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Bélgica

Jan Bucquoy • Director de La Dernière Tentation des Belges

"Mi película es un contraataque hacia un destino trágico"

por 

- El inclasificable y iconoclasta artista y cineasta, poeta provocador y agitador, ofrece la tercera entrega de su autobiografía cinematográfica profundamente ligada a Bélgica

Jan Bucquoy • Director de La Dernière Tentation des Belges
(© Aurore Engelen)

Un encuentro con el inclasificable e iconoclasta artista y cineasta belga Jan Bucquoy, poeta provocador y agitador, con motivo del estreno de su última película, La Dernière Tentation des Belges [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Jan Bucquoy
ficha de la película
]
, tercera obra de una autobiografía cinematográfica profundamente relacionada con Bélgica.

Cineuropa: ¿Podrías decirnos, en pocas palabras, de qué trata la película?
Jan Bucquoy: Trata de un padre y su hija. Su hija quiere suicidarse y él intenta disuadirla diciéndole que intente darle rumbo a su vida, que tenga proyectos, que podría ser divertido.

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Tu actor principal, Wim Willaert, dice que la película es una comedia trágica o una comedia burlesca. ¿Tú cómo la definirías?
Yo diría que es una película popular, que puede leerse a diferentes niveles. Hay muchas referencias literarias o cinematográficas, pero también hay una historia muy personal, que juega con las emociones. La vida es trágica, un día eres joven y guapo, con el tiempo enfermas, envejeces, y finalmente mueres. ¿Cómo afrontar esto? Pues con humor, pienso que el humor es importante para sobrevivir, es un contraataque a este trágico destino.

¿Para ti la autobiografía era una elección evidente?
Es más bien una falsa biografía., impregnada de un cierto realismo, aunque el cine lo permite todo al igual que el poder performativo del lenguaje. La voz en off tiene un poder, y es que crea un vínculo con el espectador, por eso me encanta recurrir a ella. He probado a hacer cine sin la voz en off, pero no me convence este tipo de escritura, no crea esa complicidad con el espectador, además la autobiografía me permite escribir con el “yo”. Aquí, mi voz en off es una doble voz en off, es un diálogo entre el padre y la hija. De hecho, lo ideal hubiera sido que la película fuera una pantalla en negro con estas voces. Por alguna razón no conseguí convencer a mis productores, pero podría haber sido interesante (risas). Ese diálogo fue la base, una película totalmente pura. Eso fue lo primero que escribí y lo primero que rodamos.

Pero, ¿mostrar la vida real es todo un reto, no?
Sí, la verdad que no es tan fácil conseguir esa autenticidad, pero también es una forma de no querer tomarle el pelo a la gente. En La Dernière Tentation des Belges, filmo a los personajes en un escenario de teatro. La idea es que el público acepte la convención. Obviamente, no soy yo, y tampoco es mi hija, pero cuento una historia en primera persona y trato de transmitir emociones.

Entre Camping Cosmos y La Dernière Tentation des Belges hay 25 años de diferencia, ¿de dónde surgió la necesidad, el deseo y las ganas de hacer esta película?
He hecho muchas cosas desde Camping Cosmos. Surgieron nuevas técnicas, y quise probar otras cosas, hice cine experimental. Esto lo hizo todo más ligero. Ya en 1958, Alexandre Austruc, hablaba del cine Bic y decía que un día podríamos hacer películas tal cual las escribimos.

Cuando quise hacer un largometraje más clásico, me encontré con problemas de financiación y distribución. Pregunté en Luxemburgo y en Alemania pero era muy complicado. Entonces decidí hacerlo solamente en Bélgica, de forma más artesanal puesto que tenía un presupuesto muy reducido. Tenía lo justo, para pagar a la gente y poco más. Recurrí a Stenola, una productora que me obligó a adquirir una cierta disciplina que no tenía cuando producía yo mismo. Esta disciplina y la economía, son como las lenguas de Esopo, puedes sacar lo mejor, o lo peor de ellas.

¿Qué te llevó a resucitar el personaje de Jan Bucquoy?
A través de él cuento la historia de mi vida, desde el principio, pero al fin y al cabo es también un poco la vida de otras personas la que cuento. Todos experimentamos las mismas cosas.

Y elegí representar al típico belga. Así es como me ven en el extranjero y eso les saca una sonrisa. Tampoco es casualidad el libro que escribí llamado La Vie est belge, obviamente juego con ello. Me gusta destacar en el mapa este lugar único como lo es Bélgica.

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(Traducción del francés por Ainhoa Seuret Manzano)

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