Beata Parkanová • Directora de Tiny Lights
"Los adultos tienden a menospreciar a los niños; en esta película, todos son iguales"
por Marta Bałaga
- La directora checa habla sobre su pequeña protagonista, cuya familia vive convencida, equivocadamente, de que no se entera del lío que la está rompiendo

Es verano, pero a la pequeña Amálka (Mia Bankó) le invade la preocupación. No para de oír susurros y quejas en voz baja de sus padres y abuelos. Y aunque están convencidos de que la niña no se entera del lío que está rompiendo la familia, lo cierto es que se da cuenta de mucho más de lo que ellos creen. Beata Parkanová se ha sentado a hablar con nosotros para analizar Tiny Lights [+lee también:
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entrevista: Beata Parkanová
ficha de la película], su nueva película, que compite por el Globo de Cristal de Karlovy Vary.
Cineuropa: Realmente te comprometes a contar toda la historia desde la perspectiva de esta niña. No debe de haber sido fácil.
Beata Parkanová: No quería tener una “niña protagonista”, no entraba en mis planes. Se trata de un ser humano que da la casualidad de que tiene seis años, y creo que es en ese matiz donde reside la diferencia, porque los adultos tienden a menospreciar a los niños y a veces no los ven como sus iguales. Sin embargo, en esta familia, en esta película, todos son iguales.
Cuando eres niño, a veces sientes que nadie te ve, que tus padres te ocultan la verdad. Durante el proceso de escritura del guion, que fue la parte más difícil de hacer esta película, cometía una y otra vez el mismo error. No hacía más que ver las cosas desde la perspectiva de sus padres, y durante mucho tiempo no pude acceder a los sentimientos que buscaba. Pero todo cambió cuando le “pasé el testigo” a ella. De repente, ya no era yo quien contaba su historia, sino ella misma.
¿Fue difícil encontrarla?
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ficha de la película], mi anterior película, contraté a su hermana. Vinieron juntas a la audición, así que me acordaba de Mia. Los productores teníamos mucho miedo de no poder encontrar a una chica así, alguien capaz de cargar el peso de la película sobre sus hombros. Nos preocupaba que nos llevara años. Y entonces me vino a la mente ella y me dije: “Ella es la persona que estoy buscando”. Fue un regalo caído del cielo, y soy perfectamente consciente de ello.
Mia no podía limitarse a ser ella misma en esta película; necesitábamos que actuara. Al principio, no sabía que la cámara me llevaría a conocerla tan íntimamente. Era un riesgo basar toda la historia en esta niña, así que contábamos con una serie de tomas amplias por si teníamos que echar mano de ellas llegado el momento en la sala de montaje, pero no tardamos en darnos cuenta de que no iban a hacer falta en absoluto. Y sí, nos dejó boquiabiertos a todos, incluidos el resto de actores y a los productores.
Tienes razón, no cabe duda de que ella es quien toma las riendas de la película. Pero también es una historia sobre toda esta familia. Especialmente sobre su madre, que trata de hallar su propia libertad.
Puede parecer egoísta o doloroso, pero finalmente consigue decir lo que quiere y lo que no quiere. Para cada uno de nosotros, nuestra madre es la persona más importante de nuestra vida. Esta chica no es consciente de que ya está perdiendo a la suya, pero puede sentirlo. Esta pérdida ensombrece el día entero. No quería que los adultos de la película fueran buenos o malos, quería que tuvieran su propia verdad y sus propias batallas. Este acaba convirtiéndose en el día en que Amálka madura, porque deja de depender tanto de su madre.
La abuela de Amálka piensa que la maternidad es lo más importante de la vida, pero su hija, la madre de Amálka, no está de acuerdo. Son dos opciones extremas: o te sacrificas por tu hija o te vas.
Estas mujeres tienen una forma muy distinta de ver las cosas y de cómo debe ser la vida. Pero el resultado es obvio: la que se queda sola es Amálka. Habría sido diferente si alguna de estas personas se hubiera quedado con ella un rato, le hubiera dado un abrazo o la hubiera hecho sentir segura. Si le hubieran dicho: “Pase lo que pase, te queremos”. Pero no lo hacen. ¿Quién es capaz de hacerlo cuando se enfrenta a una crisis como esta? Pensar en los demás, en consolarlos, es lo último que se les pasa por la cabeza. Es triste, pero esta chica todavía no ha terminado de buscarse la vida, y eso me parece esperanzador, porque significa que sigue teniendo curiosidad.
De vez en cuando, muestras pequeños fragmentos y primeros planos borrosos que dan la sensación de recuerdos fragmentados, de algo muy fugaz.
Para mí, estos recuerdos siempre fueron rojos. Hablamos mucho de este color durante el rodaje. Se trata de recuerdos “emocionales” y no racionales. Hay cosas que ya están siendo escritas en la vida de Amálka y en su carácter, pero ella aún no lo sabe, porque no sabe qué cosas son. Y eso es algo que nos pasa a todos, ya que todos experimentamos cosas que nos provocan reacciones que no podemos explicar al momento, pero sí las podemos sentir.
(Traducción del inglés)
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