17/11/2022 - La directora española habla sobre cómo hizo su fascinante documental sobre dos hermanas de fuerte temperamento que son dos polos opuestos, nunca mejor dicho

(© Zinebi)

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entrevista: Ainara Vera
ficha de la película], en una proyección en la sección ACID del Festival de Cannes de este año. Como parte de su fructífero recorrido por festivales, la película sobre dos hermanas fuertes y separadas se está proyectando ahora en el Zinebi de Bilbao, donde nos hemos reunido con ella.

Cineuropa: ¿Puedes hablarnos las condiciones extremas del rodaje y el tamaño de tu equipo?
Ainara Vera: Grabamos en Islandia, Groenlandia y cerca de Marsella. En realidad, en Groenlandia tuvimos el mayor equipo, éramos tres, que es el mayor número de personas que hemos tenido. Había una persona de sonido, yo y, o un director de fotografía de Groenlandia, Inuk Silis Høegh, o un asistente groenlandés, que estaba en el segundo rodaje allí.

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Lo que fue bastante duro fue grabar en Groenlandia en invierno, esas son las primeras imágenes que se ven, de la tormenta de nieve, y para mí fue una locura porque, por ejemplo, no sabía que uno de los tipos de accidentes de coche más comunes en un momento como ese es cuando abres la puerta, y el viento es tan fuerte que te echa la puerta encima. Inuk casi se rompió la nariz de esta forma, ¡pero siguió grabando!

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entrevista: Victor Kossakovsky
ficha de la película] de Viktor Kossakovsky. ¿Qué hizo para que la quisieras como protagonista de tu siguiente película?
Hayat solo aparece en unas pocas escenas de Aquarela, y cuando estábamos grabándolas, me di cuenta de que había una potencia en estado puro en la cámara. No solo esto, sino que también tenía un trabajo excepcional en un mundo de hombres. Viene de un entorno terrible, pero lo que ha conseguido es increíble. Se juntaron todos estos elementos, por lo que pensé que se merecía una película y podría tener una película entera ella sola.

Has dicho que entonces os hicisteis amigas, así que en ese momento, ¿cómo intentaste mantener la objetividad?
Diría que “amiga” no es la palabra correcta, porque es algo más poderoso y frágil que una amistad. Es raro, porque, por un lado, estamos en un proyecto juntas, así que lo que pasa entre las dos, tiene que continuar porque nos hemos comprometido, pero, por otro lado, va mucho más allá. Compartí con ella cosas muy íntimas que no se las he dicho ni a mi hermana.  El tiempo fue la clave para mantener la objetividad, fue muy importante estar con ella y vivir estos momentos intensos, pero también para darle tiempo a la película para editarla, y también para reflexionar.

¿Centrarse solo en las caras de las hermanas y el bebé, y en nadie más, fue una decisión deliberada?

Sí, en cuanto me di cuenta de que en sus vidas había mucha gente entrando y saliendo. Quizás ahora son más estables, pero cuando las conocí, por ejemplo, Leila tenía una amiga que era su amiga del alma, sin embargo, una semana más tarde, ya no se hablaban. Así que me di cuenta de que iba a ser un lío tener a tanta gente entrando y saliendo, por lo que pensé: “vale, ¿quiénes son los importantes? Me voy a centrar solo en Hayat, Leila y el bebé”.

¿Trabajar con Viktor Kossakovksy ha influenciado tu estilo como directora desde tu primera película?
La cosa es que empecé a estudiar Documental de Creación porque me encantaban sus películas. Así que cuando nos conocimos fue obvio que nos entendíamos muy bien el uno al otro con lo que respecta a la creación de películas. Por supuesto, me ha enseñado la mayoría de las cosas que conozco en cuanto a las películas, por lo que le debo mucho.

¿Cómo ha influido la COVID-19 en la producción de la película?
En cierta manera, la COVID-19 me benefició porque pasé mucho tiempo viendo lo que ya había grabado y me distancié un poco. La última grabación antes de la COVID fue un reto para mí emocionalmente, y ahí fue cuando no estaba siendo objetiva. Por lo que el confinamiento me ayudó mucho a distanciarme, recuperarme y recobrar mi energía.

¿Crees que las hermanas romperán el ciclo de abandono que ha sufrido su familia durante generaciones?
Creo que, con esta película, he dejado de romantizar tanto la vida. Antes era muy romántica, idealista, esperaba lo mejor, pero está película ha rebajado mis expectativas. Dicho esto, creo que están rompiendo el círculo en el sentido de que Leila quiere mucho a su hija y es consciente de las posibilidades que tiene con ella. Desde que la conocí, ha dado un gran paso en cuanto a responsabilidades. Hayat está viajando por el mundo y se encuentra bien económicamente. De alguna manera creo que están rompiendo el círculo, pero probablemente la siguiente generación no tendrá las heridas emocionales que ellas tienen. Pero ellas, esas heridas son algo con lo que tendrán que vivir durante el resto de sus vidas.

(Traducción del inglés por Helena Martínez)