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Noruega / Finlandia

Ole Giæver • Director de Let the River Flow

"Yo también he empezado a ser consciente sobre el tema sami"

por 

- El director noruego habla sobre la lucha que rodea la construcción del embalse de Alta, narrando historias desde una perspectiva sami

Ole Giæver • Director de Let the River Flow
(© Ingun Alette Mæhlum)

Tras proyectarse en Tromsø y Gotemburgo, Let the River Flow [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Ole Giæver
ficha de la película
]
no ha dejado de atraer espectadores en su país de origen, Noruega, gracias a la distribuidora Mer Filmdistribusjon. La película trata de la lucha en torno a la construcción de la presa de Alta a finales de la década de 1970, pero el debate sigue siendo relevante hoy en día. De hecho, la protagonista de la película, Ella Marie Hætta Isaksen, protestó recientemente junto con Greta Thunberg contra los aerogeneradores construidos en los pastos de renos que utilizan los pastores sami. Nos hemos sentado con Ole Giæver, el director, para hablar de la película.

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Cineuropa: Las recientes protestas son un claro indicio de cómo lo que antes se consideraba una "locura" ha pasado a tener sentido ahora. ¿Fue esta la razón que te impulsó a hacer la película?
Ole Giæver: En realidad, yo era más político hace años, pero lo que quería era hablar de nuestra sociedad. Corren tiempos muy individualistas, y prueba de ello es el compromiso político de muchas personas que no siempre hacen las cosas de manera conjunta. Lo que verdaderamente me inspiró del conflicto de Alta fue la solidaridad de un amplio grupo de personas dispuestas a sacrificarlo todo. Quería recurrir al retroceso en el tiempo para mostrar lo que nos falta hoy en día. Otra de las cosas que captaron mi atención fue el impacto que tuvo este conflicto en los derechos de los sami. Tenía claro que, si me decidía a contar esta historia, lo tenía que hacer desde su punto de vista.

Mi padre formaba parte de ese movimiento, ya que también estaba en contra de la construcción de las presas. Sin embargo, no se centraba en los sami, porque no era consciente de que él mismo tenía esas raíces, y esa es la razón por la que este largometraje es el más personal que he hecho nunca. Yo también he experimentado una especie de despertar sami.

La película gira en torno a una lucha, pero la protagonista tiene miedo en todo momento, hasta el punto de que quiere desaparecer. Resulta inspirador ver cómo se va haciendo cada vez más fuerte. Si ella puede hacerlo, cualquiera puede.
No es la líder habitual, pero me he basado en muchas personas que conozco para su personaje, en hombres y mujeres que lo único que querían era pasar desapercibidos. Toda esta vergüenza se debe a la sociedad y a la historia de su familia, que se zanjó con muchas cosas por decir. La encargada de interpretar al personaje, Ella, es muy diferente. Lo primero que dijo en cuanto leyó el guion fue: "¡No puedo verme identificada con esta persona!". No obstante, creo que consigue que sintamos su corazón valiente y palpitante, y es de ahí de donde viene todo ese rubor.

Las protestas impulsan la historia, pero también pones el foco en lo que ocurre en los hogares de la gente y muestras diferentes matices de la vergüenza.
Todos conocemos la historia de cómo se desarrollaron y las consecuencias que tuvieron los disturbios en Noruega, pero yo quería ir un paso más allá, ya que no conseguí encontrar información que profundizara en otros aspectos en ninguno de los recursos que leí. ¿Cómo era ser un joven sami en aquella época? ¿A qué tipo de luchas se veían obligados a enfrentarse en casa y en el trabajo? Ahora tenemos una nueva generación de orgullosos jóvenes sami, pero esto se debe en parte a lo que ocurrió tras el conflicto. Quería mostrar en pantalla a alguien que todavía tuviera que pasar por todo este proceso. Ella tiene que aprender a estar orgullosa.

Muchos se refieren al conflicto de Alta como el "punto de inflexión", y realmente lo fue, porque se convirtió en el momento en que la gente por fin se desprendió de la vergüenza. Una sensación de logro contagió a todo el pueblo, pero esto no significa que la lucha haya terminado. Todavía quedan muchas batallas por ganar, pero esta generación joven tiene sin duda más confianza, y eso es algo que se nota cuando se reúnen con políticos.

Muestras las tradiciones y costumbres con sutileza. La mayoría de cineastas se centrarían en eso, pero tú consigues que se perciba como algo privado.
Creo que esto se debe a mi ambición de contar una historia auténtica y veraz, a mi intención de narrarla desde dentro. Si hubiera desconocido por completo la cultura sami, probablemente me habría vuelto loco, con todas esas costumbres y demás. Sin embargo, si te centras demasiado en eso, acabas por perder de vista la complejidad del conflicto. Viste la película con subtítulos en inglés y la lengua sami en amarillo. Con ello se pretende subrayar el hecho de que se trata de dos culturas diferentes, pero que se puede pertenecer a ambas. Es esta posibilidad de mezclarse lo que tan interesante resulta del conflicto entre sami y noruegos.

Al igual que a su madre, a la protagonista le lavaron el cerebro para que se odiara a sí misma. ¿Cómo se supera eso?
Estos traumas han marcado a generaciones enteras. Durante la Segunda Guerra Mundial, se destruyeron tantos vestigios de la cultura sami que, de repente, pudieron esconderse. Algunos lo hicieron y decidieron convertirse en noruegos. No querían que sus hijos sufrieran lo mismo que ellos, pero, como no podía ser de otra manera, les salió el tiro por la culata. Es algo de lo que también me di cuenta mientras rastreaba la historia de mi propia familia. De repente, todos tenían nombres noruegos. Aun así, quería que la gente entendiera lo que motivó esa elección.

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(Traducción del inglés)

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