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CANNES 2023 Semana de la Crítica

Vladimir Perišić • Director de Lost Country

"Intento diseccionar y diagnosticar la violencia de la sociedad serbia"

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- CANNES 2023: El director serbio vuelve a la Croisette con una película con una fuerte dimensión personal y un evidente eco en la realidad actual de su país de origen

Vladimir Perišić  • Director de Lost Country

El 3 de mayo de 2023, Serbia vivió su primer tiroteo en una escuela. Un joven de 13 años, que aparentemente había sufrido acoso, mató a nueve personas con el arma de su padre, incluyendo al guardia de seguridad del colegio y a ocho estudiantes, en la escuela “Vladislav Ribnikar” de Belgrado. Dos meses antes, Vladimir Perišić terminaba el rodaje de su segundo largometraje, Lost [+lee también:
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, presentado en la Semana de la Crítica de Cannes, en el mismo centro. Entre otros temas fundamentales, la película aborda precisamente la violencia generalizada en la sociedad serbia.

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“Esta violencia, que siempre ha estado ahí, es algo que intento diseccionar y diagnosticar”, afirma el cineasta. “Con mi anterior película, Ordinary People [+lee también:
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, traté de abordar los crímenes de guerra cometidos en los años 90 de una forma menos narrativa y más observacional, porque no tenía forma de penetrar en esta psicología”.

Lost Country está ambientada durante las protestas civiles de 1996 y 1997, desencadenadas por el intento del dictador Slobodan Milošević de amañar las elecciones. El protagonista, Stefan (Jovan Ganić), es un estudiante de secundaria de 15 años. A medida que la situación se vuelve más volátil, con prácticamente todo Belgrado apoyando las protestas contra el gobierno, el joven se encuentra dividido entre su amor por su madre, Marklena (Jasna Djuričić), que trabaja como portavoz del Partido Socialista de Milošević, y la presión de grupo que ejercen sus amigos, que amenaza con convertirse en acoso.

Historia personal

En la película encontramos claros elementos autobiográficos, ya que la propia madre de Perišić era miembro del partido de Milošević y formaba parte del ambiente cultural de aquella época. El director, que tenía 19 años en ese momento, no estaba de acuerdo con la postura política de su madre y participó en las protestas. Él mismo ha dicho que no sintió presión en casa y que no le acosaron por la calle, pero la gente sabía quién era su madre y él sintió un gran conflicto interior.

“Para la mayoría de la gente, las manifestaciones eran una especie de carnaval, una fiesta, pero para mí no era una situación tan relajada”, recuerda. “Por otra parte, soy consciente de que las protestas me liberaron. Para mí habría resultado mucho más difícil enfrentarme a mi familia, distanciarme y tomar las riendas de mi vida si no hubiera sido por esa rebelión colectiva que me llevó a revolucionarme”.

Tras las protestas, Perišić se mudó a Francia para estudiar Literatura. Allí descubrió, a través de un artículo en Libération, que la hija del criminal de guerra Ratko Mladić se había suicidado en 1994, antes incluso de que su padre llevara a cabo la masacre de Srebrenica. “Me hizo darme cuenta de que yo también era un rehén de esta sociedad violenta y, si no me oponía a sus crímenes, me convertiría en cómplice”, explica.

Por eso sintió la necesidad de hacer Ordinary People, pero ya han pasado 14 años desde su estreno mundial en la Semana de la Crítica de Cannes. “No soy uno de esos profesionales que consideran el cine como un trabajo y que hacen una película tras otra”, confiesa. “Necesitaba que los hechos que ocurrieron en los 90 se convirtieran en historia, en lugar de una guerra psicológica interminable, que continuó después del conflicto y que todavía existe, aunque de forma más leve. Empecé a trabajar en Lost Country en 2016. Fue un proyecto difícil de financiar, y estaba en pleno proceso de casting cuando comenzó la pandemia de COVID-19, por lo que fue imposible continuar”.

Encontrar a los actores

Para el personaje de Marklena, Perišić escogió a la ganadora del European Film Award Jasna Djuričić, con quien ya había trabajado previamente en su cortometraje de graduación, Dremano oko. “El Partido habla a través de ella. Hay un elemento performativo en esto, así que la idea era que los políticos se han convertido en una especie de actores cuando se les representa en los medios de comunicación. Cuando Marklena vuelve a casa después del trabajo, parece como si volviera del teatro. Pensaba que si mi película se desarrollaba como un documental sobre Jasna en su rol de actriz, el retrato de la política sería auténtico”.

Para el papel de Stefan, Perišić hizo un casting con más de 1.500 adolescentes de toda Serbia. En el guion, coescrito junto a Alice Winocour, Stefan practica waterpolo, que es lo que hacía el propio Perišić de niño. Asegura que estaba dispuesto a cambiar de deporte en función de lo que resultase más natural para el actor no profesional. Sin embargo, encontró a Ganić en un club de waterpolo.

“Sentí como si él me hubiera elegido a mí. Yo estaba de pie junto a la piscina, el entrenador los llamó, nadaron hasta el borde y les hice una foto con el móvil. Cuando la miré después, vi que un chico me miraba directamente mientras el resto escuchaba al entrenador”, recuerda. Cuando el equipo invitó a Ganić al casting, este llegó con su mejor amigo, Miodrag Jovanović, que acabó interpretando a su mejor amigo en la película.

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(Traducción del inglés)

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