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IFFR 2023 Competición Big Screen

Abbas Amini • Director de Endless Borders

"El exilio aún es una realidad que existe en Irán"

por 

- El director iraní habla con nosotros sobre el proceso de escritura de su película, su trabajo con el director de fotografía y la importancia del amor prohibido

Abbas Amini • Director de Endless Borders

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. Este largometraje, que ha tenido su estreno mundial este año en la Competición Big Screen del IFFR, se centra en Ahmad (interpretado por Pouria Rahimi Sam), un profesor exiliado en un pequeño pueblo iraní junto a la frontera con Afganistán, habitado principalmente por la etnia baluchi. Allí, conoce a una familia de refugiados hazara que huyen de los talibanes e intenta salvar a una pareja de jóvenes enamorados.

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Cineuropa: ¿Cómo surgió la idea para la película?
Abbas Amini:
En primer lugar, la historia que tenía en mente en un principio se desarrollaba desde la frontera entre Irán y Afganistán hasta la frontera con Turquía. […] Sin embargo, para mí era muy importante no limitar la historia a las fronteras geográficas. Intenté mostrar los límites del pensamiento durante este proceso [creativo].

¿Por qué escogiste a un profesor exiliado como protagonista?
El exilio aún es una realidad que existe en Irán. Hay muchos profesores o profesionales que acaban exiliados en zonas pobres del país, cerca de las fronteras u otros lugares.

[El productor Farzad Pak, que ayudó a traducir nuestra conversación, añadió: “El significado del exilio para los europeos tal vez sea diferente porque en Europa ya no existe. Si el gobierno quiere castigar a alguien por motivos políticos (o por la razón que sea), lo envía a las ciudades o provincias más pobres, para que estén lo más lejos posible, y se les exige que realicen determinadas tareas.”]

La condición de exiliado es muy importante para mí, porque parece que estas personas son libres, pero en realidad están encarceladas. También me gustaría añadir que toda esta gente (la familia de refugiados, el profesor y sus compañeros) viven de alguna forma en el “exilio”, ya que están buscando un lugar seguro. Aunque consiguen cruzar la frontera, esto es solo el comienzo de otra etapa de exilio.

¿Cómo trabajaste con Hossein Farokhzadeh?
Cuando tuve la idea inicial compartí la historia con mis compañeros. Después, la desarrollé junto a Hossein Farokhazadahe. [Para mí] el coguionista es una persona con otro punto de vista, que supervisa la escritura y la observa desde otra perspectiva.

¿Por qué pusiste tanto énfasis en el tema del amor prohibido?
Este amor prohibido es (de nuevo) otra frontera que existe en el pensamiento de las personas y en la cultura. Este tipo de frontera no la imponen necesariamente el gobierno o la sociedad, sino las propias familias. Estas restricciones establecen fronteras dentro de nuestras relaciones.

¿Cómo escogiste a Ahmad?
Pouria Rahimi Sam es un actor muy conocido en Irán. Para mí, lo más importante era escoger a alguien que tuviera el potencial necesario para interactuar con actores no profesionales, ya que la mayoría de las personas que vemos en la película no son profesionales. Necesitaba a alguien que pudiera evolucionar dentro de su papel, y esto es algo que los aficionados no pueden hacer.

Además, el protagonista de esta película no es un héroe. Le vemos enfrentándose a diferentes situaciones en las que no entendemos si es valiente o un oportunista. En algunas de las conversaciones con su compañero, admite que no es un activista político; solo es un profesor y no quiere involucrarse demasiado. Además, también le escogimos porque su aspecto encajaba con este tipo de personaje. Era la elección correcta para interpretar a Ahmad.

Curiosamente, la banda sonora de la película es bastante escasa. ¿Podrías hablarnos de esta decisión y de tu trabajo con la compositora Atena Eshtiaghi?
No quiero emplear la música para dramatizar excesivamente la historia ni las situaciones que describo. Al contrario, me gusta utilizar elementos de la banda sonora que sean más cercanos a la realidad, para que parezcan efectos “naturales”. Me gusta mucho la música, pero al mismo tiempo creo que no debería estar “fuera de la película”. Cuando el público está viendo la película, no deberían cerrar los ojos para escucharla. La música debe formar parte de la película y hacer que se sumerjan todavía más en una atmósfera concreta.

¿Qué tipo de visión artística compartías con tu directora de fotografía, Saman Loftian?
No quería alejarme demasiado de la realidad que se está viviendo allí, ni del estilo documental con el que solía trabajar [antes de embarcarme en esta película]. Intentamos conseguirlo a través de una gama limitada de objetivos, y la mayor parte del largometraje está rodado con la cámara en mano y un objetivo de 15 mm. Puedes sentir el enfoque documental, pero la imagen también tiene la calidad profesional y cinematográfica que merece.

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(Traducción del inglés)

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