Tone Grøttjord-Glenne • Directora de All That I Am
"Los niños que han sufrido abusos no tienen una manera de expresarlo"
por Marta Bałaga
- Hemos hablado con Tone Grøttjord-Glenne, la directora de All That I Am, que trata la historia de una superviviente de abusos sexuales y su lucha para ser escuchada
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entrevista: Tone Grøttjord-Glenne
ficha de la película], que se estrena en el Festival de Cine Hot Docs de Canadá, Tone Grøttjord-Glenne da voz a Emilie, que fue violada por su padrastro en reiteradas ocasiones desde que tenía seis años. Ahora que tiene 18 años, vuelve al hogar familiar, tras haber estado años en el sistema de acogida, decidida a que, a pesar de todo lo que ha pasado, ya no quiere esconderse más.
Cineuropa: Cuando presentaste el proyecto el año pasado, cuando todavía era un trabajo en proceso, mencionaste que el deseo de Emilie era ser la voz de los jóvenes. ¿Siempre ha sido así?
Tone Grøttjord-Glenne: Quería hacer una película sobre el abuso sexual infantil para contribuir a cambiar las cosas. Sin embargo, en primer lugar, necesitaba encontrar a alguien y quería que fuera joven. En muchos casos, las víctimas necesitan que transcurran años para poder hablar. Me puse en contacto con la comisaría noruega y me derivaron a los servicios de protección del menor. Coincidieron en que podía ser muy empoderador si encontraba a la persona adecuada. Cuando nos conocimos, Emilie acababa de cumplir 18 años. Me enteré de que había regresado con su madre y de que tenían una relación frágil al haber estado separadas tanto tiempo. Deseaba contar su historia.
Le enseñas a hablar de su experiencia. Dado que todo esto comenzó a una edad temprana, ella no sabía al principio cómo expresarlo.
Descubrí que esto es muy común: los niños no tienen una manera de expresarlo. Desconocen que lo que sucede no es normal. Emilie sentía que estaba mal, pero no entendió lo que estaba sucediendo hasta los 12 años, cuando asistió a una clase de educación sexual. Sintió que no escuchaban su voz: ni en su familia, ni en la escuela. Hubo muy pocos días de rodaje, tan solo 28 al cabo de dos años, así que, a veces, iba el día de antes a su casa para pasar tiempo con ella y rodábamos una hora. No quería que sintiera que tan solo me interesaba rodar la película. Sin embargo, cuando llegaba la hora de hablar, ella no sabía cómo hacerlo, ni yo tampoco. Su madre tampoco ayudaba mucho, así que se trataba más bien de estar simplemente allí y observar. No le preguntaba sobre el abuso. No parecía adecuado.
¿Es por eso por lo que, en su lugar, incluiste la grabación de la policía en la película?
Acabamos incluyéndola casi al concluir la edición, al darnos cuenta de que la gente necesitaba entender por qué es tan difícil para ella vivir su vida diaria. Necesitas que te recuerden por lo que ha tenido que pasar. Descubres lo que ha sucedido en el juicio, la acompañas a las reuniones y tienes la sensación de que está luchando. Lo que sucedió le ronda por la cabeza todo el tiempo.
Había un plan para lanzar una campaña junto a la película. ¿Todavía está en marcha?
Hemos estado trabajando un año y medio en la creación de una campaña de impacto social. La película sigue la vida de Emilie desde los 18 hasta los 20 años, pero también hablé con mucha gente de su pasado que ha sido importante para ella. Su profesora lamentó no haberle preguntado nunca si algo iba mal. Me comentó: “No disponía de las herramientas para darme cuenta de ello”. Esa fue la clave. Creamos una herramienta digital para que los profesores tuvieran más información acerca de los abusos sexuales: cómo detectarlos, cómo hablar del tema con los alumnos. Nos basamos en su experiencia en primaria, antes de que denunciara todo esto. La lanzamos en marzo, y entonces el coronavirus llegó a nuestras vidas, pero se la presentamos a 2 000 personas y ha pasado a formar parte del plan de estudios de algunas universidades. La otra parte de la campaña era el estreno de la película en Noruega, y ahora estamos ofreciendo verla en nuestra plataforma.
Decidiste no mostrar al responsable. Simplemente se le menciona en las conversaciones o en el tribunal, cuando la madre le dice a Emilie que no lo mire.
Obtuvimos su consentimiento para grabar el juicio, pero no quería aparecer en la grabación. No obstante, que no haya aparecido en la película se debe principalmente a que no quería que formara parte de la misma. Quería que a Emilie le gustara la película y que estuviera orgullosa de la misma, no que tuviera que verle la cara a ese individuo. Quería que pudiera ir a la proyección de la película y que le gustara. Todavía le ronda por la cabeza la imagen de ella asustada de verlo sentado en la sala y horrorizada por encontrarse con él por la calle. Incluso esta ausencia es aterradora.
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Puedes encontrar más información sobre la campaña que menciona Grøttjord-Glenne aquí.
(Traducción del inglés por Patricia Caravaca Blasco)