31/10/2019 - La directora noruega Nini Bull Robsahm nos presenta Lake of Death, su título de terror (¿y remake?) estrenado en cines de su país por Halloween

(© Axel Mustad)

Lake of Death [+lee también:
tráiler
entrevista: Nini Bull Robsahm
ficha de la película], el tercer largometraje de la directora noruega Nini Bull Robsahm, es una película de terror donde un grupo de jóvenes se reúne en una casa amenazante, en medio de una naturaleza inquietante. Sueño y realidad se unen, entrelazados por escenas impactantes. La película, que se ha presentado recientemente en Oppdal, en la inauguración de Ramaskrik, un festival noruego dedicado al terror que este año celebra su novena edición, es una adaptación libre de una obra del escritor André Bjerke publicada en 1942. Lake of Death ha sido producida por Canopy Film y será distribuida por SF Studios.

Cineuropa: Falta poco para Halloween.
Nini Bull Robsahm: Me encanta Halloween. Me hace pensar en El retorno de las brujas, una comedia fantástica de Kenny Ortega que vi por primera vez a los diez años y que todavía sigo viendo. La música de esa película fue compuesta por John Debney, un famoso creador de temas musicales, que también ha compuesto la de mi película, Lake of Death. Otra fuente de inspiración, en cuanto a la iluminación, fue Bob Bates, que trabajó en La seducción, de Sofia Coppola. Vino desde Nueva Orleans con todo su equipo para participar en nuestro proyecto. También han trabajado con nosotros Dan Perri, diseñador de carteles y de logos, y Jussi Tegelmann en los efectos sonoros. ¡Qué suerte haber podido trabajar con artistas tan talentosos! Me han enseñado mucho.

En 1958, Kåre Bergstrøm dirigió Lake of the Dead, película inspirada en el mismo libro de Bjerke. ¿Por qué hacer un remake?
Más que un remake es un homenaje a una obra fundamental de la cultura noruega que marca el principio de una tradición, la de los libros y películas de terror, y de un género que alcanzó gran popularidad y que podríamos llamar “Vacaciones en una cabaña con amigos”. Yo grabé esta película en analógico, en 35 mm, con amor, amor a la naturaleza, las tradiciones, los cuentos y las leyendas de mi país, prestando atención a los detalles. También quería homenajear una narrativa anticuada y lo hice con la ayuda de Bob Murawski, que domina el arte de montar las secuencias de suspenso a la antigua. También hizo el montaje de un thriller sobrenatural que me inspiró mucho, Premonición, de Raimi, con Cate Blanchett. Yo elegí menos diálogo, menos gore y mucho suspenso; la intriga y los personajes desde otra perspectiva.

¿Podemos hablar de actualización?
Creo que no. Si hubiera querido modernizarla, habría usado un lenguaje cinematográfico diferente, más contemporáneo, pero preferí inspirarme en las películas de finales del siglo XX. Además, usé una orquesta real, algo inusual hoy en día.

Lake of Death…, ¿es una extensión de Amnesia [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película], tu película anterior?
Amnesia también es una película oscura, de suspenso y terror, pero la historia es diferente. Lake of Death me ha dado la oportunidad de ser más personal, de reafirmar mis gustos en materia de expresión visual. Debo reconocer que fue Thomas Robsahm, mi hermano mayor, quien me dio la idea para esta película, idea que en un principio rechacé: libro de culto, película de culto, imposible tocarlos. Y luego me dejé fascinar por Lillian Werner, personaje secundario del libro a quien le doy el papel principal. La galería de personajes ha cambiado. Yo quería que fuesen más mayores que en el libro, por ejemplo.

¿Y los actores?
Magníficos. Excepto Iben Akerlie, que interpreta a Lillian, y Jakob Andersen Schøyen, que son muy conocidos en Noruega, opté por caras nuevas. La mayoría de los actores jóvenes, que están acostumbrados a lo digital, a un ritmo de trabajo diferente, quedaron muy sorprendidos por las pocas tomas que hicimos, aunque les explicamos de antemano los métodos de grabación.

El director de fotografía se llama…
Axel Mustad. Él encontró las localizaciones de la película, el lago misterioso y la casa de ensueño para los interiores. La reserva natural de Jeløya, al sur de Oslo, tenía la atmósfera mágica que queríamos. También grabamos en Bergen, entre otros.

¿El rodaje?
Unos veinte días, que es poco, con un calor agobiante, una cámara caprichosa al principio, el miedo al fracaso, intensos esfuerzos debido a la urgencia… Un poco estresante, pero lo pasamos muy bien… ¡Y la película ya está lista! Estoy muy agradecida con todo el equipo. 

(Traducción del francés)