Margarida Cardoso • Directora de Banzo
"Uno de los desafíos de esta película es hacerla desde el punto de vista de los que están en el poder"
por Susanne Gottlieb
- En su nuevo largometraje, la directora portuguesa pone el foco en un hecho histórico poco conocido, la muerte por morriña de los trabajadores africanos expatriados

¿De qué forma sigue presente el legado del colonialismo portugués en la sociedad actual? Este es uno de los temas en torno a los que gira la obra de la directora portuguesa Margarida Cardoso. En Banzo [+lee también:
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entrevista: Margarida Cardoso
ficha de la película], su nuevo largometraje, que ha sido presentado en la competición por el Globo de Cristal del Festival de Karlovy Vary, la autora se centra en un acontecimiento histórico que no se ha explorado lo suficiente hasta ahora: la muerte de trabajadores africanos expatriados a causa de una enfermedad provocada por su morriña.
Cineuropa: El debate sobre el colonialismo ha cobrado impulso en los últimos años. Tú abordaste este tema por primera vez en 2004 con la película A costa dos murmúrios. ¿Qué fue lo primero que te intrigó al respecto?
Margarida Cardoso: Es un tema presente en todas mis películas. Si bien es cierto que ha habido veces que he pensado en cambiarlo, al final siempre acabo abordándolo. Me siento en parte vinculada a África, porque mi padre era piloto del ejército y, cuando yo tenía dos años, nos trasladamos a Mozambique. Estuve allí durante toda la guerra colonial, de 1965 a 1975. Puedo decir que la experiencia me traumatizó, aunque probablemente no tanto como a otras personas. Pero era una situación extraña, porque el gobierno portugués no estaba dispuesto a admitir que había una guerra. Así que esta violencia silenciosa me marcó mucho.
La esclavitud fue abolida en Portugal en 1761 y en las colonias en 1869. Pero, tal y como se muestra en la película, la ruptura no fue inmediata. La gente seguía sin ser libre, y se seguían aprovechando de ellos. ¿Ves paralelismos con el mundo actual?
Hay mucha ambivalencia al respecto. El personaje central de la película, Afonso Paiva, es un hombre blanco. Está del lado de los colonizadores, del lado del poder. También quería dar a la película un aire ligeramente contemporáneo. Estas cosas son muy difíciles de definir, porque la esclavitud no desapareció de la noche a la mañana. Este hecho es algo que debemos explorar, no olvidar.
El sentido al que hace referencia la palabra “banzo” puede encontrarse en distintas lenguas. Sin embargo, la propia palabra “banzo” es originaria de la colonia de Brasil. ¿Se utilizaba también en África, o se trata de una licencia creativa por tu parte?
Creo que el concepto procede del kimbundu, una lengua del norte de Angola y el Congo. Significa hogar, o casa, y está relacionado con el sentimiento de echar de menos tu hogar, así que es muy similar a la nostalgia moderna. La palabra apareció por primera vez a principios del siglo XIX. A principios del siglo XX, que es cuando transcurre la película, la palabra había caído en el olvido, porque es algo íntimamente ligado a la trata de esclavos en el Atlántico. Al indagar en los archivos médicos, me topé con varios casos de personas que murieron en el hospital a causa de la “nostalgia”, que es el término que utilizaban para referirse a la depresión.
La película muestra muchas de las herramientas utilizadas en la época para mantener la violencia hegemónica. ¿No temías reproducir la violencia al mostrar esto? ¿Cómo lo afrontaste?
Ese era el principal reto. ¿Dónde están los límites? Tienes que encontrar el equilibrio adecuado, porque uno de los grandes desafíos de esta película era hacerla desde el punto de vista de los que están en el poder. Hay aspectos verdaderamente violentos, como la forma en que la gente se trata entre sí y la forma en que tratan a los personajes negros. Soy consciente de que la película puede plantear estas cuestiones, pero para mí era muy importante no tener miedo y ser justa.
¿Esperas que algún día una persona de color haga una película sobre este tema desde el punto de vista opuesto al de tu obra?
Creo que sí, o al menos eso espero. Hay muchas historias que contar, y el abanico de posibilidades con respecto a los puntos de vista es muy amplio.
(Traducción del inglés)
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