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España

Jonás Trueba • Director de Tenéis que venir a verla

“Aplaudo a Tom Cruise por defender las salas de cine”

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- Antes de su participación en Karlovy Vary, el cineasta madrileño estrena en su país su nueva película, apenas una hora de metraje para, de nuevo, desde la sencillez, hablar de grandes temas

Jonás Trueba • Director de Tenéis que venir a verla

Jonás Trueba charla con este periodista justo tras un visionado para profesionales de la información de Tenéis que venir a verla [+lee también:
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, que se estrena en salas españolas el 17 de junio, distribuida por Atalante, y semanas antes de competir en el Festival de Karlovy Vary. Son sus protagonistas rostros habituales en la filmografía del cineasta: Itsaso Arana (La Virgen de Agosto [+lee también:
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), Vito Sanz (Los exiliados románticos [+lee también:
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) y Francesco Carril (La reconquista [+lee también:
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), acompañados de Irene Escolar.

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Cineuropa: De nuevo haces cine con pocos medios, escaso tiempo y grandes amigos…
Jonás Trueba:
¡Eso es! Lo has definido muy bien. Es una película de volver a juntarse y sentir que podemos hacer películas así todavía. Teníamos muchas ganas, a finales de 2020 y tras lo vivido, y fuimos capaces de armar una pequeña producción.

Una película con un título peculiar, con cierto juego.
Es bueno que no haya por qué vender la película bajo ningún pretexto. A veces se venden los films con argumentos falsos, por no decir hormonados; y este es como una llamada: ir a ver una película porque es una película, sin más, sin vender ni una imagen. Simplemente, el hecho de ir a ver una película al cine me parecía interesante… y más en estos tiempos. Ahí está el verbo venir y la idea del desplazamiento: la pereza que siente la pareja protagonista de ir a ver la casa de sus amigos es la pereza que siente mucha gente de ir al cine.

Desgraciadamente. Tom Cruise ha dicho en Cannes que trabaja en el cine para ser visto en las salas. Salvando las distancias, tú haces lo mismo con menos presupuesto.
Sí, me gustó mucho que alguien como él defendiera eso con fuerza. Desde su posición privilegiada es muy importante que haga ese alegato a favor de las salas de cine y no se conforme simplemente con que le pague la plataforma de turno, sino que haga el esfuerzo que no están haciendo otros en Hollywood, tan poderosos como él. Le aplaudo.

Volver al cine a ver todo tipo de películas, desde mastodónticas como Top Gun: Maverick a pequeñas como la tuya…
Me gusta que dos cosas tan situadas en las antípodas convivan y también todo lo que hay entre medias de las dos. ¡Ojalá pudiéramos tener una cartelera de cine variada y rica para todos los gustos!

Cine de todas las tallas, conviviendo.
Sí, yo puedo hacer películas humildes y cotidianas, con espacios tranquilos de reflexión. Esta es mi película más esencial, frente a otras mayoritarias que están sobrecargadas de cosas. Me gusta hacer cine con pocos elementos, porque puede dejar al espectador otro tipo de sensaciones. A nosotros nos toca hacer películas posibilistas, que se concentran en mostrar esos espacios, estados de ánimo y pequeñas cosas que otras películas no están contando: como cuando te juntas con tres amigos y hablas, y llegas a un punto de cierto éxtasis o de duda, o cuestionamiento de ti mismo o el mundo, aunque al final todo se desvanece y se queda perdido en el aire. Es un estado de ánimo, más que un argumento, lo que la sostiene.

La trama argumental es pequeña, pero toca temas interesantes…
Su escritura es muy modesta: intento escribir poco. Escribí dos folios y lo mandé como propuesta al equipo y luego unos 20, que no eran un guion sino un pequeño desarrollo de escenas. Y estuvimos escribiendo juntos durante el rodaje, como otras veces.

Pero están ahí la maternidad o el cambio de vida, sobrevolando sus escenas.
Hay ese cuestionamiento continuo: eso está en el aire de los tiempos, cómo nos cuestionamos el tipo de vida que llevamos y cómo somos incapaces de ir más allá del mero cuestionamiento. La película pone en escena eso: hasta qué punto somos ridículos y nos cuesta mucho a veces plantear un cuestionamiento crítico, pero inmediatamente nos olvidamos y seguimos como estábamos.

En una especie de limbo, como el título de una canción que en ella suena.
Sí, porque es fácil decirlo, pero luego no lo es tanto hacerlo: qué es eso de cambiar de vida o la actitud habitual del ser humano, una mezcla de esfuerzos generosos y colectivos a lo largo del tiempo y a la vez de egoísmo puro y sálvese quien pueda. La inmensa mayoría de la gente nos movemos ahí, en esa dicotomía: entre el egoísmo y la generosidad… y no se sabe bien quién gana la partida.

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