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VENECIA 2023 Orizzonti

Gábor Reisz • Director de Cuestión de principios

"Teníamos que mostrar todas y cada una de las aristas de estos personajes"

por 

- VENECIA 2023: El director húngaro habla sobre su nueva película, y explica los numerosos matices del variado retrato que pinta de la sociedad actual de su país

Gábor Reisz  • Director de Cuestión de principios
(© Pál Czirják)

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, presentado en la sección Orizzonti de la 80.ª edición del Festival de Venecia, es el tercer largometraje del director húngaro Gábor Reisz, cuyos anteriores trabajos son For Some Inexplicable Reason [+lee también:
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, que se proyectó en 2014 en la sección East of the West de Karlovy Vary, y Bad Poems [+lee también:
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, que se presentó en el Festival Black Nights de Tallin y fue galardonado con una mención especial en Turín 2018).

Cineuropa: ¿Hay alguna motivación política detrás de Explanation for Everything?
Gábor Reisz: No, esa no es mi forma de trabajar. Lo que suelo hacer es partir de ideas o de detalles concretos para crear mis historias. En este caso, la idea original consistía en hacer una película sobre alguien que llevara puesta una insignia nacionalista durante su examen final de bachillerato, que suspendiera ese examen y luego mintiera sobre ello a su padre. Partiendo de esa base, mi coguionista Éva Schulze —que fue mi profesora y ahora es mi mentora— y yo empezamos a pensar en cómo desarrollar la historia. Me pidió que fuera yo quien escribiera sobre los personajes, así que me pasé tres meses escribiendo en primera persona del singular, lo cual me ayudó mucho a construirlos. Entonces, pensó que sería una buena idea que la historia empezara la noche antes del examen, y eso constituyó un verdadero punto de inflexión en el proceso de escritura, porque nos dimos cuenta de que teníamos que mostrar todas y cada una de las aristas de estos personajes. A partir de ese momento, el proceso empezó a avanzar a la velocidad de la luz: escribimos de noviembre a julio, y empezamos a rodar en agosto.

¿Se trata de una película sobre los jóvenes en general o sobre los jóvenes húngaros en particular?
Dio la casualidad de que el día en el que se me ocurrió la idea coincidió con una huelga de estudiantes en la universidad donde estudié cine, que se organizó en señal de protesta contra una nueva reforma del sistema educativo. Muchos artistas, entre los que no faltaron los cineastas, salieron en apoyo de todos estos jóvenes, y yo también participé. Los medios de comunicación tacharon a estos estudiantes de izquierdistas, comunistas y anarquistas, cuando en realidad solo se trataba de jóvenes de 18 y 19 años que lo único que querían era estudiar libremente. Esto me impactó mucho y, sin duda, acabó constituyendo una parte importante de mi fuente de inspiración.

A través del estudiante de bachillerato Àbel, de un padre obsesionado con su éxito académico y de un profesor de Historia, la educación, más allá del telón de fondo de una sociedad ideológicamente bipolarizada, parece constituir el tema central de la película.
Así es. La presión que los padres de Àbel ejercen sobre él es la misma que yo sentí en el instituto: la de una familia para la que la opción de no ser admitido en la universidad —a la que, por cierto, no quieres ir— no tiene cabida. Recuerdo muy bien esa época tan delicada: solo tienes 18 años, es la primera vez que te enamoras, la primera vez que realmente tomas conciencia del entorno que te rodea, y resulta muy difícil tomar decisiones sobre tu futuro. Ese era precisamente el estado de ánimo que quería transmitir en la película.

¿Cómo hiciste para no caer en el maniqueísmo político?
Eso fue lo más difícil. Ni siquiera yo mismo sé exactamente cuál es mi postura política: mis padres eran de derechas, pero mis amigos eran todo lo contrario. Me pareció especialmente importante mostrar tanto el lado positivo como el negativo de los personajes, en lugar de optar por una narrativa tradicional con un protagonista y un antagonista. Y lo mismo ocurre con la sociedad, porque quería mostrar cómo cada uno de los dos bandos políticos tenía sus traumas y sus agravios. Creo que todo eso ayuda a aclarar quiénes son los personajes principales y por qué se comportan como lo hacen.

También abordas la cuestión del boom mediático y las fake news, ¿verdad?
Las protestas de las escuelas de cine también me inspiraron, porque había enormes distorsiones en la forma en que los medios de comunicación presentaban a esos estudiantes y a sus profesores. En los periódicos húngaros, este tipo de distorsiones son habituales y quedan impunes.

Está claro que la película explora la política húngara con gran detalle, ¿qué reacciones crees que tendrá la gente cuando se estrene en tu país el 5 de octubre?
No lo sé. Me encantaría que fuera gente de todos los bandos políticos a ver la película para que sirva para abrir el debate, porque hay muchos problemas y tenemos que tratar de dialogar de una forma u otra.

(Traducción del francés)

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