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BRIFF 2024

Claire Burger • Directora de Langue étrangère

"Quería enseñar lo bonito de la juventud, incluso si el momento actual es complicado"

por 

- La directora francesa habla sobre su segundo largometraje en solitario, un vívido y sutil retrato de la juventud de hoy en día

Claire Burger  • Directora de Langue étrangère
(© Gabrielle Liefhooghe/BRIFF)

Hemos entrevistado a la directora francesa Claire Burger con motivo de la proyección de su nueva película, Langue étrangère [+lee también:
crítica
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entrevista: Claire Burger
ficha de la película
]
, en la competición internacional del 7.º Festival Internacional de Cine de Bruselas. La cinta, que compitió en la Berlinale, traza un vivo y sutil retrato de la juventud actual, a través de los destinos cruzados y enfrentados de dos jóvenes, una francesa y otra alemana, que aprenderán a mirar juntas hacia el futuro.

Cineuropa: ¿Cómo nace el proyecto?
Claire Burger:
Quería hablar de los intercambios lingüísticos, porque hice muchos cuando era joven. Nací en la frontera franco-alemana, por lo que tengo una relación muy particular con la lengua, con la doble cultura y con los viajes. En mi familia, durante la pandemia, muchos jóvenes lo pasaron mal: hubo casos de anorexia, intentos de suicidio y otros episodios muy violentos. Quería encontrar la manera de hablar de esto, de retratar a estos jóvenes. Por otro lado, con el pretexto de esta estancia lingüística, también quería contar una historia de amor, hablar de Europa, de la amistad franco-alemana, de política… Todo ello tratando de encontrar la manera de representar estos conceptos tan teóricos de una forma emotiva.

Fanny y Lena, las protagonistas, encarnan todo esto. ¿Cómo trabajaste en lo que las separa y lo que las une?
Lo abordé de una forma intuitiva, pero enseguida me di cuenta de que cada personaje de la película se parecía un poco a mí, aunque Lena es el personaje con el que más me identifico cuando era adolescente. Yo misma estaba muy politizada a esa edad. También quería evitar ciertos clichés sobre Francia y Alemania, aunque a veces juego con ellos. No quería contraponer un pueblecito del sur de Francia a un pueblecito de Baviera. Quería hacer algo más moderno, hablar de la Alemania que me gusta: comprometida, antifascista, tecno, alejada de la dominación económica y de lo folclórico.

La historia y el pasado tienen una fuerte presencia en la película. Además de una carga, ¿lo ves como un horizonte de expectativas?
Sí, hay una especie de continuidad en la que cada generación tiene sus propias luchas. No fue fácil derribar el Muro de Berlín, pero actualmente la crisis climática puede representar un muro aún mayor, sobre todo porque tengo la sensación de que no estamos ayudando mucho a los jóvenes a salir adelante. Hay algo muy hermoso en la juventud: la esperanza de que podemos cambiar las cosas. Con todo, la caída del muro ha tenido un impacto en las ideologías que no podíamos imaginar: abrió el camino al capitalismo y al liberalismo, lo que probablemente esté teniendo consecuencias hoy en día. La historia está siempre en movimiento. Hoy hay luchas feministas y ecologistas, y veremos cómo reacciona la juventud ante el auge de la extrema derecha. La película también trata de las diferencias generacionales, aunque ante los retos actuales, nos convendría que todo el mundo estuviese implicado.

De joven estaba muy politizada, y era maravilloso creer que podíamos cambiar el mundo. Esta creencia es posible a esa edad, y espero que esta generación consiga encontrar esperanza en esta lucha. Quería enseñar lo bonito de la juventud, incluso si el momento actual es complicado.

Hay una exaltación del activismo y la celebración. Hay alegría en la lucha.
Era muy importante mostrar el aspecto festivo. No quería que fuera una película militante sobre política, en la que se afirmaran verdades, sino más bien que hablara de la fantasía de la política, sobre cómo estar con los demás, luchando juntos, puede ser casi erótico. Se trata de encontrar una causa común. En todo ello hay celebración, ya que nos convertimos en un solo cuerpo durante las protestas. Para los extras, busqué entre los miembros de Antifa, los activistas medioambientales, las feministas, el colectivo LGBTQR+ y los aficionados de la música tecno. Hoy en día, las cosas se están volviendo más comunitarias, están bastante segmentadas. Yo quería crear la celebración ideal, la verdadera celebración de izquierdas en la que no solo hubiera gente blanca y heterosexual, ni tampoco caricaturas. Un lugar donde da gusto estar juntos y creer que podemos cambiar las cosas. Quería que el colectivo fuera deseable y que sintiéramos la carga erótica que puede tener.

(Traducción del francés)

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