Nora El Hourch • Directora de HLM Pussy
"Quería describir a la gente joven que lucha las batallas de los adultos con armas de niños"
por Fabien Lemercier
- La directora franco-marroquí explica el personal origen de su primer largometraje, un thriller psicológico que se adentra en las zonas grises de la amistad y el consentimiento
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crítica
tráiler
entrevista: Nora El Hourch
ficha de la película], que se ha presentado en la sección Platform del 48.º Festival de Toronto, es el primer largometraje de la directora francomarroquí Nora El Hourch.
Cineuropa: ¿Qué te llevó a querer juntar el tema de la amistad entre tres adolescentes y la cuestión del consentimiento en la misma película?
Nora El Hourch: Ante todo, se trata de una película sobre la amistad, porque cuando tienes 15 años, crees que tu amistad con ciertas personas durará para toda la vida, que nada podrá hacer que se tambalee vuestra relación. Pero también quería tratar el tema de la doble cultura. Como mi padre es marroquí y mi madre es francesa, nací entre dos culturas distintas, y siempre he intentado mantener la esencia de ambas y no decantarme por ninguna en concreto. También he sido víctima de una agresión sexual, así que los temas del consentimiento y el #MeToo no me han resultado difíciles de abordar. Me siento cómoda hablando de ello, pero me he dado cuenta de que la respuesta de la gente cambia significativamente en función de con quién hable. Quería profundizar en este aspecto de las sutilezas de la vida: cómo la misma batalla puede abordarse de forma diferente según tu educación, tus pensamientos y el entorno social en el que creciste. Todos estos aspectos fueron los que me impulsaron a combinar estos dos temas tan importantes para mí.
¿Cómo describirías a Amina, Djeneba y Zineb, tus tres personajes principales?
Son la encarnación de algunas de mis facetas. La vida de Amina es un poco como la mía: un entorno acomodado, doble cultura, un padre que hizo todo lo posible para que su hija fuera totalmente francesa y dejara atrás sus raíces marroquíes… Y cuando estudiaba en el instituto, tenía amigos de los bloques de los suburbios, tal y como Amina en la película. Pero también hay un poco de Zineb en mí, ya que tiene un lado ingenuo del que su entorno se aprovecha, y Djeneba no es la excepción, con ese carácter de pitbull que tanto la caracteriza. El personaje de Amina se creó para ser contradictorio. Tiene un nombre y un apellido que suenan árabes y crece en una escuela en la que predominan los niños inmigrantes, pero se espera de ella que sea francesa a más no poder. De hecho, eso es lo que la lleva a sufrir una crisis de identidad, porque tiene la intención de "venderse" como árabe a sus amigos; quiere pasar desapercibida, porque eso es lo que todos queremos a esa edad. Pero su situación resulta irónica, ya que, aunque eso es lo que quiere ser, su condición —sus convicciones, principalmente— la lleva de nuevo a convertirse en otra persona completamente distinta. Quiere salvar a sus amigas, pero lo quiere hacer a través de las armas que ha obtenido a partir de su educación, que no son las mismas que las de Djeneba y Zineb. La forma de pensar y actuar de Amina acabará por convertirse en el punto de inflexión de una ruptura que pondrá de manifiesto lo que las tres habían estado negando hasta el momento: las diferencias evidentes entre ellas.
¿Desde qué punto de vista pretendías abordar el tema de la denuncia de la agresión sexual?
Este tipo de violencia puede producirse en cualquier contexto social, por eso el personaje de Zach tiene tantos matices. Crece en un entorno oscuro —no tiene padres y su vida está llena de violencia—, por lo que sus relaciones humanas se convierten en una reproducción de los códigos con los que se ha criado. Las tres amigas se hacen las mismas preguntas que yo me hago a día de hoy, y por eso tenía la intención de que tuvieran 15 años. Quería arrojar luz sobre la gente joven que lucha las batallas de los adultos con armas de niños. Nadie es puro, todos estamos llenos de contradicciones y complejidades. Todos y cada uno de los múltiples matices en torno a la cuestión del consentimiento constituyen preguntas que yo también me planteo. ¿Hasta qué punto son conscientes los agresores de lo que hacen? Todo es mucho más complicado de lo que parece, y eso es precisamente lo que he intentado transmitir. El lado violento de la película se debe al hecho de que quería enfocarla un poco como un thriller psicológico que va cogiendo fuerza progresivamente hasta llegar al clímax. Las tres amigas están atrapadas en su propia espiral. Tratan de luchar a su manera, sirviéndose de sus propias armas, que hoy en día son principalmente las redes sociales. Pero son bebés, niñas que no son realmente conscientes de lo que hacen, porque se trata de algo mucho más complejo que colgar un vídeo en internet para señalar a alguien.
(Traducción del francés)
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