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KARLOVY VARY 2024 Proxima

Ivana Gloria • Directora de Clorofilla

"Tuve que aprender a olvidarme del miedo"

por 

- La directora analiza en profundidad su fábula queer contemporánea, una película sobre la transformación y sobre el temor al cambio

Ivana Gloria  • Directora de Clorofilla
(© Film Servis Festival Karlovy Vary)

Más allá de su pelo verde, Maia (Sarah Short) parece una chica como cualquier otra, pero la vida en la ciudad no es nada fácil, así que no tarda en huir de la urbe. El tímido y solitario Teo busca a alguien que le ayude a recoger las naranjas de sus campos. Por lo general, la gente tiende a ignorarlos a ambos, pero ellos dos se ven realmente tal como son. La directora Ivana Gloria se ha sentado a hablar con nosotros sobre Clorofilla [+lee también:
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, su nueva película, que ha sido presentada en la sección Proxima del Festival de Karlovy Vary.

Cineuropa: La película da la sensación constituir un relato de tu fábula personal, pero decidiste situarla en un contexto realista. ¿Por qué?
Ivana Gloria: La película se hizo muy deprisa, así que todo fue instintivo. Sabía que habría elementos realistas y fantásticos, y fue un reto porque quería asegurarme de que fuera creíble para el público, incluso a pesar de mi limitado presupuesto. En un momento dado, me referí al largometraje como una “fábula queer contemporánea”. Quería que la atmósfera de la película fuera en cierto modo mágica, como los cuentos que nuestros padres nos leían de niños, los cuales considero que nos ayudan a reflexionar sobre nuestra vida cotidiana. Sin embargo, no cabe duda de que está dirigida a un público adulto, puesto que hay contenido erótico, por no hablar del clímax que se experimenta con la naturaleza.

Al principio, Maia parece un personaje normal y corriente, aunque algo alternativo. Sin embargo, a medida que avanza la película, las cosas se vuelven cada vez más extrañas.
Es una película sobre la transformación y el miedo al cambio. Trata sobre la búsqueda de la identidad de uno mismo, un tema con el que mucha gente puede sentirse identificada. Y tienes razón, aparenta ser la típica chica alternativa que vive en una gran ciudad. Me inspiré un poco en Lady Bird, aunque ella tenía el pelo rosa [risas]. Este personaje está estrechamente relacionado conmigo, ya que crecí en un pequeño pueblo de montaña en el norte de Italia. Allí estás rodeada de naturaleza. Ahora, cuando la gente ve la película, me dicen: “¡Pero si esa eres tú!”. Por desgracia, no tengo los ojos azules de Sarah, pero me he pasado la vida entera luchando, tal y como ella. Tuve que aprender a superar mis miedos; de lo contrario, no habría sido capaz de progresar.

Compartimos muchas historias personales con Sarah con el fin de añadir profundidad a su personaje. También dedicamos bastante tiempo a la tarea de idear el diseño de esas flores que lleva en el pelo. La decisión era de suma importancia, puesto que se trata del primer elemento sobrenatural que aparece en pantalla. Un día, en un parque de Roma, vimos unas flores azules y se nos ocurrió la idea de colocarlas en el pelo de Sarah. En cuanto se las pusimos, dijimos todos: “Lo tenemos.” Fue entonces cuando creamos nuestra flor de Frankenstein.

Maia y Teo están aislados y se sienten solos. Es difícil descifrar en qué se basa la conexión que tienen. ¿Es romántica, es de amistad o es algo completamente distinto?
Maia es más fuerte de lo que creemos, y lo que explora en la película es principalmente su relación con la naturaleza. En cuanto a Teo, es asexual. No busca un vínculo convencional, sino que simplemente ama la naturaleza. Y es precisamente la naturaleza lo que Maia encarna.

Hay muchos primeros planos en la película, y creo que es en parte porque Retrato de una mujer en llamas [+lee también:
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, de Céline Sciamma, estaba muy presente en mi mente. En la película de Sciamma, se forjaba una estrecha relación entre una pintora y la chica a la que pintaba, y me fascinaba ese deseo oculto. Asimismo, como ya he dicho, la mirada de Sarah me cautivó desde el principio. Buscaba a alguien así, alguien que pudiera llevarte al terreno de su mundo interior y de sus miedos. En el momento en el que aumentamos la cercanía hacia ellos mediante la cámara, todo se volvió muy íntimo, y tanto la intimidad como la soledad de los personajes fueron percibidas por todos al instante.

En la película, se habla de la sexualidad femenina, y algunos de los aspectos parecen muy reales: una pareja violenta, frustración sexual... ¿Crees que estos elementos de género te facilitaron llegar a este punto?
Por supuesto. Quería que esa escena violenta tuviera lugar en una sola toma larga. No la habíamos ensayado en ningún momento antes, pero ese momento era importante, porque es cuando empieza a acercarse a lo que realmente es, es cuando la naturaleza empieza a llamarla.

El primer borrador del guion contenía mitología sarda, ya que rodamos toda la película allí. Había hadas del lugar y se podían oír sus voces. Luego cambiamos de opinión, porque tenía el objetivo de hacer una película universal, y no quería que fuera exclusivamente italiana. En cambio, cuando recurrimos a la naturaleza, nos pareció más poderosa.

(Traducción del inglés)

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