31/10/2019 - El director ruso Andrei Konchalovsky nos habla sobre The Sin, su película sobre Miguel Ángel proyectada en un evento de clausura especial de la 14a Fiesta del Cine de Roma

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entrevista: Andrei Konchalovsky
ficha de la película], proyectada como cinta de clausura especial de la 14ª Fiesta del Cine de Roma, es el blockbuster independiente que el veterano realizador ruso Andrei Konchalovsky le ha dedicado a Michelangelo Buonarroti, más conocido como Miguel Ángel, rodado en Italia durante catorce semanas. La cinta es una coproducción entre Rusia e Italia, producida por la fundación del propio Konchalovsky junto con Jean Vigo Italia y Rai Cinema. El encargado de interpretar al maestro del Renacimiento es Alberto Testone (protagonista de Pasolini, la verdad escondida). Cineuropa ha aprovechado su estancia en Roma para entrevistar al director, ganador del León de Plata en Venecia por Paraíso [+lee también:
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ficha de la película] en 2016 y por El cartero de las noches blancas en 2014.

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Cineuropa: ¿Por qué decidiste hacer una película sobre Miguel Ángel? ¿Qué es lo que más te atraía de este gran artista?
Andrei Konchalovsky: La mejor respuesta es, ¿por qué no? Me encanta Italia, viajo mucho por el país, admiro la cultura italiana y adoro a los "fiorentini" [ciudadanos de Florencia], que tienen muy mal carácter y están orgullosos de su ciudad. Como ellos dicen, el 70% del arte del mundo se hace en Italia, y el 70% del arte italiano se hace en Florencia, por lo que todos los grandes artistas pasaron por allí en algún momento, antes de marcharse a Roma, Venecia, Düsseldorf o Münich, como Durero. Miguel Ángel le dijo una vez a su discípulo: "Gracias a Dios que Durero vive en Alemania, porque si viviera aquí nos mataría a todos", ya que lo consideraba un gran artista. La vida de un artista nunca es fácil, pero durante el Renacimiento hubo tantos que algunos nunca fueron considerados genios, a pesar de no tener nada que envidiar a Rafael, Canova, Canaletto... Miguel Ángel tuvo la suerte de ser considerado un genio. Cuando lees su poesía te das cuenta de que su vida no fue tan dulce, estaba llena de viajes y conflictos, y ahí nace una historia. ¿Por qué un genio estaba tan descontento con su vida? Por eso hice una película sobre Miguel Ángel.

Has dicho que esta no es una película, sino una visión. ¿A qué te refieres?
No quería retratar al Miguel Ángel que conoce todo el mundo, ni hacer una película biográfica. No es una historia sobre el escultor, sino la visión de un ser humano muy egoísta, duro pero tierno, que vivió durante el Renacimiento. Por eso nunca muestro a Miguel Ángel esculpiendo sus famosas obras o pintando la Capilla Sixtina. Me interesaba más su personalidad y su talento: era capaz de citar la Divina Comedia de memoria, pero también tenía un lado oscuro que, a pesar de todo, no nos impide amarlo.

Tu retrato del siglo XVI es crudo, sucio y cruel.
Ha pasado mucho tiempo y es difícil saber cómo fue realmente ese período. Debemos imaginarnos el ruido de los caballos en la calle y el olor que había entonces. Para mí lo más importante era evitar el exotismo y representar esta época de una forma natural. La vida era muy diferente a como se muestra en la película, era mucho más difícil y cruel. El fuego de la Inquisición y la muerte estaban por todas partes, y no me refiero solo a cosas endémicas como "la peste"... No quería mostrar la realidad. En el fondo, cada película crea una ilusión. Si te la crees, entonces se convierte en realidad.

¿Cuál fue el desafío más grande a la hora de hacer esta película?
Recrear la fabricación del mármol dorado. Lo más complicado fue hacer una reconstrucción de todo el proceso y luego filmarlo. Todo empieza con un bloque de cien toneladas que debes transportar desde la montaña en un carro tirado por 35 bueyes. Hoy en día necesitas 30 camiones para transportar a los bueyes, alimentarlos y limpiar toda la mierda que dejan. Es mucho más difícil que trabajar con actores.

¿Cómo encontraste a Alberto Testone?
Fue muy difícil encontrar al actor adecuado para interpretar a Miguel Ángel. No paraban de ofrecerme actores famosos, ¡pero ninguno se parecía a Miguel Ángel! Yo quería un actor con la nariz rota, igual que él. "Buscad boxeadores", les dije. Luego pedí un actor que se pareciera a Pasolini, porque Miguel Ángel tenía cierto parecido físico con el cineasta. Así llegamos a un actor que interpretó a Pasolini en el cine. Hicimos algunos ensayos y descubrí que Alberto era la persona adecuada, tanto por su físico como por su temperamento.

(Traducción del inglés)