27/05/2022 - CANNES 2022: Hemos hablado con los directores del documental, que acompañan a un colectivo feminista que lucha con palabras en toda Francia

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Cineuropa: Cuando decidís filmar a personas que están tan comprometidas con una causa específica, ¿esperan que os unáis a ellas?
Simon Depardon: Tardamos dos años en contactarlas. Marie hizo un gran trabajo para establecer esta confianza. La verdad es que han visto la película por primera vez en el festival. Estábamos muy estresados, porque es complicado hacer un documental como este y luego enseñárselo a la gente que sale en él. Era importante no interrumpir, no editar demasiado. Nuestro objetivo era simplemente dejarlas hablar en cada uno de estos pueblos. No queríamos cambiar su forma de pensar o de sentir. Se trataba de mantener intacto el espíritu de este movimiento. No queríamos sentarlas delante de la cámara y hacerles preguntas.

Es cierto, pero de esta forma lo hacéis muy difícil para vosotros. ¿Cómo aprendéis a desaparecer?
Marie Perennès: Antes de empezar, nos preguntaban acerca de la película. Era como repasar todos los puntos del contrato. Después, simplemente intentamos que nuestro equipo fuera muy reducido. Normalmente, éramos solo nosotros dos, como en Amiens, durante la “marcha blanca” [en honor a la víctima asesinada por su pareja]. Además, a veces filmábamos durante varias horas seguidas. Al cabo de un rato, la gente se olvida de que estás ahí.

S.D.: Pertenecemos a esa escuela del cine documental que te anima a desaparecer. No estás ahí. Ni siquiera el ingeniero de sonido debería mirar nunca al protagonista.

Lo que hacen es tan… temporal. “Lo colocamos e inmediatamente desaparece”. Desde un punto de vista lógico, no tiene sentido.
S.D.: Por eso teníamos que hacer una película sobre ello, para registrar sus palabras. Más que el movimiento en sí, queríamos filmar a estas personas, a esta generación que realmente intenta cambiar las cosas. No se trata solo de los collages: se trata de ellas. Las chicas que vinieron al festival son realmente excepcionales. Luchan cada día, sabiendo que no verán resultados a corto plazo.

¿Por qué las seguís en diferentes lugares? En la película, alguien dice que sienta bien saber que hay otras mujeres luchando. En cierto sentido, es exactamente lo que hacéis vosotros.
M.P.: Hay más de 200 colectivos en Francia. Definitivamente no queríamos quedarnos solo en París, sino mostrar todo el país, embarcarnos en este viaje por carretera para conocer a todas estas personas que luchan contra el feminicidio y la violencia. La idea era mostrar que la gente joven en Francia no es apolítica, como algunos dicen…

S.D.:… y que no votan por Marine Le Pen…

M.P.: … y que en realidad están luchando por algo. Todavía hay esperanza en estas ciudades pequeñas. Esa idea de sororidad, la alegría de estar juntas, es muy poderosa. Queríamos reflejar eso. Tal vez después de ver la película, alguna gente piense: “Si ella se está comprometiendo con esta lucha, quizás yo también puedo”. En cierto sentido, es muy fácil encontrar tu propio grupo hoy en día.

S.D.: Eso es lo mejor de esta película. Fuimos a todos los sitios donde filmamos con la esperanza de iniciar debates. Todo el mundo puede verse afectado por estos problemas, así que tenemos que hablar de ellos. Solo entonces encontraremos una solución. Hay tantas mujeres, cientos de ellas, que mueren cada día solo en este país.

¿Hubo algún secreto que no quisieran compartir?
S.D.: Hay muchos secretos en el feminismo. Existe esta imagen de la bruja, que trabaja sola en la oscuridad, pero en nuestra película las brujas no existen. Se trata de gente normal. Es tu hija, tu prima.

M.P.: Se reían de estas comparaciones. También queríamos mostrar que lo que hacen es… guay. Mola ser feminista. Incluso si eres un chico. Esa es una de las razones por las que no queríamos tener “líderes”. No queríamos crear una heroína que lo representase todo. La idea era conocer a distintas jóvenes feministas.

S.D.: ¡Y animar a otras a unirse a ellas!

(Traducción del inglés)