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IDFA 2022

Hana Nobis • Director de Polish Prayers

"La primera vez que vi a Antek, pensé que tenía una cara de cine, y me encantó la manera en la que se movía"

por 

- La cineasta polaca habla sobre su primer largometraje, que retrata su país natal, sus contrastes y la falta de comunicación entre comunidades

Hana Nobis • Director de Polish Prayers
(© Hana Nobis)

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habla del país del título, sus contrastes y la falta de comunicación entre comunidades desde la perspectiva de Antek, un joven partidario de la extrema derecha que poco a poco cuestiona los principios en los que siempre ha creído. Hablamos con Hana Nobis, la directora de esta película proyectada en IDFA.

Cineuropa: ¿Dónde encontraste a Antek, el protagonista de tu película, y cómo conseguiste ese grado de intimidad con él?
Hana Nobis: Antek miró el material muchas veces durante el proceso de grabación de la película, y yo a menudo le preguntaba su opinión. Estábamos en la misma situación e hice mucho para hacer posible la película. Lo conocí en un campamento de supervivencia para chicos en Ucrania. En esa época, ya habíamos estado filmando durante un año, y yo había asistido otros eventos de Brotherhood. Durante el campamento, los otros miembros me dijeron que habían tenido algunas dificultades en su vida privada, y eso me interesó. La primera vez que lo vi, pensé que tenía una cara para el cine; me gustaba su manera de moverse, y a él no le daba vergüenza ser grabado. Mi director de fotografía [Milosz Kasiura] y yo pensamos que sería buena idea invertir en él. Era diferente a los otros chicos; era muy veraz. Fuimos muy pacientes, ya que grabamos mucho antes de decidir cómo contar la historia. Me llevó cinco años hacer la película. Aunque Antek estaba preparado y a veces no le gustaban el orden y el cronograma de la película, reconoció que todo era auténtico.

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La historia de Antek es una montaña rusa en estado puro. ¿Puedes imaginar un cambio vital como ese y cómo te enfrentaste a él? ¿Cómo tomó forma de película?
Sabía desde el principio que iba a haber un cambio en su vida, pero no uno tan drástico o visible. Él quería hablar conmigo porque tenía algunas cosas que no podía comentar con otras personas. Fue muy empático desde el principio, auténtico y más frágil que los otros chicos, tan frágil que podía morir. Lo presencié; sentí su emoción. Él cambió, pero sigue siendo muy radical y diferente; es como una esponja. Al principio, sobre todo, Antek era una especie de caballero: esos tipos que aprenden cómo comportarse con las mujeres, quién tiene que ser valiente y lo que tienes. Mi idea era encontrar al verdadero caballero detrás de la armadura, un caballero en quien pudiera creer.

¿Cómo fuiste percibida como mujer entre el grupo (casi) masculino que elegiste grabar?
Tener a una mujer como yo en su grupo era nuevo para ellos, ya que eso trajo una energía nueva, que creó el tipo de contrastes que buscaba en la película. Algunas personas incluso sugirieron que filmara mi relación con los chicos porque era muy interesante, pero yo no quise, ya que ese no era mi objetivo. Yo estaba allí para tener un debate con ellos, que era una actitud que algunas personas de mi entorno percibieron como ingenua o una pérdida de tiempo. Lo que yo quería era cambiar mi propia percepción, intentar entender mejor sus vidas en lugar de limitarme a juzgarlos. Polonia es un lugar bastante complicado ahora mismo; tenemos un gobierno conservador que hace imposible la coexistencia entre personas de mentalidades diferentes. Mi deseo es vivir en un país donde pueda tener un debate con cualquiera; no quiero ser como muchos izquierdistas que simplemente consideran basura a los conservadores. No sé cómo tomaron mi presencia, pero lo que sí puedo decir es que fui muy obstinada y, ante todo, tenía buenas intenciones. Además de tu apariencia, si eres chico o chica, es una cuestión de intenciones: no puedes mentir sobre tus intenciones.

Desde el punto de vista estético, Polish Prayers es muy precisa y refinada. ¿Cuáles fueron tus referencias artísticas?
En los documentales, no puedes pedir a tus protagonistas que repitan algo: es imposible. Solo puedes mirarlos a ellos y lo que proponen. Estaba buscando un director de fotografía que consiguiera acercarse de verdad a los protagonistas. Quería ver cómo se formaban las relaciones en un mundo tan patriarcal. Si los observamos desde fuera, desde una perspectiva completamente diferente, es muy fácil reírse de ellos, de sus creencias y de su comportamiento. Para evitar eso, era necesario permanecer cerca de los protagonistas y no limitarse a ser cínico. No quería acercarme a ellos desde la distancia, como un visitante de un zoológico. Luego, cuando conocí a Antek, supe que teníamos que grabar como si estuviéramos haciendo un largometraje de ficción. En cuanto a mis referencias, me gustaría mencionar a Chloé Zhao y The Rider.

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(Traducción del inglés)

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