24/05/2023 - CANNES 2023: La cineasta camerunesa afincada en Bélgica habla de su inmersión en la vida cotidiana de una trabajadora y madre de familia que toma las riendas de su vida

Conocida por su intenso y contundente trabajo en el cine documental, que a menudo implica impactantes retratos de mujeres, como en Chez Jolie Coiffure y Les Prières de Delphine, Rosine Mbakam visita este año la Quincena de los Cineastas de Cannes con Mambar Pierrette [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Rosine Mbakam
ficha de la película], una película de ficción construida sobre la vida real de su prima, una costurera que se enfrenta con valentía a la lluvia y las inundaciones en su taller de Douala.

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Cineuropa: Conocemos tus trabajos anteriores, retratos de mujeres que podríamos describir como documentales. Mambar Pierrette es una historia escrita tomando prestados elementos de la ficción. ¿Cómo ha enriquecido esta nueva película tu trabajo y reflexiones?
Rosine Mbakam: Cuando empecé a interesarme por dirigir películas, pensaba en hacer ficción. Descubrí el documental creativo en la escuela de cine. El cine documental fue una herramienta que me ayudó a lidiar con mi timidez a la hora de dirigir, porque me permitió ser independiente y hacer cosas por mí misma. El documental también me ha permitido buscar mi propio cine, entender la manera en la que quería hacer ficción. Con Mambar Pierrette, quería regresar a ese deseo original. Mi familia impulsó mis primeros deseos de ficción. Con Pierrette, mi prima, hablábamos a menudo por WhatsApp sobre nuestro día a día. Quería cuestionar algunos de los temas urgentes que comentaba con ella, cuestiones sobre el trabajo, el desempleo, los niños, la educación. Me basé en nuestras conversaciones para escribir esta historia, construida sobre su realidad, sobre su experiencia vital. 

También prestas especial atención a los gestos del trabajo y su temporalidad.
Esto es algo que heredé de mi padre. Él siempre me decía: "En todo lo que hagas, tómate el tiempo necesario para hacerlo bien". Tengo la impresión de que en el cine siempre eclipsamos el tiempo de trabajo. Para Pierrette, coser no es solo un trabajo, es mucho más que eso. Es una pasión. Es su forma de vida. Hacer un vestido le permite pagar los estudios de sus hijos, la comida, la electricidad, las necesidades diarias de la familia. No se trata solo de hacer un vestido. Quería mostrar el tiempo que pasa, que fuera posible sentirlo.

Entendiendo el cine como una relación de poder, dices que para ti es importante encontrar un equilibrio con tus protagonistas.
El cine es en esencia un arte de poder. Cuando sujetas una cámara, observas rostros, cuerpos, sin que la persona filmada pueda verlo, o a veces ni siquiera entenderlo, y eso es una relación de poder en sí misma. Este poder se usa de forma consciente o inconsciente por ciertos cineastas para colocar a las personas donde ellos quieren para contar sus historias.

Intento estar muy atenta a esta relación de poder, porque sé que ha conseguido confinar la historia de África y la imagen de los negros. Tengo cuidado de no reproducir esa dinámica. Es importante que las personas que filmo sean libres de ser lo que quieran y que puedan serlo más allá de mis intenciones. Quiero compartir este poder en mis películas, ofreciéndoles el espacio para que se apropien de la historia, para acercarla a su propia realidad. Esto es lo que ha hecho Pierrette. Yo le mostraba lo que quería hacer, y a veces ella me decía que prefería hacerlo de una forma diferente, porque así se sentiría mejor. Impregnaba la idea principal con sus conocimientos. Acercaba la ficción que yo había escrito a su propia vida, cargándola de realidad.

Produces tus propios trabajos. ¿Es algo esencial para hacer las películas que deseas?
Pude ver claramente que en Europa los productores tenían una idea muy concreta de cómo debía filmar mi realidad, a menudo sin escuchar lo que tenía que decir. Yo estaba buscando mi propio cine, y no me veía luchando para educar a otra gente sobre lo que quería hacer. Ya tenía que luchar para que aceptaran las películas en las comisiones, no quería tener que pelearme también con los productores. El director etíope Haile Gerima dice: “Debes crear tu propio espacio de libertad, porque cuando la industria te ignore y ya no te reconozca, aún tendrás este espacio para seguir expresándote”. Tândor Productions es mi espacio de libertad, que me ha permitido hacer mis primeras películas sin nada. Esto me permite mantener mi visión, mis pensamientos, pero también la singularidad de las personas que filmo. No quiero dejarme confinar por la industria, por un modo de producción que enmarca, limita y encierra las cosas.

(Traducción del francés)