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Alemania

Katharina Huber • Directora de A Good Place

“Era importante para mí que la película no fuese demasiado pintoresca ni bonita”

por 

- Hemos hablado con la directora alemana sobre su inspiración y su acercamiento artístico a su distópico primer largometraje

Katharina Huber  • Directora de A Good Place
(© Locarno Film Festival)

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, en la sección Cineasti del presente del Festival de Locarno. Huber se graduó en la Academy of Media Arts de Colonia, y la película recibió financiación del instituto cinematográfico regional de Renania del Norte-Westfalia. Hemos hablado con la cineasta sobre su inspiración y su enfoque artístico.

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Cineuropa: ¿Cómo empezaste a trabajar en la película?
Katharina Huber: La primera idea surgió hace muchos años. Estaba en el Royal College of Art de Londres, donde hice un máster en animación. Las estructuras que observé allí me influyeron mucho. A veces tenía la sensación de que todo el mundo estaba de acuerdo en que ciertas cosas estaban mal, pero nadie protestaba. Percibía esta tensión tanto a pequeña como a gran escala. Además, en ese momento tuvieron lugar todos los acontecimientos revolucionarios del Euromaidán, y yo los seguía por la radio. Ese ambiente de revolución me influyó mucho. En ese contexto empecé a planificar mi película de graduación. Tuve la idea de ambientarla en un pueblo desde un primer momento. También tenía claro el personaje de Margarita. Posteriormente, abandoné el proyecto durante unos años. Cuando volví a Alemania, lo retomé, pero sabía que no quería hacer animación. Escribí el guion de forma muy intuitiva.

¿Te influyó la pandemia de COVID-19?
No me gusta acercarme demasiado a los acontecimientos contemporáneos. Cuando empezó la pandemia, me sentí molesta. Pensé que la historia se estaba volviendo demasiado concreta. En el guion, el tema de la enfermedad era mucho más importante en un principio, pero después decidí suavizarlo. Algunos podrían haber dicho que nuestra película era visionaria, pero pocos sabían que la había escrito antes.

Los pollos son un elemento recurrente en la historia. ¿Qué simbolizan para ti?
Al principio, estaban más relacionados con el tema de la enfermedad. Básicamente, necesitaba un símbolo para representar la sensación de que algo estaba mal. Quería que fuera comida, pero no una manzana, sino un animal. Una gallina era más manejable que una vaca, por ejemplo. También encajaba en el mundo del pueblo. Dicho esto, creo que las gallinas son bastante raras. Nunca sabes si te gustan, si te parecen estúpidas o si son adorables. Como símbolo, eran muy concretas. Son alimentos de consumo diario. También se relacionan con el problema de la ganadería abusiva. En un pueblo donde se han criado pollos durante generaciones, tal vez en exceso, esto ya no puede ser sano. También puede aplicarse a las ideas y hábitos de los hombres. Aunque siempre hayamos hecho algo de la misma forma por tradición, puede que deje de estar bien en algún momento.

¿Cómo encontraste el lugar donde rodasteis la película?
Tenía una idea clara de la localización y busqué sitios que pudieran encajar. Rodamos en la región de Eifel, cerca de Colonia. Es una zona rural, y me sorprendió descubrir que todavía hay muchos pueblos pequeños donde la gente se pasa toda la vida sin conocer realmente la ciudad. Aun así, fue difícil encontrar un sitio que pareciera auténtico y no estuviera dominado por infraestructuras modernas. Buscaba un lugar con un aspecto atemporal.

Utilizas un lenguaje visual muy consistente, especialmente en lo que se refiere a la paleta de colores. ¿Cómo desarrollaste el concepto visual de la obra?
Desde el principio, decidimos que la imagen sería estática. Eso nos permitió concederles más espacio a los actores y actrices. Rodamos con dos cámaras al mismo tiempo. Por un lado, intentamos planificar las tomas con la mayor antelación posible, pero estas condiciones también aportaban a las imágenes cierta espontaneidad. A veces, la imagen se corta de forma un tanto inusual debido a este método de trabajo. Jugamos con esa combinación. Era importante para mí que la película no fuese demasiado pintoresca ni bonita. Se trataba de algo especialmente importante con las imágenes de naturaleza. Nuestro objetivo era que la imagen pareciera fría y oxidada. Debía reflejar cierta melancolía. Quería crear un mundo anticuado que perteneciera al pasado, por lo que había que mostrarlo a través de una imagen fangosa y polvorienta.

En colaboración con

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(Traducción del inglés)

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