18/02/2024 - BERLINALE 2024: Nos hemos sentado a hablar con el joven director flamenco, que acaba de estrenar su primer largometraje, una sentimental película de paso a la adultez sobre un chico que descubre el amor

(© Thomas Nolf)

Nos hemos sentado a hablar con el joven director flamenco Anthony Schatteman, que acaba de estrenar su primer largometraje, Young Hearts [+lee también:
crítica
entrevista: Anthony Schatteman
ficha de la película] —una sentimental película de paso a la adultez sobre un chico que descubre el amor—, a nivel mundial en la sección Generation KPlus de la 74.ª Berlinale.

Cineuropa: ¿Cómo surgió el proyecto?
Anthony Schatteman: Kiss Me Softly, la película de graduación que hice en 2012, giraba en torno a una historia similar. El cortometraje tuvo bastante éxito y pensé que la historia terminaría ahí, pero ocho años después, cuando trabajaba para Ketnet —el canal juvenil de la VRT—, tuve una conversación de lo más interesante con el director del canal en torno al tema, ya que el hombre se lamentaba de que no hubiera ninguna película dirigida a un público joven en la que el protagonista fuera homosexual. Yo tenía mis dudas, ya que pensaba que, al tratarse del año 2020, era muy difícil que no se hubieran hecho películas de paso a la adultez en las que el protagonista saliera del armario, pero él me dejó caer que quizá las necesitábamos incluso más ahora que hace diez años. Esta historia no hacía más que rondarme la cabeza, no me podía creer que a nadie le interesara ya, pero también estaba seguro de que nunca había visto películas con personajes homosexuales que fueran accesibles para mí cuando tenía 10 años. Por supuesto, estas películas existen para un público más adulto, pero a menudo hay escenas de sexo demasiado explícitas como para que las vea una familia. Así que pensé que la historia en torno a la que gira Young Hearts era una historia que aún debía contarse, y sabía que tenía que hacerlo con el amor como núcleo y teniendo en cuenta que debía ser apta para todos los públicos.

¿La edad de tus protagonistas era un factor importante?
No quería que la sexualidad fuera un aspecto determinante en la historia, ya que lo que pretendía que fuera el núcleo eran el romance y la amistad. Dicho esto, he de admitir que me costó decidirme por una edad concreta. Establecimos el rango de edad entre los 11 y los 18 años con el fin de tener un amplio abanico de opciones. Sin embargo, no tardamos en darnos cuenta de que los chicos de 15 años eran demasiado maduros. En cuanto le hicimos el casting a Marius, que interpreta a Alexander, llegamos a la conclusión de que 13 años era la edad adecuada.

Resulta bastante rompedor mostrar a chicos de 13 años hablando de amor, ya sea heterosexual u homosexual.
Sí, todo el mundo recuerda su primer amor, pero a todos nos cuesta confiar en alguien para hablar de ello. Quería un personaje que fuera capaz de hacerlo, que hablara con total libertad sobre su relación con el amor y pudiera animar a su amigo a reflexionar sobre el tema. Básicamente, se trata de una historia sobre encontrar tu lugar en el mundo. Todos tenemos ese momento en la vida en el que hemos de averiguar en qué punto estamos. Yo no definiría la película como la historia de un joven homosexual, sino más bien como la historia de un joven que descubre quién es y quién le gustaría ser.

La película constituye también una flamante historia de amor.
Quería mostrar a un público joven que el amor no es algo que haya que perderse, que en realidad se trata de algo muy difícil de encontrar —aunque hay personas que tienen una facilidad pasmosa para enamorarse—. Encontrar el amor es algo tan hermoso que merece la pena superar todos los obstáculos que se interpongan en el camino. Hay tanto amor a mi alrededor, en mi familia, que quería compartirlo también en una película.

¿Cuál es el mayor reto a la hora de tratar de atraer a un público joven?
Por encima de todo, tenía el objetivo de hacer una película que pudiera ver gente de todas las edades. No quería hacer una película infantil, sino una película familiar, como aquellas con las que crecí en los años 90, como Señora Doubtfire, papá de por vida. También tenía la intención de que todo fuera muy brillante y colorido, con mucha música. En cuanto mi editor en los Países Bajos vio las imágenes, me dijo: "¡Este pueblo parece sacado de un cuento de hadas! Nunca había visto mi pueblo desde ese ángulo, pero es cierto que las herramientas del cine nos permitieron darle ese aura. Sin embargo, lo cierto es que rodamos durante el peor verano de la historia en cuanto a tiempo, por lo que tuvimos que apañárnoslas y tirar de creatividad para hacer la película de verano que tenía en mente.

(Traducción del francés)