IFFR 2024 Competición Big Screen
Marcelo Gomes • Director de Retrato de um certo oriente
"Quiero hablar sobre el ser humano en su contexto, no sobre el propio contexto"
por Roberto Oggiano
- El director brasileño habla sobre su relato de un proceso de migración que lleva a sus personajes desde el Líbano hasta Brasil

Nos hemos sentado a hablar con el director brasileño Marcelo Gomes sobre su último trabajo, Portrait of a Certain Orient [+lee también:
crítica
entrevista: Marcelo Gomes
ficha de la película], que ha sido presentado en la competición Big Screen del IFFR. La película está ambientada a finales de la década de 1940 y cuenta la historia del proceso migratorio de sus protagonistas del Líbano a Brasil, de una travesía en la que diversos encuentros cambiarán el destino de los personajes principales.
Cineuropa: ¿Hay algún acontecimiento contemporáneo que te haya inspirado para adaptar el libro de Milton Hatoum? ¿Está esta historia relacionada con las muchas historias de emigrantes de hoy en día?
Marcelo Gomes: Me intrigan las personas que se ven obligadas a abandonar sus hogares por motivos políticos o sociales. De hecho, mi primera película giraba en torno a dos emigrantes, un alemán que va al noreste de Brasil y un brasileño del noreste que quiere trasladarse al sur con el fin de tener una vida mejor. Es cuando se producen estos encuentros, cuando conoces a alguien con un origen totalmente distinto al tuyo, cuando verdaderamente experimentas la alteridad. Cuando esto ocurre, no solo acabas por comprenderte mejor tanto a ti mismo como a tu cultura, sino que también aprendes a respetar las diferencias entre las distintas culturas. Creo que la alteridad y la diversidad son temas muy importantes de los que hablar, y es que la intolerancia sigue estando a la orden del día.
No hay ningún pasaje en el libro en el que el autor hable extensamente sobre la migración, pero me sentí en la obligación de abordar el tema, ya que constituye un proceso radical de alteridad. Los protagonistas viajan desde Oriente Medio para encontrarse con indígenas en medio del Amazonas, y lo primero que se me escapó en cuanto vi aquellas imágenes fue: "¡Qué bonito!". A finales de los años 40 y 50, la gente huía de Europa y Oriente Medio a causa de la miseria y la guerra, respectivamente. Por otro lado, no obstante, los agricultores brasileños expulsaban a los indígenas de sus tierras, así que me pareció importante añadir este aspecto a la película.
¿Qué nos puedes decir de Brasil, el país al que viajan Omar, Emir y Emily en la década de 1950? En una de las escenas, Omar dice: "Es el lugar idóneo para hacer dinero", pero también se muestra a la población indígena del Amazonas tratando de defender su tierra.
En el libro, Milton Hatoum se refiere a la Manaos de finales de los años 40 y principios de los 50 como una ciudad cosmopolita, por lo que yo quería que el barco estuviera repleto de gente que hablara distintas lenguas para reflejar esta idea. Manaos era como una especie de Babilonia porque, en plena guerra, Estados Unidos hizo un trato con Brasil para producir caucho con fines militares y, por tanto, retomar una actividad que se había interrumpido en los años 30 por no ser lo suficientemente rentable. Así pues, mucha gente vino a Brasil tanto para huir de la guerra como para producir caucho a nivel industrial; el Amazonas era una cuna de oportunidades. Al mismo tiempo, mucha gente de Brasil se trasladaba a la Amazonia para robar tierras a los indígenas, y eso fue algo a lo que me pareció imprescindible dar visibilidad, ya que, durante el rodaje de la película, el país estaba gobernado por un Bolsonaro que incentivaba a los agricultores a expulsar a los indígenas de sus tierras y apoyaba a los mineros que exploraban la Amazonia. El ex presidente llevó a cabo una acción verdaderamente violenta contra los indígenas, así que me vi en la obligación de mostrarla.
¿Cuál es tu relación con la historia de Brasil? Volviste a tratar este tema en Joaquim [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película], que gira en torno al nacimiento de la nación.
Me encanta la historia en general, y la de Brasil en particular. En su momento, me sorprendió ver cómo la historia de Brasil se enseña en la escuela como si fuera una especie de paraíso, cuando está claro que no fue así, ya que la Brasil de los siglos XVI y XVII era un lugar terrible. No era un país humano, sino simplemente un lugar salvaje donde los portugueses mataban a los nativos, esclavizaban a los africanos y explotaban el terreno sin dar nada a cambio. El pasado trae consigo muchas heridas de las que debemos ser conscientes. Y creo que cuanto más comprendamos el pasado, más entenderemos el presente y más alcanzable será el objetivo de no cometer los mismos errores que cometimos en el pasado. Sin embargo, a veces es difícil.
Los últimos cuatro años en Brasil constituyen un gran error debido a que la gente ha olvidado lo que la historia nos ha enseñado, pero me encanta hablar de estos momentos tan complejos para la humanidad. El período posterior a la Segunda Guerra Mundial fue muy complicado para el país, como lo fue el proceso de descolonización de los portugueses. Sin embargo, quiero hablar del ser humano en su contexto, no del contexto en sí.
(Traducción del inglés)
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