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CANNES 2021 Quincena de los Realizadores

Radu Muntean • Director de Entre valles

"Creo que los héroes son muy aburridos en el cine"

por 

- CANNES 2021: El director rumano toma un desvío desde sus habituales dramas urbanos, ya que su séptimo largometraje se ambienta en las gélidas montañas de los Cárpatos

Radu Muntean  • Director de Entre valles

Casi 20 años después de su primer largometraje, Furia (2002), el director rumano Radu Muntean da un volantazo con su perturbador drama Entre valles [+lee también:
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, que participa en la sección Quincena de los Realizadores de Cannes. He aquí lo que tiene que decir Muntean sobre el trabajo con actores no profesionales, sobre el trato con un actor veterano y sobre la relatividad del altruismo.

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Cineuropa: ¿Podrías apuntar cuál fue el momento exacto en el que te diste cuenta del potencial de rodar una película sobre el altruismo? ¿Cuál fue el contexto?
Radu Muntean: No recuerdo exactamente cuándo se me ocurrió la idea, pero probablemente fuera hace 11 años. Un día me contaron la historia de un grupo de personas inadaptadas que hacen piña para ayudar a otras personas en comunidades aisladas, y me planteé hasta qué punto lo que hacen resulta vital para los lugareños y si para ellos mismos, los que han iniciado ese acto altruista, se trata de un punto de inflexión.

Has afirmado que esta película lleva diez años gestándose. ¿Cómo ha ido evolucionando su idea (o su argumento) a lo largo de este tiempo?
Tras mi primera búsqueda de localizaciones, en la que me acompañaron Alex Baciu y Răzvan Rădulescu, intenté plasma una sinopsis. Desde un principio teníamos la idea de una persona mayor y senil que pone a prueba los límites de la generosidad de los otros personajes, pero no conseguíamos que el desarrollo de la historia nos convenciera a los tres. Sin embargo el tema principal no se nos fue de la cabeza; continuamos buscando localizaciones y entonces conseguimos romper nuestro bloqueo. Supongo que en eso influyó algo que sucedió durante la segunda búsqueda: Alex, Răzvan y Andrei, mi antiguo ayudante, se quedaron atrapados unas horas en una zona bastante inaccesible.

Mientras que en el primer borrador del guion, que luego descartamos, el personaje principal era el vecino mayor, en los siguientes borradores la historia se contaba desde el punto de vista de María, uno de los integrantes del grupo de jóvenes. Más adelante, justo antes del rodaje, me di cuenta de que María era clave en la historia, y reorganizamos todo a partir de esa idea. Es ella quien marca el ritmo, pero no monopoliza la perspectiva narrativa. Al contrario que otras películas mías, esta contiene un hecho externo que hace que se relativice todo lo demás.

Esta es la primera película tuya en la que dos mundos claramente contrapuestos se ven las caras. ¿Qué retos supuso este conflicto? ¿Te decantaste por alguno de los dos en concreto?
Cuando afrontas un dilema moral, el gran reto pasa por no juzgar a los personajes implicados, y creo que esto hace que el proceso sea más interesante. Yo intento comprender a mis personajes en la medida de lo posible y darles una oportunidad. En este caso todos tienen atenuantes para lo que hacen. Ninguno es un héroe, y de hecho creo que los héroes son muy aburridos en el cine. Ellos son una combinación de valor, hipocresía, altruismo e histrionismo.

También has dicho que tanto el pueblo de Întregalde como tu interacción con los vecinos y los días que pasaste rodando allí dieron un toque diferente a la película.
Bueno, basta con pensar en que conocimos a Luca Sabin, el vecino que terminó interpretando a Kente, el personaje de más edad. Yo nunca tuve dudas de que ese papel sería muy complejo, y por eso lo construí a partir de pinceladas y de acciones muy básicas. Eso sirvió para desencadenar la trama y para poner a prueba a los tres personajes principales. Tuve mucha suerte al descubrir que Luca Sabin, además de ser fuerte, fiable y además de estar dotado de una asombrosa capacidad de intuición cinematográfica, había sido leñador, justo igual que nuestro personaje. Eso nos permitió construir un personaje mucho más complejo a partir de las historias del bueno de Luca, un personaje con una biografía que influyó notablemente en el resultado final de la película.

¿Cómo ha sido el trabajo con él y qué pautas le diste como director?
Lo primero y lo más importante que quería que entendiera y que recordara durante el rodaje era que no tenía que interpretarse a sí mismo, sino a Kente, un antiguo leñador al que se le había ido la cabeza tras terminar sus días solo. Eso significa que el único punto en común que le unía con el personaje era el oficio de leñador, ya que el actor tenía una familia numerosa y era muy querido por sus vecinos. Le expliqué en qué teníamos que concentrarnos, haciendo menos hincapié en el contexto general y más en lo que tocaba en la siguiente escena.

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(Traducción del inglés por Marcos Randulfe)

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