BERLINALE 2023 Berlinale Special
Lars Kraume • Director de Measures of Men
"A través de la historia, el cine ha conseguido la mayoría de su dinero a través de la explotación de la violencia"
por Susanne Gottlieb
- BERLINALE 2023: El director alemán habla sobre los estándares etnológicos contemporáneos y sobre por qué sus compatriotas necesitan mantener vivo el recuerdo de su papel en el colonialismo

Al abordar el pasado colonial de Alemania en África del Sudoeste, Lars Kraume desenmascara la problemática ética de los métodos científicos anticuados y el genocidio que provocaron estos enfoques. Su película Measures of Men [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Lars Kraume
ficha de la película] se centra en un joven científico que viaja desde Berlín al territorio de la actual Namibia, y no se contiene a la hora de mostrar las atrocidades cometidas en todo su horror. La cinta se presentó recientemente como una proyección especial en la Berlinale.
Cineuropa: ¿Los alemanes son conscientes de su pasado colonial?
Lars Kraume: Los alemanes creen que no tienen nada que ver con el colonialismo. Esto se debe a que tuvieron que renunciar a todas sus colonias en 1919, tras perder la Primera Guerra Mundial. Después de 1945, durante las grandes luchas de liberación en Vietnam o Argelia, siempre actuaron como si no hubieran desempeñado ningún papel en el colonialismo. Naturalmente, durante los últimos 70 años se han centrado principalmente en gestionar la culpa de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto. Sin embargo, Alemania fue en su día la tercera potencia colonial del mundo.
La película no trata sobre el imperialismo clásico, sino sobre la ciencia. En el pasado, la ciencia siempre ha sido absuelta, pero ahora la examinamos de forma más crítica.
Esta visión crítica de la historia de la etnología solo ha empezado a aplicarse en los últimos años. Emmanuel Macron, por ejemplo, incluyó en su campaña electoral el tema de la restitución del arte africano saqueado, y las colecciones etnológicas han tenido que dar explicaciones por primera vez sobre sus artefactos y tesoros robados de una forma completamente distinta. Todavía hay restos humanos en los museos y archivos que no han sido debidamente enterrados.
Tus personajes están arraigados en su contexto histórico, lo que significa que no intentas imponerles visiones modernas. El protagonista, Alexander Hoffmann, no es malvado, sino que fue criado dentro de esta escuela de pensamiento.
No quería que los cineastas nos pusiéramos en primera línea. Contamos nuestra historia dentro de los parámetros de la época. Por eso empleamos también las palabras racistas. No obstante, intentamos reducirlas al mínimo, para que los personajes no utilizaran expresiones ofensivas todo el tiempo.
Hoffmann también roba a los muertos. Se lleva juguetes y joyas que probablemente desaparecerán en los archivos 100 años después, porque no puedes exhibirlos y no hay fuentes que certifiquen su propósito original.
Los distribuidores querían que recortara algunas de estas escenas recurrentes debido a la larga duración de la película. Les dije que la película las necesitaba para que el espectador pudiera tener exactamente esta epifanía. Hoffmann roba a los muertos y se lleva todo a Europa. Tampoco me inventé el robo de calaveras en el desierto. Hay una carta de Felix von Luschan, el profesor que sirvió de modelo para el personaje de Peter Simonischek, que escribe a los oficiales de Namibia diciéndoles que si la población local se está muriendo de sed de todos modos, podrían enviar algunos cráneos a Alemania.
A la hora de retratar el genocidio en el cine, siempre surge el problema de que las víctimas se convierten en una masa anónima que sufre en el fondo, mientras la historia se cuenta desde el punto de vista de los perpetradores.
Técnicamente, la voz de las víctimas en esta historia debería ser más fuerte que la de los culpables. Sin embargo, como alemán blanco, no estoy legitimado para contar las historias de los herero o los nama, porque eso sería apropiación cultural. Tengo que contarlo desde la perspectiva de los perpetradores. A través de la historia, el cine ha conseguido la mayoría de su dinero a través de la explotación de la violencia. Si cuentas la historia desde el punto de vista de la víctima, creas esas imágenes de violencia, y no queríamos eso. Espero que algún día los directores herero y nama puedan hacer películas desde su punto de vista, encontrando el tono y el vocabulario adecuados para contar estas historias.
(Traducción del inglés)
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