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CANNES 2024 Cannes Première

Alain Guiraudie • Director de Miséricorde

"Al profundizar en ella, redescubrí hasta qué punto la religión católica es antropófaga"

por 

- CANNES 2024: El cineasta francés habla de su nueva película, una mezcla de géneros alrededor de los secretos, la fuerza del deseo, el crimen y la cristiandad en un pequeño pueblo

Alain Guiraudie • Director de Miséricorde
(© Fabrizio de Gennaro/Cineuropa)

El director francés Alain Guiraudie, cineasta único de la escena europea actual, nos habla de Misericordia [+lee también:
crítica
entrevista: Alain Guiraudie
ficha de la película
]
, su nueva película, que ha sido proyectada en la sección Cannes Première de la 77.ª edición del Festival de Cannes.

Cineuropa: ¿Qué idea tenías pensada para la localización y la ambientación de la película? ¿Qué tipo de características tenías en mente?
Alain Guiraudie:
La respuesta es bastante sencilla, ya que lo que buscaba era básicamente un pueblo pequeño. Quería un pueblo con una iglesia en el centro —lo cual no suele resultar muy difícil de encontrar— y bosques alrededor. Y, sobre todo, buscaba un pueblo que pudiera verse a gran distancia. En otras palabras, tenía en mente un pueblo al que poder acercarse a pesar de ser visible desde lejos. Tenía que tener un aire ligeramente tradicional, pero al mismo tiempo parecer atemporal, con una mezcla de casas antiguas y otras más modernas. Al final me decanté por un pueblo que no conocía mucho, aunque no sin asegurarme previamente de que contaba con un presbiterio y una iglesia, así como con una casa adecuada para la historia.

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¿El pueblo sigue habitado?
Es una buena pregunta, porque cuando lo descubrí, me sorprendió comprobar que estaba prácticamente deshabitado. Había casas que se habían venido abajo y otras con indicios de estar también a punto de derrumbarse. Luego, cuando volví cinco o seis años más tarde para rodar Misericordia, quedé atónito al ver cómo prácticamente todo había sido recomprado y muchas de las casas habían sido restauradas.

El bosque desempeña un papel importante en la película, tanto a nivel estético como narrativo. ¿Qué querías transmitir a través de él?
El bosque, sobre todo en otoño, es un lugar muy hermoso e inquietante a partes iguales. Además, se trata de un lugar típico de los cuentos de hadas, y no sé muy bien qué representa para mí, pero está claro que es un lugar en el que te sientes más solo que en ningún otro sitio, un lugar en el que rápidamente te sientes aislado.

¿Te inspiraste en alguna historia criminal en particular para la película?
No, pero siempre me han llamado la atención las historias de crímenes en general, y creo que hay paralelismos entre mi historia y casos reales bastante recientes en Francia; de hecho, basta con pensar en todos los cadáveres y las personas que siguen en paradero desconocido. Mi historia se inspira tanto en las noticias recientes como en la tragedia griega, ya que en la narración hay un hombre que acaba de matar a un hijo, que ocupa el lugar del padre, un poco como Edipo…

La Iglesia tiene una fuerte presencia histórica. ¿Qué papel crees que desempeña en la sociedad francesa actual?
Apenas quedan sacerdotes en el campo. Son todos ya muy viejos y demasiado cansados, o jóvenes y negros. Sin embargo, las iglesias de las que ocuparse no son pocas. La gente va cada vez menos a la iglesia y conoce cada vez menos las prácticas. He estado inmerso en estas esferas durante los últimos años, y acabo de publicar un libro sobre las aventuras de un párroco. Fui bautizado e hice la comunión, y me crie en el mundo de la mitología cristiana, así que sigue constituyendo una parte importante de mi cultura. Siempre me digo a mí mismo que he de aceptarlo, que es una parte importante de mi herencia cultural. Al profundizar en ello, redescubrí, por ejemplo, lo antropófaga que es la religión católica. En la religión católica, comemos el cuerpo de Cristo en la eucaristía y bebemos su sangre. Y además hay elementos muy eróticos. El sacerdote es una figura a medio camino entre la tradición y la modernidad. Es alguien conservador y muy progresista a la vez, sobre todo en su forma de abordar el delito y de juzgar las faltas de los demás.

¿Qué aportó al papel tu actor principal, Félix Kysyl ¿Qué querías transmitir a través de él?
Es un personaje complejo y ambiguo, a la vez un ángel y un demonio. Tiene un lado amable y otro muy violento. Como actor, Félix transmite una sencillez que me fascina, y también es muy expresivo e increíblemente sutil.

En lo que a la estética de la película se refiere, ¿cuáles dirías que fueron los elementos más importantes?
El papel del otoño fue fundamental. Elegimos las fechas con mucho cuidado, para lo que tuvimos en cuenta el momento del año anterior en el que las hojas y los árboles se volvieron amarillos. Y más allá de los colores otoñales, traté de crear algo muy sencillo mediante la luz natural.

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(Traducción del inglés)

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