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NAMUR 2023

Vivian Goffette • Director de Les Poings serrés

"Lo que me interesa es captar las cosas que las personas no quieren decir"

por 

- El cineasta belga habla sobre su segundo largometraje, que cuestiona la construcción de la identidad de un niño cuyo padre es un criminal odiado por todos

Vivian Goffette • Director de Les Poings serrés
(© Aurore Engelen)

Nos hemos sentado a hablar con el cineasta belga Vivian Goffette sobre el retrato que ha esbozado del universo de los niños en su segundo largometraje, Les Poings serrés [+lee también:
crítica
entrevista: Vivian Goffette
ficha de la película
]
, que se ha estrenado a nivel mundial en el 38.º Festival Internacional de Cine Francófono de Namur (FIFF).

Cineuropa: ¿Qué te motivó a embarcarte en este proyecto?
Vivian Goffette: No sé por qué, pero siempre acabo hablando de la relación entre padre e hijo en todas mis películas. Es un tema que me llama la atención, y estoy seguro de que es algo que me ocurre de manera inconsciente. Mi padre era escritor, y desde que era muy pequeño, cada vez que iba a algún sitio, la gente me decía: "¡Oh, eres el hijo de...!". En mi caso era bastante agradable, pero me preguntaba qué efecto podría tener una situación totalmente opuesta, es decir, ¿qué le ocurriría a un niño si su padre fuera famoso por algo de lo que no se pudiera presumir en absoluto? ¿Cómo puede un niño formarse como persona en una situación así? Yo me construí a mí mismo desde la sombra, tratando siempre de apuntar tan alto como pudiera. Pero, ¿cómo puede hacer el hijo de un "monstruo" para salir adelante? Investigué mucho y llevé a cabo un intenso trabajo documental con el fin de conocer no solo a niños que han pasado por situaciones de este tipo, sino también a reclusos y psicólogos.

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En efecto, se trata del retrato de un niño, con la particularidad de que lo vemos todo desde su altura y a través de sus ojos.
Resultaba imprescindible poder verlo todo desde su perspectiva. Experimentar lo que vive en su interior, intentar comprender cómo puede formarse como persona, cómo vive esta tensión entre el deseo de ver a su padre y la interdicción de decir que ese es su padre. Percibe que no es el padre ideal, sobre todo porque ve cómo su vecino sí que es una figura paterna ideal. Sin embargo, siente la necesidad de enfrentarse a su padre.

El niño se ve obligado a hacer frente a una paradoja: ¿cómo construirse a sí mismo con el peor ejemplo posible de hombre como padre?
Sí, se enfrenta a una vertiginosa cuestión de identidad. ¿Qué hay de nuestros padres en nosotros? ¿En qué se parecerá a su padre? De hecho, los adultos que toma como referencia le llevan siempre a la misma insatisfactoria conclusión. La identidad de este muchacho se encuentra verdaderamente desgarrada. Para él, rechazar a su padre implica también rechazar una parte de sí mismo.

El espectador tiene la oportunidad de ver el mecanismo de control del que Lucien es víctima a través de la mentalidad tan abierta que el niño muestra con su padre.
Trabajar con Laurent Capelluto fue muy interesante en ese sentido. Era muy importante no mostrar a un monstruo desde el principio, ya que le vemos a través de los ojos de su hijo. No podíamos hacerlo hasta que no llegáramos clímax. El hecho de que Lucien sienta amor cada vez que ve a su padre es inevitable. Nuestro reto no fue otro que el de tratar de abordar de manera acertada esta doble lectura.

¿Qué criterio seguiste a la hora de escoger a tu actor principal, el joven Yanis Frish?
El casting fue un proceso largo, sobre todo porque tuve que hacerlo dos veces, ya que el rodaje de la película se tuvo que cancelar debido al Covid. Tuve que descartar a algunos de los niños que había elegido. Afortunadamente, pude conservar a Yanis, que me había parecido maravilloso. No había cambiado demasiado físicamente, pero sí psicológicamente, ya que se había convertido en un adolescente, y mostrar sus sentimientos se estaba empezando a volver una tarea complicada. Por tanto, reescribí ligeramente el papel. Tuve que integrar este hecho, así que acabamos por convertir a Lucien en un chico que tiene que ocultarlo todo, alguien que lo guarda todo para sí mismo, y decidimos integrar esto en la película.

Para trabajar con niños, primero hay que crear una relación de confianza. A menudo le decía a Yanis: "confié en ti al elegirte, ahora te toca a ti confiar en mí".

¿Cuál fue el mayor reto para ti? ¿Qué era lo que más querías transmitir?
Quería que los espectadores estuvieran realmente con Lucien. La frase de Godard que tantas veces se ha repetido —"no haces cine hasta que no filmas lo invisible"— representa lo que verdaderamente hay dentro de los seres humanos, en mi opinión. Lo que realmente me interesa es captar las cosas que las personas no quieren decir. El mayor reto era mostrar la tensión interior que sentía Lucien, comunicar su lucha.

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(Traducción del francés)

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