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SAN SEBASTIÁN 2023 New Directors

Niclas Larsson • Director de Mother, Couch!

"Echo de menos a los viejos maestros como Billy Wilder o Jonathan Demme, echo de menos cuando se mezclaban los géneros"

por 

- El primer largometraje del joven director sueco narra la complicada relación entre un hijo y su madre, y explora tanto emociones luminosas como oscuras

Niclas Larsson  • Director de Mother, Couch!

Nos hemos sentado a hablar con el director sueco Niclas Larsson sobre su primer largometraje, Mother, Couch! [+lee también:
crítica
entrevista: Niclas Larsson
ficha de la película
]
, que se ha presentado en la sección New Directors de la 71.ª edición del Festival de San Sebastián.

Cineuropa: Tu película está basada en la novela Mama i soffa de Jerker Virdborg. ¿Qué fue lo que te inspiró para hacer la película sobre el libro?
Niclas Larsson:
Virdborg es muy bueno con las palabras, y se le da bien construir conceptos sólidos. Publicó Mama i soffa en la pandemia y, en cuanto leí las diez primeras páginas, me di cuenta de que una historia así podía perfectamente dar lugar a una película. Lo siguiente que hice fue escribir un texto de 40 páginas sobre lo que pensaba que ocurriría a continuación en el libro. Luego retomé la lectura del libro pude comprobar que se trataba de una obra maravillosa. De esta forma, pude confirmar que las diez primeras páginas constituían una estructura realmente buena para una película muy sencilla —sencilla en el sentido de que podía introducir en ella todo lo que quisiera—, una película en la que incluir todos los traumas por los que había pasado.

Puede que esta pregunta esté un poco pasada de moda, pero ¿a qué género dirías que pertenece tu película?
Echo de menos a los viejos maestros como Billy Wilder o Jonathan Demme, echo de menos cuando se mezclaban los géneros. Si te fijas, las antiguas máscaras griegas tenían una cara feliz por delante y una cara triste por detrás, pero se las ponía siempre el mismo actor. Esto quiere decir que la tragedia y la comedia son lo mismo. Hoy en día, las llamas comedias, y solo son comedias, y si te refieres a ellas como películas tristes, solo presentarán rasgos de los dramas. Así que, si tengo que decantarme por algún género en concreto, espero la gente vea el largometraje como una tragedia y una comedia al mismo tiempo.

David, el personaje principal interpretado por Ewan McGregor, es el motor que impulsa la película. ¿Fue tu primera opción?
Sí, desde luego. Me gusta la sencillez de Ewan. Me acabé de enamorar de su forma de actuar cuando vi cómo interpretó a su personaje en Beginners, de Mike Mills. Se hizo servir de la sencillez para consolidar una interpretación brillante. Tenía claro que necesitaba que mi personaje principal fuera un tipo muy normal, así que él fue el primero en quien pensé. Así pues, me puse en contacto con él, le envié el guion y dijo que sí.

¿Y qué hay de la leyenda viva Ellen Burstyn? ¿Cómo fue dirigir a una actriz de este nivel?
La verdad es que tenía miedo al principio, porque no sabía cómo actuar con ella. Ellen Burstyn ha sido dirigida por los mejores directores del mundo, por lo que impone mucho ser tú quien, de repente, le tiene que dar las instrucciones. Pero luego todo se convierte en una especie de hermosa danza, empiezas a hablar con ella y la fachada de la mismísima Ellen Burstyn se derrumba enseguida. Al final, es un ser humano como tú y como yo, por lo que simplemente hablamos, yo comparto lo que quiero, ella comparte lo que quiere y, de esta manera, construimos una pequeña cosa entre ambos que nos sirve para conectar e intercambiar ideas.

El diseño de producción resulta fundamental para la película, con ese decorado caótico que cambia a medida que evolucionan las emociones de los personajes. ¿Cómo gestionasteis este aspecto de la película?
Decidimos construirlo todo en un estudio, todo es artificial. Y la razón por la que tomamos la decisión de hacerlo así fue para poder moldear la tienda de muebles tal y como queríamos. Escribí un libro con el fin de dejárselo todo bien claro a mi equipo técnico, y lo llamé El libro de las tormentas. El libro está dividido en nueve capítulos —nueve tormentas—, por lo que decíamos cosas como: "Muy bien, esta es la cantidad de muebles en la tormenta uno, esta es la cantidad de muebles en la tormenta dos", y así sucesivamente. Así que fue bastante fácil, en realidad, seguir estos pasos, sobre todo cuando eres el dueño del lugar, cuando puedes construir y derribar muros para cambiar la forma y el espacio a tu antojo.

Creo que la forma en que utilizas la música para establecer el tono a través de los diferentes altibajos de la película es fantástica. ¿Cómo fue trabajar con el compositor?
Chris Bear y yo tuvimos Hiroshima, mon amour como referencia durante mucho tiempo. Lo primero que hicimos fue hacernos preguntas sobre cómo se siente David en cada momento, por lo que empezamos por conectar la música con el personaje de Ewan en función de sus estados de ánimo. Y creo que esa es la reacción al principio, es muy estresante y confuso, resulta casi repetitivo. A continuación, presentamos a su mujer, que trae consigo una banda sonora totalmente diferente. Y luego, el segundo día, la banda sonora parece sacada de una película de terror. Por último, llegan los violines y se vuelve todo muy grande, casi como una ópera; se adopta un tono extremadamente melodramático, porque David se da cuenta de que todo le viene grande a su alrededor. Las emociones son grandes. Él es grande. Si vuelves a ver la película, comprobarás enseguida cómo la música cambia en todo momento en función de lo que le va ocurriendo a David.

(Traducción del inglés)

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