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LOCARNO 2023 Piazza Grande

Dragan Bjelogrlić • Director de Guardians of the Formula

“La Guerra Fría nunca ha terminado”

por 

- La última propuesta del actor y director serbio es un drama ambientado en la Guerra Fría, en torno al primer trasplante humano de médula ósea de la historia

Dragan Bjelogrlić  • Director de Guardians of the Formula
(© Nebojsa Babic Photography)

Nos reunimos con Dragan Bjelogrlić, el director de Guardians of the Formula [+lee también:
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. Su último largometraje, proyectado este año en la sección Piazza Grande del Festival de Locarno, es un intenso drama ambientado en la Guerra Fría que gira en torno al primer trasplante de médula ósea de la historia.

Cineuropa: ¿Cuándo empezaste a trabajar en la película y por qué decidiste contar esta historia justo ahora?
Dragan Bjelogrlić:
Empecé a trabajar en el guion hace cinco años, y nuestra historia acabó siendo muy oportuna debido a la guerra en Ucrania. Vivo en los Balcanes y quizá la sienta más próxima que en otros lugares, pero mi opinión es que la Guerra Fría nunca ha terminado. Ese tipo de tensión en el mundo ha continuado [a lo largo de los años]. Por tanto, la Guerra Fría solo ha cambiado de forma. En algún momento crítico, cada 20 años, experimentamos ese pico durante el cual vemos cómo algunas pequeñas cosas son suficientes para acercarnos a la catástrofe. De esta forma, las circunstancias hicieron que nuestra película resultase más relevante, a pesar de que descubrí el libro [original] hace seis años, y el mundo no sabía nada sobre esta historia.

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¿Cómo escogiste a los actores que interpretan a Mathé y Popović?
Para mí, Mathé era un personaje muy importante. Cuando vi a Alexis Manenti en Les Misérables [+lee también:
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, supe que tenía raíces serbias; resultó que su madre es de Yugoslavia. Luego nos conocimos y descubrí que hablaba mi idioma; para mí era importante que nos entendiéramos, así que fue el primer actor al que escogí.

Posteriormente, tuvimos muchas audiciones para el papel de Popović. Durante la fase de casting, siempre filmaba a [los actores que interpretaban a] Popović y Mathé juntos porque quería ver cómo encajaban ambos en el mismo plano, no solo por separado. Quería descubrir si tenían algún tipo de química juntos.

La dirección de fotografía es rica en tonos sombríos y claroscuros, especialmente en las escenas interiores, generando una atmósfera lúgubre. ¿Puedes hablarnos de las instrucciones y referencias visuales que compartiste con el director de fotografía, Ivan Kostic?
En primer lugar, una de las decisiones más importantes fue trabajar con lentes anamórficas. Nuestra idea era reproducir la atmósfera de las películas de cine negro de los años cincuenta y sesenta. La idea era organizar la iluminación, los planos y todo lo demás para evocar esas películas. […] Además, decidimos que, a medida que avanzaba la historia, la cámara debía acercarse cada vez más a los actores. En los primeros 30 minutos, vemos principalmente planos generales. A medida que el drama se intensifica, cambiamos los objetivos y nos centramos en los primeros planos. […] Nos esforzamos mucho para generar la atmósfera adecuada.

¿Qué puedes contarnos sobre tu trabajo con el sonido y la banda sonora?
Trabajamos mucho en la banda sonora, ya que la idea no era ilustrar el drama o lo que ocurría en el plano. Tenía que ser una música de fondo, algo así como un eco. Durante el trabajo de diseño de sonido en Portugal, mezclamos la partitura con los sonidos de reactores, los de un hospital vacío y los de ciertos vehículos. Finalmente, la última pista de la banda sonora es totalmente diferente. Hay un cambio enorme.

Hablando de tu trabajo con los actores, ¿cómo lograste establecer el tono comedido de sus interpretaciones? ¿Fue el resultado de tu trabajo durante el rodaje, o lo habías planeado previamente?
Siempre es una combinación de varias cosas. Tenía la idea general de desarrollar los personajes y [averiguar] qué tipo de método de interpretación tendrían que utilizar para no desvelar demasiado desde el principio. Por supuesto, mi trabajo principal es actuar; llevo haciéndolo 50 años. Me gusta trabajar con los actores delante de la cámara, ensayar con ellos y ver qué nos depara una situación concreta. A veces, cambiamos algunas frases. Por ejemplo, si te fijas, Mathé solo sonríe dos veces en toda la película, y trabajamos en ello de forma muy específica.

Sin duda, la película cuenta con una importante dimensión francesa. ¿Por qué no hay coproductores franceses involucrados?
El problema fue que, durante el proceso, estaba trabajando en otra película que fue un gran éxito local [Toma [+lee también:
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]. Simplemente, no tuve tiempo suficiente. Un coproductor francés no quiere poner directamente su propio dinero, sino que prefiere solicitar alguna financiación. No tuvimos tiempo de esperar, aunque un par de grandes estudios franceses mostraron cierto interés. Por supuesto, habría sido mucho mejor que nos hubiera acompañado una compañía francesa, pero espero que consigamos despertar el interés de algún distribuidor local.

(Traducción del inglés)

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