22/04/2020 - Anissa Bonnefont habla de Wonder Boy, Olivier Rousteing, né sous X, su primer largometraje documental, nominado al César y actualmente en competición en Tribeca

Wonder Boy, Olivier Rousteing, né sous X [+lee también:
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entrevista: Anissa Bonnefont
ficha de la película], el primer largometraje documental de la cineasta francesa Anissa Bonnefont, hace un retrato del joven director artístico de Balmain, una estrella de la alta costura mundial que busca su identidad a través de la búsqueda de sus padres biológicos. La película compite (y se estrena a nivel mundial) en la 19ª edición del Festival de Tribeca, que se celebra online para el jurado y profesionales acreditados.

Cineuropa: Wonder Boy, Olivier Rousteing, né sous X surgió de la combinación entre tu historia personal y un encuentro.
Anissa Bonnefont: Exacto. Yo no soy para nada amante del mundo de la moda y conocí a Olivier por casualidad porque mi madre le vendió la casa que aparece en la película. Mi madre me había contado un poco su historia y era parecida a la mía porque aunque yo no pasé por la DASS (Direction des Affaires Sanitaires et Sociales), fui abandonada a los tres años por mi padre biológico y lo busqué a los 23. Le pregunté a Olivier si había hecho las gestiones necesarias. Me dijo que lo había intentado pero que había abandonado la investigación. Yo creo que Olivier no está acostumbrado a que las personas sean naturales con él, que le cuenten cómo se sienten. De repente, tuvimos una conexión muy íntima. También le pregunté si ya le habían propuesto hacer un documental porque hay muchos documentales sobre moda. Además, todos los elementos son interesantes, tanto su historia personal como su gran éxito para ser un hombre tan joven. Así empezó todo.

¿Tu intención era seguir el proceso de búsqueda de sus padres biológicos en contraste con el mundo de la moda?
Me interesaba su investigación personal, por lo que él  tenía que empezar dicha búsqueda para que yo pudiera seguirla en su vida cotidiana, en un escenario tan interesante como la moda. Yo quería mostrar ese contraste, su origen y lo que ha conseguido, porque es un mensaje positivo para muchos jóvenes que carecen de pertenencia, que les cuesta orientarse, que ya han dejado de creer en muchas cosas.

¿Cómo gestionaste la incertidumbre del rodaje, ya que no sabías si la búsqueda de sus orígenes iba a dar resultado?
Es una apuesta arriesgada. Había muchas posibilidades de no encontrar nada en su expediente. Pero me parecía interesante mostrar lo que pasa a partir del momento en que un niño abandonado empieza su investigación. Si hay un expediente vacío, ¿qué pasa? Por supuesto, yo esperaba que hubiera algo en el expediente que nos permitiese llegar más lejos, aunque eso extendiera la duración del rodaje. Pero aunque no hubiéramos encontrado nada, hubiese sido interesante porque también hay que mostrar los errores del sistema. El nacimiento bajo parto secreto en Francia es muy particular. Las leyes empiezan a evolucionar, pero eran muy arcaicas.

La película es una especie de introspección en directo.
La búsqueda de los orígenes, querer conocer tu historia y de dónde vienes es algo muy potente, muy profundo. Se convierte en obsesión y uno se hace preguntas. Yo no conocía a Olivier Rousteing, sólo me sonaba su nombre por su trabajo, pero lo que me sorprendió y pensé que era muy importante incluir en la historia, fue la profunda soledad de su vida personal; el silencio que reina en esa casa donde se encuentra solo después de una jornada laboral rodeado de música y ruido. Una soledad completamente opuesta a lo que vemos en Instagram o cuando leemos o escuchamos sus entrevistas. 

¿Cuál va a ser tu próximo proyecto?
Ya he empezado el rodaje, y espero retomarlo después del verano, de un documental sobre Nadia Nadim, una futbolista del Paris Saint-Germain que es de origen afgano y que tuvo que huir de su país a los doce años debido al asesinato de su padre a manos de los Talibanes. Otra historia de resiliencia y una vida impresionante.

(Traducción del francés)