30/08/2019 - VENECIA 2019: Hemos hablado con el director lituano Mantas Kvedaravičius, que presenta Parthenon en la Semana Internacional de la Crítica

(© Semana Internacional de la Crítica)

Hemos tenido la oportunidad de hablar con el director lituano y profesor Mantas Kvedaravičius, cuyo tercer largometraje, llamado Parthenon [+lee también:
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entrevista: Mantas Kvedaravičius
ficha de la película], ha sido presentado este año en la Semana internacional de la crítica de Venecia.

Cineuropa: Esta película está basada en la investigación etnográfica que realizaste durante tres años. ¿Cómo emprendiste esta investigación? ¿Tenías intención de utilizarla para hacer una película desde el principio?
Mantas Kvedaravičius: Yo creo que la película tiene por origen dos principales motivaciones. En primer lugar, surge de ciertas imágenes y encuentros: el llanto desgarrador de alguien al otro lado de una ventana, un ave gigantesca aterrizando sobre el hielo, alguien que sella sus labios mientras otros cantan… Y, en segundo lugar, se origina en los pedazos de las historias que he escuchado de las personas que he ido conociendo, y que se convirtieron en mis amigos, colaboradores y enemigos. Estos elementos ya habían aparecido durante la investigación, que podría considerarse “etnográfica”. Puede que no esté conectada directamente a la película, pero está presente en los márgenes del guion y del proceso de creación de Parthenon: un estudiante al que su profesor obliga a comerse un balón de fútbol por incumplir las normas, una niña que roba un diamante para dárselo de comer a un pez, y otras muchas cosas… A partir de estos dos impulsos, la película fue empujada a adquirir una cierta forma, y fue poblada por espacios tangibles y “personajes”, y desarrolló su apuesta estética.

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¿Por qué decidiste centrar la atención en el cuerpo y la memoria?
Creo que ellos mismos fueron los que decidieron formar parte de la película. Lo que quiero decir, es que el cuerpo y la memoria no son los focos principales de atención de esta. Sin embargo, a través de los personajes y los espacios, parecen dar un paso adelante y acaparar la atención mediante el impulso compartido de historicidad que albergan. La forma en la que los personajes de la película tratan sus cuerpos en pantalla o la forma en la que ciertos lugares forman parte de la historia no es tanto una decisión de la dirección, sino una decisión respecto a la propia temática a tratar.

¿Cuáles fueron las etapas más importantes de todo el proceso creativo? ¿Por qué?
La creación de un proyecto así tenía que seguir la lógica cinematográfica, mientras intentaba capturar momentos y dar vida a ciertas experiencias concretas que no están definidas por el guion o por el plan de producción. Al contrario, para que ciertas imágenes pudiesen funcionar en yuxtaposición a otras, hicieron falta una serie de escenarios, ciudades y situaciones. Igual de importante fue que los “personajes” de la película, así como sus historias, se convirtieran en colaboradores. Aportaron un equilibrio significativo en la forma en la que decidieron comportarse en el espacio de la película.

La dirección de fotografía es casi claustrofóbica, y muchas escenas están filmadas en escenarios oscuros. ¿Podrías hablarnos más de esta decisión estilística?
Una de las ideas era crear un espacio específico que no estuviese, necesariamente, limitado por la dimensión física, sino por el espacio del cuerpo y la memoria, como ya he mencionado antes. Esto guio mi esfuerzo por visualizar y encontrar la forma cinemática adecuada para la película. En este sentido, los primeros planos con una iluminación específica me ayudaron a moverme en esta dirección.

¿Qué hay sobre tus próximos proyectos?
Estoy trabajando en unos pocos proyectos de cine a largo plazo: una película de ciencia ficción ambientada en Goma y una exploración visual de una epidemia de peste bubónica.

(Traducción del inglés por Raúl Alcantarilla)