norteamérica. En su quinto largo, Lillian [+lee también:
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, que se proyecta en la Quincena de los Realizadores del Festival de Cannes, vuelve a embarcarse en un viaje, siguiendo en este caso la estela de una mujer de Europa del Este que viajó desde Nueva York hasta Rusia...a pie.

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Cineuropa: Lillian está dedicada a una tal Lillian Alling, "que desapareció mientras intentaba caminar desde Nueva York hasta Rusia". ¿Cuánto tiempo has estado pensando en ella?
Andreas Horvath: 15 años. Conocí a un escritor que acababa de volver de Alaska, y me contó la historia de esta mujer. Esa noche, no pude dormir. Inmediatamente, empecé a ver imágenes en mi cabeza, parecidas a mi propia visión de Norteamérica, la de mis películas y series fotográficas. Yo conocía las zonas y regiones por los que ella había pasado, y sentí que ahí había una película fantástica. Así que empecé a buscar financiación. En 2009, conseguí un contacto canadiense que se apuntó, y luego una compañía austriaca que me mandó a Alaska. De ahí salió otra película, Earth's Golden Playground, sobre los mineros de oro de Dawson City, en Yukon, pero Lillian seguía por hacer. Luego Ulrich Seidl se interesó por el proyecto. Y ahora estamos aquí, en Cannes, precisamente.

¿Y cómo encontraste a tu protagonista?
Con mucha desesperación, y eligiendo entre 700 candidatos. No queríamos una actriz. Pusimos anuncios en los periódicos, buscando a mujeres aventureras. Luego conocí a Patrycja Planik a través de amigos mutuos; ella también es fotógrafa y trabaja con las artes visuales. Ella tenía exactamente ese nosequé especial: era lanzada, decidida y vulnerable. Lilian estaba buscando algo, no sabemos qué, y Patrycja transmite ese misterio a la perfección.

La Lillian real emprendió su viaje a mediados de los 20. Tú has decidido trasladarla a una ambientación contemporánea. ¿Por qué?
Quería un imaginario universal, "simbólico". Fuimos a esos lugares en su estado actual. Además, para potenciar la sensación de documental, no teníamos guion. Teníamos algunas ideas sueltas, pero no notas estructuradas. Había un solo storyboard para toda la película.

¿No era un poco arriesgado?
Mucho. Y por eso fue difícil conseguir financiación. Al menos una de las presentaciones fue un desastre absoluto, la de Visions du Réel en Nyon, Suiza. No dábamos ninguna idea de cómo sería esta película. "Queremos ver qué pasa en el camino", dijimos. Los posibles financiadores negaron con la cabeza.

¿Cuánto duró el rodaje?
Estuvimos en Estados Unidos nueve meses, haciendo todo el trayecto desde Nueva York a Alaska. Luego volvimos a casa para montar y posteriormente nos pusimos a rodar más material. Rodamos de forma cronológica, salvo las escenas del estrecho de Bering, que se filmaron justo al principio. El equipo lo formábamos cinco personas como máximo, incluyendo a Patrycja, a quien se le ocurrieron muchas buenas ideas.

¿Son todos los personajes que vemos ellos mismos, gente corriente con la que os encontrásteis por el camino?
Sí, con dos excepciones: el tío del porno del principio y un redneck loco que en realidad no estaba loco. Los demás participaron y cooperaron de buena gana. Los estadounidenses son maravillosos en este sentido... más que los europeos, en mi experiencia.

Háblanos de la participación de Ulrich Seidl. Él es toda una personalidad. ¿Influyó en la estética del film?
Bueno, algunas de sus películas, como Días perros, me llegaron a lo más hondo y se quedaron ahí. Quizás eso se nota en mi propio trabajo... Pero cuando nos conocimos, él solo dijo, "Veo que sabes lo que quieres; yo haré que suceda". Y así lo hizo. Tuvimos muy poco contacto y ni siquiera hablamos ni una vez durante el rodaje: ni por teléfono, ni por email; solo su generosidad. Ni siquiera sé si le gusta la película.

Lillian ha sido descrito como tu primer largo de ficción después de varios documentales. ¿Qué te parece esta nueva etiqueta?
Hasta opto a la Cámara de Oro de este año en Cannes, lo cual me sorprende, en cierto sentido. Para mí, es difícil decirlo. ¿Me he convertido de repente en un cineasta de ficción? Creativamente, me siento en una encrucijada, no tengo ni idea de adónde ir ahora. Personalmente, esto no me parece un proyecto de ficción; más bien, es la mezcla perfecta de ficción y realidad. Lillian nunca habría sido como es sin asumir plenamente el aspecto de documental.

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(Traducción del inglés)

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