KARLOVY VARY 2024 Proyecciones especiales
Antonin Peretjatko • Director de Voyage au bord de la guerre
"Cuando iba a Ucrania antes, no me preocupaban tanto mis raíces, pero todo eso ha cambiado desde la guerra"
por Marta Bałaga
- El director francés habla sobre cómo decidió irse en búsqueda de su identidad al lugar en el que nació su abuelo
El hecho de que Ucrania esté siendo atacada no frena al cineasta francés Antonin Peretjatko en su intención de regresar al lugar donde nació su abuelo. Aquello que busca y observa con detenimiento son tanto sus recuerdos como la tragedia en curso, pero también se centra en el día a día del país, de modo que logra realizar un documental extrañamente poético. Nos hemos sentado a hablar con él sobre Voyage au bord de la guerre [+lee también:
crítica
entrevista: Antonin Peretjatko
ficha de la película], una de las proyecciones especiales del Festival de Karlovy Vary de este año.
Cineuropa: La voz en off del documental recuerda a los antiguos noticiarios que veíamos en el cine antes de que se proyectaran las películas.
Antonin Peretjatko: Hay momentos de la película en los que me limito a mostrar los distintos paisajes y ciudades. Algunas de las imágenes necesitaban una explicación, pero también quería que tuvieran un significado simbólico, de alguna manera. Es algo que ayuda a ver estas tomas de una forma diferente, de una forma que le da sentido a todo y sirve para contar la totalidad de la historia.
El documental es también muy literario, en parte. Juegas constantemente con las palabras y las expresiones, y comparas el comunismo con un “souvenir hortera”.
Espero que el documental se perciba como una película especial, porque jugueteo incluso con el sonido y la imagen, hasta el punto de que a veces da la sensación de que se trata de un collage. El largometraje está en la línea de “películas de viajes” como las de Chris Marker o Jean-Luc Godard. Por eso esta voz en off parece pertenecer a otra época, y por eso utilicé película de 16 mm.
Era consciente de que no podía rodar mucho con este tipo de cámara, por lo que corrí cierto riesgo, pero durante el montaje me di cuenta de que había tomado la decisión correcta. Era un poco como pintar. Godard solía decir que cuando se rueda en HD, es como Ingres, y cuando se rueda en 16 mm, es como Auguste Renoir. Intenté ser lo más sincero posible al describir lo que veía, pero también soy cineasta, por lo que soy plenamente consciente de que la cámara cambia las cosas. Compartes tus impresiones y sentimientos. No es que Ingres sea mejor que Renoir, ni al revés. Se trata de dos pintores diferentes que nos muestran cosas diferentes.
¿Temías la posibilidad de que la película pudiera levantar polémica? Hablas de la guerra actual, pero lo haces de una forma muy poética.
El otro día conocí a una chica de Ucrania y me dijo que le había gustado. Me dijo que había visto muchas películas sobre la guerra, pero que esta era la única que mostraba cómo es cuando la guerra y la paz coexisten, en el mismo país, al mismo tiempo. Me expresó que encontró amor en la película, y eso es algo que me hizo reflexionar mucho. ¿Cómo podía expresar las extrañas impresiones que tuve cuando llegué allí? Lo que se mostraba en Internet y en los periódicos era un país destruido, pero en Leópolis era diferente. La guerra seguía presente, y todo el mundo podía sentirla, pero yo quería transmitir el hecho de que la vida continúa. Es algo que me sorprendió, y por eso decidí entrevistar a la gente de allí. La gente sigue viviendo su vida lo mejor que puede, e intentan ser felices, aunque sea a base de beber.
También cuentas historias absurdas, como la de un hombre que afirma haber encontrado una fortuna delante de su casa y, más tarde, especifica que se trata de un misil de los caros.
En cuanto conocí a este chico de Mariúpol y me enteré de que fue su sentido del humor lo que le salvó la vida, supe que estaba a punto de hablar de algo muy importante. He hecho películas del género de la comedia en el pasado, y así es también como afronto la tristeza y las dificultades. El humor puede salvarte de situaciones muy turbias.
Hablando de lo absurdo, la idea de buscar tus raíces en un lugar que actualmente es altamente peligroso no es del todo normal, que digamos... Estas dos líneas argumentales compiten por la atención.
Siempre que pensaba en visitar al pueblo donde vivió mi abuelo hace 100 años, me preguntaba cómo me sentiría. Obviamente, ha cambiado mucho desde entonces. Conocer a toda esa gente me hizo sentir una combinación de alegría y tristeza. Era tan emocionante hablar con ellos, pero tan horrible verles dejarlo todo atrás. ¿Y por cuánto tiempo? No se sabe.
Hemos visto muchas secuencias de la invasión. En parte por eso quise rodar en 16 mm, para que pareciera diferente. Al mismo tiempo, no quería rodar en el frente. Eso lo hacen los propios soldados, y nadie podría haberlo hecho mejor. Cuando muestro una explosión real, lo hago a través del teléfono de alguien. Mi abuelo era de Ucrania, así que este conflicto me afectó profundamente. Cuando iba allí de vacaciones, no me preocupaban tanto mis raíces, pero todo eso ha cambiado desde la guerra.
(Traducción del inglés)
¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.