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TRIBECA 2024

Sonja Prosenc • Directora de Family Therapy

"Tememos que algo nos obligue a enfrentarnos a algo a lo que no queremos enfrentarnos"

por 

- La directora y guionista eslovena habla sobre adaptar el diseño de producción a los personajes y sobre firmar una historia tan personal como política

Sonja Prosenc • Directora de Family Therapy

Sonja Prosenc está de vuelta con su tercer largometraje, una original y mordaz tragicomedia que ha bautizado bajo el nombre de Family Therapy [+lee también:
crítica
entrevista: Sonja Prosenc
ficha de la película
]
y que ha presentado en la competición internacional de largometrajes de ficción del Festival de Tribeca.

Cineuropa: La película gira en torno a dos tipos de forasteros que representan una amenaza según las normas de la familia: por un lado está el pariente consanguíneo procedente de un entorno diferente, y por otro los inmigrantes pertenecientes a un estatus socioeconómico inferior. ¿Podrías explicar con más detalle el tema de la alteridad y el vínculo que se forma entre los dos tipos de forasteros en la película?
Sonja Prosenc:
Resulta bastante interesante que hayas diferenciado entre estos dos tipos de alteridad. Normalmente, cuando los espectadores ven la película, ponen el foco únicamente en la joven familia que llega en mitad de la noche, pero en realidad la primera persona que interrumpe este delicado equilibrio en las relaciones familiares es Julien, el hijo de una de las relaciones anteriores de Aleksander. En Eslovenia, tras la independencia, el nuevo sistema económico y toda la fase de transición, se ha creado, digamos, una nueva clase acomodada, un nuevo estatus al que no estábamos acostumbrados. Esto no quiere decir que antes no nos diéramos cuenta de la gente que nos rodeaba. Lo que ocurre es que ahora se ha hecho más evidente, con personas que también se aíslan físicamente, como la familia de la película, que vive en una casa acristalada en medio del bosque.

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Lo que en realidad han construido mediante esa casa es una especie de burbuja a la que no dejar entrar a nadie que sea distinto a ellos, porque temen que aquello que no conocen pueda romperla. En esta familia se consideran progresistas y abiertos de mente, y tienen amigos de todas partes. Pero cuando una persona viene de algún lugar cercano y es diferente, sobre todo en términos de estatus social, es como si dijeran: “Este es un mundo completamente diferente con el que no queremos tener ningún contacto”. Así que, en todo momento, todo gira en torno al miedo a que se rompa el equilibrio que he mencionado, pero también tenía la intención de no dar ninguna clase de lección moral con la película. De hecho, es Julien quien abre la puerta física a ese otro mundo para que “invada” este lugar aislado que se ha creado la familia. El problema es siempre el miedo. Tememos que nos empuje a enfrentarnos a algo a lo que no queremos enfrentarnos. Puede tratarse tanto de miedos personales como de algo reprimido en nosotros o en nuestras relaciones.

El personaje que tiene la relación más interesante con los recién llegados es Olivia, la madre.
Desarrollamos el personaje con Katarina Stegnar, la actriz que lo encarna, a base de imaginarnos detenidamente a la típica mujer procedente de una familia adinerada. En cierto modo, se “sacrifica” por la familia. Por la forma en que reprime o inhibe todo lo que siente como mujer durante esos años, es como si de algún modo se perdiera a sí misma en este esfuerzo por mantener las apariencias y sobreproteger a su hija, Agata. Cuando el mundo exterior se cuela en la casa y en la familia, de alguna manera despierta y se vuelve más activa. En realidad, hablamos mucho de cómo esta libido que vemos en ella no viene solo de la sexualidad, sino de su actitud general hacia el mundo que la rodea. No se trata únicamente del hecho de que ocurra algo sexual con los demás personajes.

La música conforma una fascinante mezcla de diferentes elementos sonoros, desde la melodía que, tal y como se aclara al principio de la película, está inspirada en la ópera Rey Arturo, de Henry Purcell, hasta los distintos fragmentos de música diegética.
Cuando empezamos el montaje, nos surgió la necesidad de introducir algo barroco. Fue entonces cuando dimos con esta ópera, que ya se había adaptado para algunas películas, pero es una pieza de finales del siglo XVII. La ópera de Purcell aportó este tono que no tiene nada de sentimental, sino que más bien genera un efecto un tanto cómico, así que pensamos que era perfecta. Lo que hicieron nuestros compositores fue tomar esta ópera y adaptarla con un tema completamente distinto. A medida que avanza la película, el tema se va desarrollando poco a poco. En algunos momentos es más imperfecto y caótico, mientras que en otros es más bello, en cierto modo.

¿De qué elementos os servisteis para desarrollar este estilo y tono de sátira social?
El título provisional era Redemption, pero hacía referencia únicamente a la forma en que pensábamos en los personajes y la forma en que llegamos a conocerlos, al principio, a través de esta sátira social. A medida que nos acercamos a ellos, todo se vuelve más dramático y empezamos a comprenderlos mejor. A medida que van rompiendo sus caparazones, vamos viendo lo que tiene que ocurrir para que logren sus pequeñas redenciones individuales. Lo importante para mí era que estas redenciones nunca estuvieran relacionadas con otro miembro de la familia, sino que cada uno tuviera que alcanzarlas por sí mismo. Solo así podrían tener unas relaciones familiares sanas.

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(Traducción del inglés)

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