17/05/2023 - CANNES 2023: La cineasta francesa habla de su primer largometraje en solitario, un trabajo conmovedor y delicado, sobre las profundas relaciones entre una niña francesa y su niñera caboverdiana

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Cineuropa: Llevabas sin dirigir una película desde Mil noches, una boda, y eso fue en 2014. ¿Qué te ha hecho volver con un tema como el de Àma Gloria?
Marie Amachoukeli: Quise darme un tiempo después de Mil noches, una boda porque me di cuenta de que hacer películas en la situación económica en la que nos encontramos es como donar un órgano, o al menos así es como lo veo yo. Por tanto, lo único que podía hacer que volviera a dirigir una película tenía que ser algo muy personal, algo que de verdad me llegara al corazón. Me llevó un tiempo dar con un tema y una historia por las que querer luchar e ir con todo hasta el final. A mí me crió alguien que cuidaba de mí, pero que no era una niñera exactamente, sino la portera del edificio donde vivía. Me pasaba los días en la portería con sus hijos. Un día, decidió que era el momento de volver a casa para vivir en Portugal, y aquello se convirtió en el momento más impactante de mi infancia. Recuerdo que aquel día no quise ni despedirme de ella. Quería seguir profundizando en ese amor totalmente loco que sentía por ella, explorar la relación entre una niña y alguien que recibe dinero por cuidarla. ¿Se hace por dinero? ¿Por amor? ¿Por ambas cosas? ¿Por qué las cosas acaban siendo de una manera u otra?

En todo momento, la película se ve desde la perspectiva de la niña, e incluso se produce un viaje a Cabo Verde.
Es una cuestión de percepción, de cómo, a raíz de este suceso —el regreso de la mujer a su país—, la niña cambia por completo su percepción de las relaciones, del mundo y de su vida. La conclusión lógica de todo esto me llevó a que el viaje del personaje de Cléo se trasladara también al aspecto físico. El hecho de ver cómo es la vida de Gloria, de dónde viene y dónde iba a parar su futuro permite a Cléo entenderse más a sí misma. De esta forma, Cléo entra en la edad de la razón, cambiando su punto de vista y su perspectiva sobre aquello que antes le parecía tan familiar, pero que no lo era tanto después de todo. A su vez, el viaje constituyó una forma de profundizar en la relación que ambas tenían, enriqueciendo así la complejidad de su historia. En cuanto a la elección de Cabo Verde, surgió de mi encuentro con Ilça Moreno Zego, que es de allí. Reescribí toda la película basándome en lo que ella me había contado y en el lugar donde vivía en la isla de Santiago.

Todo está rodado a través de planos muy cercanos de los personajes. ¿Qué fue lo más importante para ti en cuanto a la puesta en escena?
En primer lugar, el formato posee ciertos rasgos que lo hacen único, ya que lo ideamos en la fase de montaje (entre 4/3 y 1,85), pero realmente pensamos cómo acabaríamos haciéndolo en la fase de preparación. Teníamos que estar lo más cerca posible de Cléo y reflejar íntegramente su punto de vista. Y, gracias a este formato y a este enfoque del mundo, pudimos poner de relieve lo que aparecía fuera de la pantalla. Se trata de una película muy fiel a los recuerdos de cómo viví mi infancia: en realidad tengo acceso a muy pocos, pero la imaginación da mucho de sí. La cámara permanece a la altura de la niña en todo momento y representa su campo de visión, muy de cerca y a poca altura, porque es así como los niños ven el mundo. De esta manera, uno se imagina lo que hay detrás y a ambos lados de ella, pero no necesariamente se ven todas esas cosas cuando se es un niño. También trabajé mucho mediante un objetivo de focal larga, porque el personaje es miope y quería que los movimientos se captaran en lugar de solo mostrarse. Se trata más de ritmo e impresiones que de claridad y definición.

¿Qué motivos hay detrás de la incorporación de secuencias de animación oníricas?
Me vi muy influenciada por Mary Poppins, la primera película que vi, en la que se pasa del mundo real al de Mary Poppins, que es un mundo animado. Quería reproducir ese mismo efecto a través de esa transición hacia la pintura animada, los dibujos y lo imaginario. Pensé que encajaba bien con el mundo de la infancia y con la forma en que el subconsciente de la niña se expresa a través de momentos de colores vivos en lugar de palabras.

(Traducción del francés)