Tudor Giurgiu • Director de Parking
“Quería jugar con un choque de culturas”
por Marta Bałaga
- Hemos entrevistado al presidente del Festival de Transilvania Tudor Giurgiu, cuya nueva película, Parking, inauguró la edición de este año del certamen
En su último film, Parking [+lee también:
crítica
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entrevista: Tudor Giurgiu
ficha de la película], seleccionado como la película inaugural de la decimo octava edición del Festival de Cine Internacional de Transilvania, Tudor Giurgiu se centra en Adrian (Mihai Smarandache), un inmigrante rumano que vive en un parking en algún lugar de la polvorienta periferia de Córdoba. El aspirante a poeta pronto ve su tranquila vida interrumpida por la energética María (Belén Cuesta), y su pasado alcanza gradualmente a su presente.
Cineuropa: Aunque tu personaje es de Transilvania, Parking se ambienta en España. ¿Cómo acabaste ahí?
Tudor Giurgiu: Todo empezó con la novela [Cercanías, de Marin Mălaicu-Hondrari]. Me llegó muy profundamente, es muy melancólica y tierna. Decidí conocer al escritor y saber de su historia personal fue incluso más inspirador porque me di cuenta de que el personaje principal era realmente su álter ego. En 2002, cuando Rumanía ni siquiera era un país miembro de la UE, él también decidió marcharse. Con 20 euros en el bolsillo, se dijo: “quiero reinventarme”. Había leído historias del escritor chileno Roberto Bolaño haciendo lo mismo en España y realizando trabajos rarísimos, así que caminó por Córdoba hasta llegar a este parking donde terminamos rodando. Este es el tipo de historias que me inspiran para realizar películas, porque puedes aprender sobre ti mismo por el camino. Nunca sería capaz de hacer algo así. Por lo que tratar de comprender a este hombre fue un viaje personal para mí también.
Esta idea de “reinventarse a uno mismo” se ha vuelto un recurso muy conocido y romántico. Pero tú eres bastante cínico sobre ello en ocasiones.
Rodar en España podría haber sido un desastre… podría haber representado todos los estereotipos posibles. Pero en su lugar, mostramos las afueras de la ciudad, enfocándonos en las duras condiciones y tratando de no romantizar su experiencia. Este tío no deja su casa y su familia para ganar dinero. Lo necesita, por supuesto, pero quiere aprender español para poder leer a todos los grandes de la literatura [ríe].
Encuentras humor en los pequeños momentos que casi podrían considerarse ofensivos, como cuando se topa con unos ladrones para después descubrir que son compatriotas suyos. ¿Era importante para ti?
Sé que en algunos países, los rumanos tienen una mala reputación. Es imposible que Adrian sea el único inmigrante en España, hay muchos más. Pensé que sería divertido jugar con ello, dar un pequeño giro a estos clichés. Pero sí, siento que necesitaba insertar un poco de humor en la historia porque trata sobre la idea del fracaso y las personas en tiempos de crisis, tanto personal como profesional. Temía estar haciéndolo demasiado oscuro y depresivo.
Todos los personajes de tu película son soñadores. Es casi como si vivieran en una realidad alternativa, esperando a que la burbuja estallase.
Yo también me considero como un soñador empedernido. Pensé que sería genial mostrar que la gente de esa edad todavía construye castillos en el aire. Hablé con los actores sobre esta dimensión chejoviana de los personajes: en sus obras, todo se derrumba, pero siguen convencidos de que serán capaces de empezar de cero en Moscú. Quería darle a esta historia un aire de cuento, imaginar este parking como el fin del mundo o una especie de limbo. Pero, sobre todo, quería dejar algo claro porque creo mucho en ello: tu pasado siempre te perseguirá, no puedes huir de él. Quizás pensemos que podemos dejarlo todo y marcharnos, pero eso solo está en nuestra cabeza.
¿Sientes una presión adicional al presentar tu película aquí, en tu propio festival?
Hablamos de ello con el director artístico Mihai Chirilov. Me convenció para presentar la película porque la audiencia ya me conoce… Nací aquí, y todavía siento la necesidad de devolver algo a la ciudad, aunque Parking no sea el tipo de cine de masas que se espera de mí. Es mucho más complicado, más desafiante. Pero me hizo muy feliz la recepción que tuvo, también porque no es una película sobre inmigración. Ser un inmigrante, un extraño en una cultura extranjera, es un subtexto importante de la película, pero no quería enfocarme únicamente en ello. Tienes a este tío de Transilvania que viaja al extranjero, y la gente aquí suele ser muy tímida… entonces se ve rodeado de repente por todos estos andaluces exuberantes. Quería jugar con este choque de culturas.
(Traducción del inglés por Mar Muñoz Lorente)
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