Avelina Prat • Directora de Vasil
“La gente solemos ayudar, pero siempre cuando esto no afecta nuestro confort”
por Mariana Hristova
- Hablamos con la directora española sobre su ópera prima, que acaba de mostrarse en festivales de Polonia y España, poco antes de su estreno nacional

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entrevista: Avelina Prat
ficha de la película], Avelina Prat logró una larga trayectoria en el cine como directora de cortometrajes y script en más de 30 largometrajes con directores como Fernando Trueba, Lucile Hadzihalilovic, Javier Rebollo y Cesc Gay. Su ópera prima, que se estrena en salas españolas hoy, 4 de noviembre, con Filmax, surgió por la necesidad de contar una historia curiosa y verdadera que le ocurrió a su padre y que casi se había perdido. Prat nos cuenta sobre la creación del personaje principal y comparte su propio punto de vista sobre la comunicación humana.
Cineuropa: Vasil es un personaje muy auténtico, supongo porque tiene un prototipo verdadero. Pero tú quizás no lo conocías como en la película. ¿Cómo construiste su figura?
Avelina Prat: Es cierto que no lo conocí de verdad, justo como en la película. Vasil creció en mi cabeza a través de las palabras de mi padre. Con lo cual, mucho tiempo después de escuchar sus historias, cuando ya quise recuperar su personalidad, lo que hice fue inventarme el personaje como yo lo imaginaba. La fábula de la película tiene una parte realista en la que los personajes son muy humanos y con los quienes te puedes identificar, pero Vasil está un poco idealizado por esta especie de fascinación que provoca en la hija de Alfredo. Ella, sin encontrarlo, se perdió de verdad en la búsqueda de su imagen.
Tú misma eres el prototipo del personaje de la hija. ¿Qué te atrajo en este búlgaro sin hablar siquiera con él?
Lo que despertó mi curiosidad fueron las aventuras y las cosas que le sucedían a este hombre. Me las estaba contando mi padre cada vez que lo veía y yo lo veía con frecuencia. Pero como el Vasil “real” estaba siempre a punto de irse, nunca se me ocurrió dar el paso para conocerlo de verdad. Con lo cual, cuando por fin ya se fue definitivamente, me di cuenta de que había perdido una oportunidad de vivir algo bonito, de conocer a alguien diferente. Sobre todo, lo que más me sorprendió era ver cosas en mi padre que no había visto nunca. Ciertos aspectos de su carácter que antes no conocía como, por ejemplo, la voluntad de alojar a alguien desconocido a su casa. Al darme cuenta de que había perdido algo por lo que había sentido bastante intriga y ver que después pasaron meses y los pensamientos sobre ello seguían en mi cabeza, quería escribir la historia para completarla de alguna manera. De hecho, me he construido mi propia realidad en lugar de ir y conocerlo en vivo.
El tema de la inmigración es bastante explotado por el cine últimamente, pero tu aproximación es muy interesante y va mucho más allá del asunto. Realmente se trata de no solo de empatía, pero también de la capacidad de ver al otro y estar interesado en él.
La inmigración es un tema que está en una segunda capa en Vasil, para nada es el tema principal. Lo más importante para mí era describir la dificultad a la hora de conectar con el otro, sea extranjero o de tu propia familia. Pero aquí el problema se acentúa más por el hecho de tener un personaje de fuera, y él sirve perfectamente para que nos hagamos la pregunta sobre quién es realmente el extranjero, el desconocido a quien alojamos por unos días o nuestros familiares cuyas ocupaciones no nos interesan. Hay una distancia inevitable que mantenemos con todos: los que están cerca, los que están lejos, con cualquiera. Conocer a alguien de verdad requiere un esfuerzo, un tiempo y da un poco de miedo. Siempre tenemos una torpeza y una dificultad para comunicar de verdad.
Es curioso escuchar esto de una directora de España donde la comunicación fluye en comparación con otros países. ¿Pero entiendo que te refieres a un tipo de interacción más profundo?
Exacto. La comunicación extrovertida en la que se habla mucho y que es muy común en los países mediterráneos, es muy superficial. La otra, la más profunda, no es fácil de conseguir en ningún sitio. Quería enfatizar eso.
Mirando la película, siento un cierto reproche hacia la gente local, especialmente a los llamados pijos y a su tentación de vivir en su mundillo y no interesarse por nada más.
Escribiendo el guion me fui a un club de bridge a conocer la atmósfera, porque no conocía nada de esto. Me sorprendió que la mayoría de los miembros eran mujeres mayores con cierto estatus social. Me llamó mucho la atención que esta gente aceptara a este búlgaro que iba en sandalias en su club de lujo, porque jugaba muy bien, entonces le pagaban un poco para poder jugar con él y subir en el ránking. Pero luego empezaron las envidias porque él era mejor que los demás y lo echaron. Cuando se vieron amenazados por algo que ellos tenían ya asentado, pues prefirieron eliminarlo. La gente solemos ayudar, pero siempre cuando esto no afecta nuestro confort.
¿Cómo elegiste a Ivan Barnev para el papel de Vasil?
La película es una coproducción búlgara con la participación de Activist38 así que fuimos a Sofia donde teníamos preparado un cásting con diez actores que tuvieron que aprender una secuencia en español. Ivan no hablaba ni una palabra en español en aquel momento, pero había aprendido el texto perfectamente. Físicamente no tenía nada que ver con lo que estábamos buscando. Sin embargo, su encanto, su energía tan bonita, su manera de moverse y sus ojos brillantes nos convencieron que era el más adecuado para el papel. Realmente, Ivan es un Vasil mucho mejor que el que nos habíamos imaginado.
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