Danièle y Christopher Thompson • Creadores y directores de Bardot
“Sabíamos que todo se construiría sobre una joya”
por Stanislas Ide
- El dúo de cineastas franceses, compuesto por madre e hijo, explora el formato de serie en su primer biopic, dedicado a la legendaria actriz titular
¡Icono! ¡Rubia estúpida! ¡Reina de la independencia ! Desde el momento en que Y Dios creó a la mujer triunfó en la gran pantalla en 1956, la actriz francesa Brigitte Bardot cristalizó las opiniones y fantasías de todo el mundo. Era cuestión de tiempo que su sensacional destino inspirase una película bibliográfica, y es para este propósito que el dúo madre-e-hijo de Danièle y Cristopher Thompson (Patio de butacas [+lee también:
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Cineuropa: ¿Cómo fue que escogisteis a Brigitte Bardot para vuestro primer trabajo bibliográfico?
Danièle Thompson: Nuestro productor, Pascal Breton, nos lo propuso. Leímos un montón de bibliografías y multitud de artículos. Es increíble lo mucho que se escribió sobre ella, tanto en la prensa amarilla como en ámbitos intelectuales. Es obvio que fascinó a todo el mundo en todos los aspectos. También nos dimos cuenta de que había un montón de cosas que desconocíamos sobre ella, y todo esto nos empujó a embarcarnos en esta aventura.
Y tanto que aventura, dado que es vuestra primera experiencia en el formato de las series…
D.T.: Éramos conscientes que habría un largo camino. Pero desde el principio, supimos que el mayor reto sería encontrar a esta joven; todos nuestros esfuerzos recaerían en los hombros de una joya que debíamos encontrar. Necesitábamos un milagro, y por suerte, ocurrió.
¿Cómo descubristeis a Julia de Núñez?
Christopher Thompson: Lo de “milagro” puede que sea demasiado fuerte teniendo en cuenta que dimos con Julia a través de un proceso de audición normal y corriente. En cuanto vimos sus pruebas en la pantalla, pudimos sentir que encarnaba a Brigitte Bardot sin ser una imitación. Julia aporta muchas emociones y puedes sentir su inocencia intacta.
D.T.: ¡Y la libertad! Buscábamos cierto parecido, pero nos ganó con esa sensación de libertad: cómo se movía, cómo hablaba y cómo reaccionaba… fue fascinante.
C.T.: Pero en un plató es donde ocurre la mayor parte de la magia, y el trabajar con ella solo aumentó nuestra fascinación. Parecía mentira que fuese una novata en esto, porque desde la primera toma del primer rodaje, Julia estaba como en casa.
D.T.: Y así fue. Eso sí, este tampoco fue un rodaje normal. Tuvo que trabajar con nosotros como dúo, pero también por separado, ya que íbamos rotando en la silla del director.
¿Qué limitaciones y qué oportunidades encontrasteis al pasaros a las series?
D.T.: La aceleración del proceso de producción comparado al de una película fue una limitación, desde luego.
C.T.: Aunque puede que esa fuese la única. Disfrutamos mucho extendiendo la historia en seis episodios, por ejemplo. Y trabajamos en torno a un proceso de escritura diferente, que implicaba cosas como construir la historia alrededor de finales cargados de suspense. O el hecho de que todos los episodios debían funcionar por sí solos sin perder el sentido general de unidad. Por ejemplo, el primer episodio, que se centra en el sueño de Brigitte de escapar de las garras de sus padres, es totalmente distinto del segundo, en el que vemos el rodaje de Y Dios creó a la mujer. Pero la comparación entre películas y series varía de una cultura a otra. Desde hace años, los estadounidenses han desarrollado un método de producción para las series. Independientemente de la calidad, existe un sistema de showrunners y salas donde se va escribiendo el guion que imponen respeto. Y no tiene sentido comparar Bardot con sus producciones.
D.T.: Más allá de las particularidades de este formato, lo que queríamos de verdad era escribir escenas fuertes. Ese es el quid de la cuestión, y empieza por la escritura del guion.
La historia está ambientada en los años 50 y 60, pero el enfoque que se le da parece muy actual. Por ejemplo, el primer desnudo es de un hombre, no de Bardot.
D.T.: ¡Eso es algo totalmente intencionado!
C.T.: A Bardot se la definió literalmente como un símbolo sexual. Evocaba el deseo para muchos, incluso el vicio para algunos. Pero la gente tiende a olvidar que apenas la hemos visto desnuda en pantalla. Tan solo un poquito al final de su carrera como actriz. Me pareció natural mantenerla vestida durante toda la serie... ¡y en su lugar, desnudar a los hombres que la rodeaban!
D.T.: Por lo demás, la historia está llena de guiños a ideas y asuntos de actualidad. El aborto es uno, el acoso otro. La serie comienza en los años 50, antes de la revolución sexual. Esta chica luchó contra el juicio y la prohibición. Hizo temblar los cimientos de temas que siguen siendo candentes hoy en día. Por supuesto, muchas cosas han cambiado desde los sesenta: pero no lo suficiente.
(Traducción del inglés por Nuria Olivas Valera)
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